El sentimiento de envidia

01/04/2017

envidia

¿Has visto la película Amadeus?

Ganó 8 premios Óscar en 1984. Si no la has visto no te la pierdas, es una joya del cine. La película, dirigida por Milos Forman, desarrolla una historia ficcionada de envidia a través de la relación profesional y personal entre Wolfgang Amadeus Mozart y el compositor de cámara italiano Antonio Salieri. Relata como Salieri, víctima de su envidia por el talento de Mozart planea terminar con la vida del genio dejando tras la muerte un Réquiem compuesto por el propio Mozart y que será estrenado en su funeral. La película cuenta cómo la envidia es autodestructiva y termina con la vida de Mozart y con la integridad moral de Salieri.

¿Te has sentido alguna vez víctima de la envidia de otro? ¿O has sentido tu envidia por otro?

¿QUÉ ES LA ENVIDIA?

La envidia es el sentimiento que emerge cuando experimentas un deseo por las posesiones, cualidades o relaciones que otro tiene, y no sólo te duele sino que además crees que eso que quieres tu no vas a ser capaz de conseguirlo. No soportas ese dolor y desearías destruir al otro emocionalmente, psíquicamente o físicamente.

No es que quieras lo mismo que el otro tiene, es que QUIERES LO QUE EL OTRO TIENE (tenerlo tu y que no lo tenga él).

 

  • En la envidia nos comparamos, y en esa comparación salimos perdiendo.
  • La envidia te mantiene enganchado a otra persona bajo unas dinámicas determinadas por la propia envidia.

Lo que ocurre es que normalmente el envidioso no ve su propia envidia porque traer esa envidia a la consciencia abriría su herida. Conllevaría mirar la herida y ver el dolor. Ante la incapacidad de saber que hacer con ello la fantasía (a veces llevada a cabo) de destruir al otro es una sensación más satisfactoria, ya que así emocionalmente el envidioso siente que pone su dolor en otro lugar fuera de sí mismo y logra la sensación de recuperar el equilibrio mental, emocional y fisiológico.

El envidioso puede tener consciencia de parte de ello pero puede que no. Puede que distorsione su visión de la realidad en forma de arrogancia o soberbia más o menos sutil, y se identifique tanto con esas actitudes que aparentemente parece ser una persona fuerte, preocupada por el otro, aparentemente empática, pendiente de lo que haces.

Por ejemplo,

…hay amigos que envidian las cualidades de otro, madres que envidian la juventud o sexualidad de sus hijos o hijas, profesores que envidian el talento de un alumno, trabajadores que envidian el poder de sus clientes, maridos que envidian la sensibilidad de su mujer, grupos o empresas que critican/envidian a otras grupos o empresas, amigos que critican/envidian a otros amigos a sus espaldas, duros críticos de cine o gastronómicos que envidian maneras de sentir que ellos rechazan de sí mismos, o intelectuales que critican contenidos que consideran vulgares porque envidian una vulgaridad que no pueden vivenciar … (Todos estos ejemplos son relativos, no son un intento de generalizar, cada caso es único, los he puesto para ilustrar la amplitud de contextos en los que se produce la envidia).

Como el envidioso muchas veces no es consciente de su envidia no va a admitir que su actitud crítica es fruto de la envidia. Si a veces te sientes que eres muy crítico con otros, pregúntate: ¿Puede ser esa crítica una manera encubierta o fantasiosa de intentar destruir algo que sientes que el otro tiene y que tu no?

A veces criticar en grupo es una manera de intentar calmar la envidia propia atacando a otros a través de la conversación y sentirse acompañado en el proceso. El problema de la envidia es que termina por hacernos daño.

