Aceptación

01/01/2016

José Zurita

José Zurita

Podríamos aprovechar y disfrutar más la vida que nos ha tocado vivir si aprendiésemos a aceptar la realidad. Parece simple pero no lo es. A veces cuesta plantearlo por lo obvio que es, pero sorprende la cantidad de veces que en mi trabajo diario me encuentro con problemas en la aceptación.

Si miramos en nuestro entorno, seguro que vemos muchos ejemplos que nos muestran cómo muchas de las personas que nos rodean no aceptan la realidad según les llega. Se niegan a ver la realidad porque no les gusta lo que la vida les ofrece.

Mucha gente se escuda en que no quiere conformarse con lo que hay, como defensa niega la realidad, y se encuentra transitando una realidad paralela, organizada con sus propias mentiras.

Cuando hablamos de aceptar la realidad, hablamos de algo tan simple como aceptar que:

Lo que es, es.
Él o ella es como es.
La realidad es la que es.
Yo soy como soy. Yo no soy el que tu quieres que sea.
Tú eres como eres. Tú no eres como yo quiero que seas.
El Mundo es como es. El Mundo no es como yo quiero que sea.

Cuando el resultado de alguna situación es diferente a lo que nos habría gustado, generalmente nos sentimos frustrados. A veces la frustración no se tolera bien, o se tiene asociada a otras experiencias emocionales arcaicas y mucho más desagradables. Para evitar sentirla (y que brote la emoción arcaica a la que está ligada) negamos la realidad o, dicho de otro modo, nos negamos a aceptarla.

Otras veces, lo que está por debajo es que nos cuestionamos la propia aceptación de nosotros mismos. Como ya sabrás, esto viene del pasado, generalmente de los primeros años de vida en los que aprendimos a aceptar(nos), siendo aceptados. También sabrás que la perfección no existe, y por tanto ninguna infancia fue perfecta, luego todos llevamos en nuestra mochila carencias del allí y entonces que gestionamos lo mejor que sabemos. Creo que muchos de los problemas con la aceptación vienen de esa etapa, y que merece la pena afrontarlos y resolverlos aunque no todos se atreven a realizar un proceso de psicoterapia.

Un principio del Adulto para vivir la realidad es “yo no puedo cambiar al otro, ni puedo cambiar la realidad presente”. Cuando no aceptamos lo que esto nos dice es que nuestra energía no está en nuestro Adulto sino que estamos viviendo esto desde el Niño que fuimos.

La aceptación es un paso imprescindible para cambiar. Pero sólo puedo cambiar yo. También la relación que yo mantengo con cada persona, animal, cosa, idea u objetivo. A partir de que yo acepto aquello de mí o de mi relación como algo que es, empiezo a estar preparado para decidir lo que quiero cambiar. Nunca antes de la aceptación, pues la no aceptación es una negación de la realidad y el proceso de cambio quedaría bloqueado.

Primero acepto lo que es, luego decido si lo quiero cambiar para el futuro. Habrá cosas que no podré cambiar y tendré que aceptarlo, sin embargo otras, a través de un cambio en mí o en mi actitud, podrán ser distintas en el futuro. Eso sí, el cambio en mí debe ser verdadero y profundo.

Ahora que estrenamos año y que decididamente el mundo está bastante chungo, mi deseo para ti es que aceptes la realidad, que después decidas lo que no quieres que sea como es y así puedas empezar a cambiarlo. Cambiar tú para cambiar tu entorno. Así, poniendo cada uno nuestro granito de arena, a lo mejor hacemos de este mundo que nos ha tocado vivir un lugar un poco más humano, cálido y amoroso.

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1 respuesta

  1. Nelson Guevara dice:

    Excelente Jose, sirve para mi reflexión profunda. Abrazos

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