Decidí hacer el master y cambió mi vida
01/03/2015
Fue mi primer contacto con la psicoterapia en general y la humanista en concreto, mi profesora se autodenominó en clase psicoterapeuta humanista, por aquel entonces yo no sabía que era eso, pero gracias a ella tuve el placer de descubrirlo, fue sin duda la mejor asignatura de toda la carrera y la que mas sintonizaba con mi motivación de esta profesión.
Todos tenemos razones por las que elegimos hacer algo o no hacerlo. Algunas muy claras otras más escondidas
Cuando opté por estudiar psicología tenía la expectativa de trabajar con personas, escucharlas, comprender su sufrimiento y trabajar para superar sus problemas. Sin embargo la carrera solo despertó en mí falta de motivación y una gran decepción; por lo contenidos, por la forma en que estaba planteada y por encima de todo ¿cuando y donde se trabajaba con las personas?
Solo en el último año si tuve la oportunidad de tener 3 meses de prácticas (¡en 5 años!) y cursé la asignatura de psicoterapia.
Fue mi primer contacto con la psicoterapia en general y la humanista en concreto, mi profesora se autodenominó en clase psicoterapeuta humanista, por aquel entonces yo no sabía que era eso, pero gracias a ella tuve el placer de descubrirlo, fue sin duda la mejor asignatura de toda la carrera y la que mas sintonizaba con mi motivación de esta profesión.
A pesar de ello mi falta de motivación era tan grade que simplemente decidí que me había equivocado en la elección y emprendí otro camino fuera de mi país.
Al regresar el “gusanito” de la psicoterapia empezó a morderme otra vez y cuando encontré al instituto Galene fue una especie de “insight” o darse cuenta; leí y releí lo que hacían, la visión que tenían de la psicología, de la psicoterapia, su manera de trabajar, su creencia sobre las personas, sobre el poder de éstas gracias al vínculo terapéutico con el apoyo adecuado etc. era como si estuvieran rescatando del naufragio todo aquello que me impulsó a elegir esta profesión pero que hasta ese momento estaba perdido y sin rumbo.
Decidí hacer el master y cambió mi vida.
El cambio interno se fue gestando desde el principio, dos años después de acabarlo en el 2013 el cambio externo es más que visible.
A nivel teórico es completísimo, al ser semi-presencial y tener el contenido y los ejercicios teóricos on-line puedes organizarte y establecer tus propios horarios, yo por aquel entonces disponía de poco tiempo y gracias a eso podía leer y hacer los ejercicios en huecos de mí día a día.
Al nivel práctico es excelente, hay mucha práctica desde el principio, dato imprescindible en cualquier tipo de aprendizaje sea el que sea, es como se producen los saltos cualitativos en la persona.
Por otro lado esa práctica en la mitad de los casos son trabajos con uno mismo, se produce un fenómeno muy importante y es que a la vez que te enseñan ejercicios, herramientas para trabajar con un paciente, estás trabajando contigo mismo y es ahí donde empiezan los cambios internos.
Trabajas para conectar a las personas con su poder y a la vez estás trabajando con tu propio poder para cambiar aquellos aspectos de tu vida que no te gustan. Al mismo tiempo, es imprescindible para un terapeuta comprender que se siente siendo el paciente, y en el master nos sentamos muchas veces en esa silla.
El aprendizaje del master no se limita a un contenido teórico, va más allá, es un aprendizaje interno, donde de repente te sorprendes a ti mismo trabajando con un paciente su problema con herramientas y recursos que antes no tenías, y lo más importante de todo (que José Zurita nos repetía muchas veces) te sorprendes a ti mismo: haciendo con miedo todo aquello que antes no hacías por miedo.
Año y medio después de finalizar el master; dejé mi trabajo de aquel entonces, desarrollé mi pagina web, monte mi consulta y estoy trabajando como psicoterapeuta humanista y deseo seguir mucho tiempo.
María Pérez
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