El lenguaje entre terapeuta y paciente.

07/05/2018

EL «PEQUEÑO DETALLE» DEL LENGUAJE.

El lenguaje no significa nada si nosotros no otorgamos un significado a las palabras. Para cada uno de nosotros cada palabra puede tener un sentido distinto que la persona de al lado. Esto sucede entre terapeuta y paciente. No solamente es debido a distintas, culturas, regiones o expresiones distintas geográficamente. Tiene muchísimo que ver con nuestra propia experiencia que es única para cada uno. Por está razón es importante estar atentos y afinar con el lenguaje entre terapeuta y paciente.

Tanto en mi proceso personal como en mi experiencia profesional he observado la importancia del lenguaje. He podido observar como de manera automática las personas damos por hecho lo que significan las palabras del otro. Es más, damos por hecho que nuestras palabras van a ser entendidas como nosotros queremos que se entiendan. Mucho me temo que esto no es así.

Este “pequeño detalle” que resulta ser el lenguaje influye y afecta en gran medida como nos relacionamos, en que se basan nuestras expectativas de los demás y como interpretamos el mundo. De tal manera que yo le doy mucha importancia a este pequeño detalle.

LA JERGA DE LOS TERAPEUTAS

Los terapeutas estamos acostumbrados a acuñar términos psicológicos que para nosotros tienen todo el sentido del mundo y muchas veces, explicamos teorías o conceptos a nuestros pacientes buscando que entiendan lo que les puede estar sucediendo. Además, estos términos ayudan a dar estructura y a conocernos mejor.

Por en la terapia humanista integrativa, solemos explicar a nuestros pacientes los 3 estados del yo del análisis transaccional. Esto hace que el paciente pueda darle forma a cómo se intrarelaciona y como se interrelaciona. Este es el lado positivo. Al mismo tiempo puede suceder qué después de esta explicación, el paciente utilice los términos según lo que él o ella interpreta. Es nuestro trabajo ayudar al paciente a descontaminar los estados del yo según el los viva. Sin embargo, como terapeutas, estamos tan acostumbrados, a hablar del padre crítico, del niño y del adulto que pasamos por alto que cuando como terapeuta decimos “Adulto” el paciente puede estar interpretando el “adulto” como los adultos de su infancia (y mezclarlos con el estado del yo padre).

Los que somos terapeutas también podemos utilizar estos términos psicológicos en otros ambientes en los que hay personas que no conocen dichos términos y muchas veces damos por hecho (o se nos olvida) que cuando nos otros hablamos de “intimidad” ellos entienden  por ejemplo entienden  relaciones sexuales.

Pensaréis ¿Y qué problema hay? si no lo entienden que pregunten. No es tan sencillo. Las personas interpretamos las palabras de los demás y creemos que las hemos entendido- con nuestro significado, no con el del otro- de tal forma que no tenemos porque preguntar.

Como terapeutas es bueno que revisemos como es nuestro lenguaje y qué están entendiendo nuestros pacientes. Por eso en terapia yo dedico algunas preguntas- en casi todas las sesiones- para asegurarme de que cuando digo una palabra de mi jerga psicológica, mi paciente entienda lo que significa, más que esto: lo que yo le quiero transmitir.

EL SENTIDO INTERNO DE LAS PALABRAS DE LOS PACIENTES

Para hablar sobre este punto voy a poner un ejemplo de mi propia experiencia como paciente.

En un momento dado en mi terapia, en el que no me encontraba bien, le pedí a mi terapeuta un abrazo. Por una serie de razones, mi terapeuta me dijo que no consideraba que un abrazo fuese terapéutico para mi en esas circunstancias. Esto me generó un gran conflicto porque internamente yo interprete este mensaje cómo que no podía recibir ningún tipo de contacto. Así que empecé a reivindicar mi enfado, mi dolor y mi frustración alegando que era intolerable que no pudiese recibir contacto. Mi terapeuta interpreto la palabra contacto como ese “abrazo terapéutico” y entonces me argumentaba porque no podía recibir contacto. Cada vez yo me sentía más sola y más incomprendida. Sin embargo, era una mera cuestión de lenguaje, que al cabo de varios meses dilucidamos entre las dos juntas. Durante una sesión yo le explique que para mi el contacto físico era importante, aunque fuese una caricia en la mano. De pronto se hizo la luz entre las dos y mi terapeuta dijo algo así como “todo este tiempo yo estaba hablando de ese abrazo” a lo que yo dije “yo cuando decía contacto me refiera a cualquier tipo de contacto físico”.

Cómo podéis ver, el lenguaje por si solo puede dar lugar a grandes mal entendidos que, aunque sirven para trabajar los conflictos que emergen a raíz de la malinterpretación, en otras ocasiones pueden suponer un mayor obstáculo en vez de una oportunidad.

COMUNICACIÓN TERAPEUTA Y PACIENTE

¿Entonces qué hacemos?

Como terapeutas podemos ir creando un «idioma» con cada uno de nuestros pacientes.  Para ello es importante estar atento a las palabras que nuestro paciente utiliza a menudo y preguntarle por su significado. Además, henos de preguntarle como ha interpretado lo que hemos dicho. Prestemos especial atención a las palabras que utilizamos si vienen de nuestra jerga psicológica. Sobre todo, seamos conscientes de que tanto nuestros pacientes como nosotros mismos tenemos nuestros filtros interpretativos del idioma en el que hablamos.

Personalmente siempre me ha gustado el lenguaje, los idiomas y las palabras. Desde que soy consciente de mis propios filtros, pongo todavía más atención a mis palabras y a la comprensión de estas. Al igual que a las palabras de mis pacientes y su propio significado no el que yo decida otorgarle.

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