La envidia se puede situar en una constelación con diferentes dinámicas:

1. ADMIRACIÓN. El otro tiene algo que yo no tengo y yo lo quiero conseguir y ¡voy a averiguar cómo lo puedo hacer yo también!. Eso es lo que comúnmente llamamos la envidia sana. Pero no siempre te sientes con la autoestima alta y entonces puedes sentir…
2. CELOS. El otro tiene algo que yo no tengo, siento resentimiento, me duele, y me deprimo. Y cuando duele demasiado y ese dolor es insoportable e inmanejable a veces puedes sentir…
3. ENVIDIA. El otro tiene algo que yo no tengo, me duele, siento un anhelo, y como no puedo soportar la envidia deseo destruirlo. Voy a destruir lo que el otro tiene o al otro de algún modo, ya siendo no alegrándome de sus triunfos, poniendo pequeñas pegas que le mantengan insatisfecho consigo mismo y sintiéndose insuficiente, o comparándolo… el envidioso sufre mucho. En situaciones de verdadera injusticia, o que tu interpretas como injustas e irreparables puedes sentir deseos de…
4. VENGANZA. El otro tiene algo que yo no tengo, me duele porque creo que jamás lo tendré yo, y me siento atacado por ello, no lo soporto, no sólo quiero destruir sino que además quiero castigar activamente al otro por la carencia, o que me quita a mí cada vez que tiene eso.

Quizás has sido víctima de la envidia y no has sido consciente de ello.

Puede que en alguna relación cercana hayas sentido reiteradamente una baja autoestima, vergüenza, culpa o cautela de ser tú mismo, compartir tus logros o expresarte plenamente. Sientes que tienes que cuidar de no herir al otro con tus alegrías, triunfos o preocupaciones. Te sientes sutilmente menospreciado por el otro.

A veces la envidia procede de nuestros progenitores.

Como el hijo que regresa del colegio y le cuenta con alegría a su madre, demandando toda su atención, el tema que ha aprendido en la clase de Ciencias y el reconocimiento que le ha dado su profesora por el buen trabajo y esfuerzo. Una madre insegura con un hambre de reconocimiento no satisfecho en su infancia puede vivir toda esa alegría y triunfo de su hijo como un recuerdo no consciente de lo que le faltó. Puede estar interpretando el reconocimiento recibido y sentido por su hijo como excesivo o como un comportamiento egoísta. Esta madre puede -no conscientemente- estar envidiando una alegría y espontaneidad que ella tuvo que rechazar de sí misma y ahora la niega a su hijo, menospreciándola, burlándose cariñosamente o ridiculizando la explicación del niño señalando también cariñosamente los errores.

En la envidia puedes estar teniendo sensaciones confusas de que el otro siempre es más y tu siempre eres menos. Incluso cuando las cosas te van bien el otro se las arregla para que te sientas que no hay para tanto y a través de su indiferencia o distanciamiento terminas sintiéndote que no eres tan importante como creías.

TE ENGANCHAS AL OTRO

Se crea a veces un sentimiento de dependencia (que es lo que el otro busca) en el que tu pierdes paulatinamente tu autoestima y la referencia de tu valía. Esa relación desigual hace que sin darte cuenta sigas buscando la aprobación o apoyo del otro una y otra vez, porque se muestra atento y pendiente de ti. Aparentemente te quiere y eres importante para él.

¿QUÉ HAGO SI SIENTO ENVIDIA?

  1. Si sientes envidia pon la atención en ti y no en los otros y obsérvate.
  2. Observa como la envidia afecta a tu comportamiento, como te hace sentir, que estás pensando en estos momentos.
  3. Reflexiona cuántas otras veces tienes estos sentimientos y adonde te llevan, donde te terminan colocando.
  4. Hazte preguntas:
    • ¿Para qué te sirve llegar hasta ahí?
    • ¿Qué ocurre si renuncias a sentir esa envidia? Si la respuesta es que me sentiré mejor, pues ¿por qué no la sueltas? Si la respuesta es no la sé soltar, puedes añadir la palabra “ahora”. No la sé soltar ahora (o aún). Y agradécete a ti mismo este gesto de honradez contigo mismo y el haberte dado cuenta.
    • Si renuncias a tu envidia, ¿qué estarías ahora sintiendo? ¿y qué estarías ahora pensando?

Pregúntate finalmente si es cierto que eres menos valioso cuando no tienes lo que el otro tiene.

 

Carles Vila
Terapeuta emocional
http://carlesvila.com

 

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1 respuesta

  1. Envidiosa dice:

    La envidia es natural en el ser humano porque surge del Ego. El ego se pasa la vida comparándose con los demás, juzgándose a sí mismo y a otros.

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