Infodemia

15/11/2023

Cómo vivir en la era de la Sobrecarga informativa o Infodemia.

El impacto del exceso de información en nuestra salud mental. Como psicoterapeuta con casi 40 años de experiencia, he visto cómo ha cambiado de manera significativa tanto la cantidad cómo la forma en que nos llega la información y lo que afecta nuestras vidas. En este artículo, deseo explorar este tema y ofrecer algunas ideas sobre cómo podemos gestionar de manera más saludable nuestra vida cotidiana en esta era de la sobrecarga informativa también llamada Infodemia.

La Explosión de la Información: ¿Una Bendición o una Maldición?

Vivimos en una época en la que la información fluye como un río desbordado, y aunque en sí misma es una herramienta valiosa, su exceso puede tener consecuencias significativas en nuestra salud psicoemocional. A medida que el acceso a la información se ha vuelto más accesible que nunca gracias a la tecnología, nos encontramos ante una encrucijada. ¿Es este torrente de información una bendición que enriquece nuestras vidas, o una maldición que pone en peligro nuestra salud psicoemocional?

La Sobrecarga Cognitiva: Cuando Demasiada Información se Convierte en un Peso

Uno de los efectos más notorios del exceso de información es la sobrecarga cognitiva. Nuestro cerebro es una maravilla de la naturaleza, capaz de procesar enormes cantidades de información. Sin embargo, también tiene sus límites. Cuando nos enfrentamos a un flujo constante de noticias, notificaciones, correos electrónicos y mensajes, nuestro cerebro se satura. La sobrecarga cognitiva dificulta la concentración, la toma de decisiones y la retención de información crítica.

Imagínate tratar de mantener una conversación significativa con alguien mientras su móvil sigue emitiendo alertas, o intentar concentrarse en un proyecto importante mientras los titulares de noticias continúan llamando su atención. Así es bastante difícil concentrarse en una tarea y ser productivo. Con el tiempo, esta sobrecarga puede llevar a la fatiga mental y al agotamiento emocional.

El Ciclo de la Ansiedad y el Estrés: ¿De Quién es la Culpa?

La información que consumimos tiene un profundo impacto en nuestra salud mental. Las noticias negativas, los bulos, las redes sociales tóxicas y las discusiones polarizadas pueden generar ansiedad y estrés. La necesidad constante de estar al tanto de las últimas novedades puede generar una sensación de urgencia y ansiedad constante. Se puede llegar a convertir en una adicción a la información en la que la persona se siente mal cuando disminuye drásticamente el nivel de estímulos informativos. Con frecuencia nos preguntamos si estamos haciendo lo suficiente, si estamos lo suficientemente informados, si estamos tomando las decisiones correctas. Y esas dudas nos generan estrés. Este ciclo de ansiedad y estrés es una carga adicional que muchos de nosotros llevamos en nuestros hombros.

La pregunta es, ¿de quién es la culpa? ¿De la información misma o de nuestra forma de consumirla? Yo creo que la respuesta es, en parte, ambas. La información en sí puede ser estresante, especialmente cuando se presenta de manera alarmante o polarizada. Sin embargo, también debemos asumir la responsabilidad de cómo interactuamos con ella. La forma en que elegimos consumir y procesar la información tiene un impacto significativo en nuestra salud psicoemocional.

Fatiga de la Información: Cuando Dejamos de Escuchar

La fatiga de la información es otro fenómeno preocupante que está relacionado con el exceso de datos. Con el tiempo, podemos llegar a sentirnos abrumados por la cantidad de información que recibimos. Como resultado, podríamos desconectar emocionalmente de los problemas del mundo. La noticia de una tragedia puede evocar una respuesta menos emocional que antes, y esto no significa que seamos insensibles, sino que nuestra capacidad para procesar y asimilar información ha llegado a su límite. Se ha saturado.

La fatiga de la información puede tener un efecto paralizante. En lugar de inspirarnos a tomar medidas, puede llevarnos a la apatía y la inacción. Podemos preguntarnos: «¿Por qué preocuparme? Yo no puedo cambiar nada». Aquí, la sobrecarga informativa ha robado nuestro sentido de gestión y eficacia.

Problemas de memoria: Cuando nos saturamos de estímulos.  

La sobrecarga de estímulos nos impide en muchos casos retener información, nos lleva a lagunas de memoria simplemente porque no hemos fijado bien el contenido y se pierde en el maremágnum informativo. Hacer ejercicios de retención, anotar los datos importantes y refrescar nuestra memoria releyéndolos un par de veces, nos permitirá fijarlos mejor.

Algunos puntos a tener en cuenta para afrontar mejor la Era de la Sobrecarga Informativa o Infodemia:

  1. Ser proactivo en vez de pasivo: Será mucho más sano ir a buscar la información que esperar a que esta nos llegue e invada. Eliminar las notificaciones es una forma de avanzar hacia la proactividad.
  2. Establecer Límites: Es fundamental establecer límites en cuanto al tiempo y la frecuencia con la que consumimos información y decidir cerrar la puerta a las fuentes de información que más dañinas puedan ser para cada persona. No permitas que las notificaciones dominen tu vida.
  3. Crear una priorización: Es importante decidir qué es importante y qué no lo es. Debemos establecer una priorización que nos permita eliminar aquella información menos relevante. Podemos seleccionar los datos o la información que consumimos y la que a nosotros no nos va a sentar bien.
  4. Verificar la Fuente: Antes de dar crédito a la información, verifica la fuente y considera su confiabilidad. No contribuyas a la difusión de información no verificada o sensacionalista.
  5. Practicar el Mindfulness: La atención plena es una herramienta poderosa para contrarrestar la ansiedad relacionada con la información. Dedicar tiempo a la meditación y la reflexión va a ser bueno para calmar tu mente.
  6. Seleccionar Contenido de Calidad: Elegir cuidadosamente las fuentes de información y limitar el consumo de contenido negativo o alarmante, pueden ser buenas decisiones. Infórmate solo de fuentes que ofrezcan un análisis equilibrado y soluciones constructivas.
  7. Conversar y Conectar: En lugar de consumir información de manera pasiva, participar en conversaciones significativas con amigos y familiares será siempre más saludable. Estará bien buscar apoyo emocional en nuestro círculo cercano, compartir las preocupaciones y puntos de vista, siempre ayuda
  8. … y si lo necesitamos siempre podemos pedir ayuda profesional para que un terapeuta nos acompañe a resolver.

Conclusión:

El exceso de información en la era digital es una realidad con la que debemos lidiar, pero también es un desafío que podemos superar. A medida que reflexionamos sobre el impacto de la sobrecarga informativa en nuestra salud psicoemocional, recordemos que tenemos el poder de tomar decisiones conscientes sobre cómo interactuamos con la información. Establecer límites, verificar fuentes, priorizar, practicar el mindfulness y seleccionar contenido de calidad son pasos clave en esta travesía.

Mantener una conexión auténtica con nuestra salud psicoemocional en este mundo hiperconectado es fundamental. La información es una herramienta poderosa, y depende de nosotros utilizarla de manera responsable y equilibrada para mantener nuestro bienestar emocional. En última instancia, nuestro bienestar psicoemocional es un recurso valiosísimo que merece ser protegido y nutrido. Te invito a reflexionar y a convertirte en un firme y activo defensor de tu salud psicoafectiva. ¡Cuídate! Vivirás más y mejor : )

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2 Respuestas

  1. Instituto Galene dice:

    Nos alegra que haya sido útil para ti.

  2. Vanessa Salcedo Arango dice:

    Excelente calidad de artículo y de fácil comprensión.

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