¿Y si mi hijo, es “el diferente”?

01/09/2016

Esto no es un artículo, es una declaración de amor. Lo reconozco, estoy enamorado. Estoy enamorado de mis alumnos, pero sobre todo estoy enamorado de mis alumnos que más me necesitan. Estos que son un poco más diferentes.

Todos somos alumnos y personas con necesidades educativas especiales, y cada uno las necesitamos de una manera.

A la vida llegamos procedentes de una lotería: unas veces es la lotería genética, otras la lotería del “acierto de los médicos”, y otras, es la lotería social.

Cada vez que tengo un niño que necesita un poco más de atención, siempre me pongo en el lugar: “¿y si fuera mi hijo?”, por eso cojo mi “teacherglue”, ese pegamento invisible que tenemos los maestros, y que se compone de ”locura y dulzura”; saco mi dosis extra de cariño y mi “saco de ganas”, lleno de humor, para que me ayuden, a mi alumno y a mí, a hacer el camino más amable.

Tengo presente que delante de mi hay una valiosa persona que en la vida va  a encontrar más dificultades.

Valoro a sus padres, a su familia, a su entorno; y los comprendo con todo mi alma.¡Cómo se endurece el día a día de muchas familias!, ¡cuántos miedos deben rondar su cabeza! ¿qué pasará si algún día faltan ellos?¿cómo podrán vivir sus hijos?

Estas personas “diferentes” sienten, piensan, se relacionan, sueñan, disfrutan y sufren. Son ellas, no su “deficiencia”. Sí, puede que unas veces vayan en silla de ruedas, o que les cueste hablar, que los ejercicios de los demás puedan resultarles un poco más difícil… Pero les aseguro que estos niños, estas personas, sienten miedo y amor, alegría y tristeza, y rabia cuando se frustran, igual que los demás. Y es de justicia una respuesta generosa, cuidada, y con mucha comprensión por nuestra parte.

Me encantaría saber qué es lo que piensan y  qué siente, y no por cotilleo, sino para darles lo mejor. Pero yo, por si acaso,siempre tengo a mano mi vitamina A,B, C, es decir Abrazos, Besos y Caricias. Y a cambio recibo, una sonrisa, o un “eres mi profe favorito” o un “ Y tú¿cuándo me das clase?” o “¿cuándo me toca contigo?”, incluso tengo la suerte de que algunos de mis alumnos ponen a su perro el nombre de “teacher”.

Hace unos años, me llamaron del IES, para hablar conmigo sobre un niño que tenía alguna necesidad especial, probablemente una de mis mayores satisfacciones en mi trabajo en el colegio. Al llegar me comentaron que, por su buena conducta, un día le ofrecieron elegir un premio, y él les pidió: “quiero clases de inglés” pues tenía un buen recuerdo de las clases de inglés en el cole. Me pedían que les dijera cómo lo hacía. No sé si estos alumnos entenderán mejor o peor las explicaciones, pero no hay duda de que el cariño y la dedicación les llega. Como el título de este artículo dice, yo muchas veces me planteo, ¿y si el niño especial fuera mi hijo?

Un día, mientras jugaba a puntos con un niño en silla de ruedas, pedí a otro que se dejara dar para que le hiciese ilusión, y cuando le dio me dijo, “mi alumno amigo” desde su trono con ruedas:“Teacher, le he dado porque tú se lo has dicho al oído”. Aprendí , que no se los debe engañar ni tratar con caridad.

El Movimiento por la Vida independiente, tiene un lema “Nada por nosotros, sin nosotros”, nos suelen pedir a gritos: “ayúdame a hacerlo solo”, decía Holderlin: “Los educadores forman a los educandos, como los océanos forman a los contenientes , retirándose”. A veces intentamos hacer cosas por vosotros e impedimos que aprendáis a hacerlo solos.

El Langui,es un cantante y actor que tiene un poco más  discapacidad que los que tenemos los demás,  y un día contaba cómo le ayudaron  sus padres poniéndole el bote de Colacao, en un lugar alto para que él se esforzara en cogerlo. Así le obligaban a hacer ejercicio y poner valor y ganas para conseguir sus objetivos él solito.

Es muy importante para estas personas no ser totalmente dependientes y aprender a hacer las cosas solos, para tener autonomía, porque puede que algún día tengan que vivir su propia vida sin su familia.

Y como dice Langui «Hunde cuando te piden si te pueden ayudar».

Dice Anxo Pérez, “pregúntale la hora a un ciego, ¿alguien piensa que un ciego no sabe la hora? Son ciegos, no tontos”. Tienen muchos más recursos para saberlo. Algunos mucho más desarrollados que nosotros.

Pero también es bueno concienciar a la sociedad de que estas personas no son menos válidas que nadie y que muchas veces están siendo limitadas no por su discapacidad, sino por la sociedad.

Estos niños se mueven entre mucha incomprensión e ignorancia, a veces en vez de formarles como persona se forma como parcelas de campos de intervención inconexas.

No debe ser muy grato sentirse como un problema más que como un reto educativo. Y ¿sabes, amigo? tú no eres un problema, eres un campo ilimitado de posibilidades.

Estos niños, no necesitan pena, ni lástima, puede que necesiten más tiempo, o menos barreras.No necesitan que les tratemos como  inválidos.Si confiamos más en ellos y les aseguramos las condiciones suficientes,podrán conseguir más cosas.

Las rampas, y lo que les ayuda se llama derechoshumanos, no concesiones, todo nace de la justicia y no de la caridad.

A día de hoy, es increíble que, muchas instalaciones tanto públicas como privadas, priven a esta minoría de poder hacer uso de ellas, por el difícil acceso o la no disponibilidad de medios preparados para ellos. Sigo sin entender por ejemplo, que haya poblaciones sin bordillos rebajados. ¡Primero las personas después el resto!.

Yo, mientras tanto, siempre me sentiré agradecido de trabajar con estos alumnos pues me ayudan a ser mejor maestro y sobre todo a ser  más humano. ¡Gracias, chicos!

BIENAVENTURANZAS DE LOS NIÑOS  ESPECIALES

Bienaventurados…

…Los que comprenden mi extraño paso al caminar y mis manos torpes..

…Los que saben que mis oídos tiene que esforzarse para comprender lo que oyen…

…Los que comprenden que aunque mis ojos brillan, mi mente es lenta..

…Los que miran y no ven la comida que dejo caer fuera del plato…

…Los que con una sonrisa en los labios me estimulan a intentarlo  una vez más.

…Los que nunca me recuerdan que hice dos veces la misma pregunta…

…Los que comprenden que me es difícil  convertir en palabras mis pensamientos

… Los que me escuchan, pues yo también tengo algo que decir..

….Los que saben que mi corazón siente aunque no pueda expresarlo..

…Los que me respetan y me aman como yo soy, tan solo como soy, y no como ellos quisieran que fuese..

Fundación Paso a Paso

Juan Carlos LópezJuan Carlos López 

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