El cuerpo en el proceso de terapia
01/12/2012
1. Resumen
Este trabajo pretende resaltar la importancia del cuerpo humano en el proceso psicoterapéutico, visto como una actuación integral, en la que se incluya la atención a los procesos corporales junto a los procesos psicológicos.
Una psicoterapia basada solamente en los procesos psicológicos y que ignora los procesos corporales no es una terapia integrativa. Al igual que el trabajo corporal que se concentra en el cambio físico y resta importancia a la emoción y su significado, es unilateral y no integrado.
2. El enfoque corporal en psicoterapia.
El estudio de los síntomas corporales como expresión de enfermedades psíquicas se concreta a finales del siglo XIX con Charcot y los pacientes histéricos en estado hipnótico. Charcot hipnotizaba a la gente y probó que se pueden introducir ideas en alguien en estado hipnótico y producir un síntoma psíquico. Freud aprendió de Charcot que “las enfermedades pueden ser causadas por ideales”.
Breuer habló a Freud del procedimiento de “Cura de charlas” con la paciente Anna O. Era una paciente histérica muy grave, padecía contracturas, parálisis, ceguera y deterioro del habla. Breuer se dio cuenta del hecho de que cuando ella le hablaba del origen del síntoma, éste tiende a desaparecer. La “Cura de charlas” se convierte entonces en la base de toda psicoterapia.
Hasta entonces predominaba el modelo médico según el cual las enfermedades tenían una causa física y su tratamiento consistía en hacer desaparecer la enfermedad tratando los síntomas o eliminando la causa.
Los pacientes con enfermedades nerviosas se les trataban con medidas físicas de contención, haciéndoles dar vueltas en una silla hasta marearles, sumergirles en baños de agua fría, aguas minerales, electroterapia e incluso el propio Freud probó con sesiones de magnetismo en las que transfería síntomas de una parte del cuerpo a otra.
Freud encontró una prueba en la histeria para justificar que lo psíquico produce síntomas orgánicos como parálisis o ceguera y, de esa manera, se abre la puerta a la causalidad psíquica en el mundo de la causalidad orgánica con la aprobación de la comunidad médica.
El psicoanálisis contribuyó a esta visión causalista de la enfermedad al establecer la posibilidad de la existencia de causas psicológicas profundas y desconocidas para el propio enfermo en una segunda mente o en lo que Freud llamó el inconsciente.
El enfoque psicosomático nace al aceptar la existencia de causas psíquicas en el origen de enfermedades orgánicas. Este enfoque ve el cuerpo y la mente como entidades distintas que pueden afectarse causalmente entre sí. La mente puede sanar y enfermar a través de procesos corporales y a la inversa, el cuerpo puede sanar y enfermar a través de procesos psíquicos porque ambos forman parte de un mismo sistema.
La perspectiva Monista señala que la mente no es nada más que el resultado de la química electro-física del cerebro y las enfermedades mentales se tratarían con fármacos. Esta es la visión de los médicos-psiquiatras.
La perspectiva Dualista considera que cuerpo y mente están separados. Por tanto para los problemas mentales se requeriría terapia verbal y para tratar el malestar corporal se recurriría a la terapia física. Así la terapia psicoanalítica o la terapia centrada en el cliente de Rogers utilizan intervenciones que son casi exclusivamente verbales. Por otro lado, la integración estructural de Rolf, la técnica Alexander o la de Feldenkrais utilizan el trabajo con lo somático como si estuviera esencialmente separado de lo mental. Una tercera perspectiva mantiene la separación mente-cuerpo pero con afectación mutua de uno sobre otro. De tal forma que en la práctica terapéutica se combina el trabajo mental y el corporal alternándose en distintos momentos como ocurre por ejemplo, en las terapias que utiliza Gestalt y Rolfing y no se intenta trabajar simultáneamente con el proceso corporal y el proceso psicológico como una unidad.
La técnica terapéutica gestáltica no debería escindir a la persona prestando atención a un aspecto de la misma como si estuviera separado del resto de la persona. Según Kepner, en una terapia integrada:
- El proceso psicológico que se expresa verbalmente (conflictos psíquicos o creencias) está intrínsecamente conectado a sus expresiones corporales.
- Los procesos físicos como postura, contención muscular y perturbaciones somáticas, son vistos como expresiones significativas de la persona.
- Se considera que tanto los procesos físicos como los psicológicos son aspectos del mismo todo.
Ginger puntualiza que en psicoanálisis se habla del cuerpo pero no se le mueve y en psicodrama el cuerpo se mueve pero no se habla de él. En Gestalt el cuerpo se mueve y se habla explícitamente de él. Perls fue la primera persona que se preocupó por combatir la enajenación del propio cuerpo. Denunció ese hablar en tercera persona que usamos al referirnos a nuestro cuerpo o sus partes: la cabeza, el estómago…en vez de decir mi cabeza, mi estómago. Desde el lenguaje nos obligó a reposeernos, a no ponernos en manos de otro como un paquete que no sabemos lo que contiene. Se habla de la Gestalt como una terapia corporal: toma en cuenta el cuerpo, establece relaciones entre determinadas situaciones conflictivas y la aparición de síntomas.
3. El cuerpo comunica lo que la mente calla.
“Encerrados en nuestra mente, hemos olvidado cómo pensar con nuestro cuerpo, cómo servirnos de él para llegar al conocimiento” (Fritjof Capra).
El guión de vida es un grupo complejo de patrones relacionales inconscientes basados en reacciones fisiológicas de supervivencia, conclusiones de la vida implícitas (aquellas compuestas de reacciones inconscientes para las que todavía no hay lenguaje, capacidad de secuenciación de eventos o pensamiento consciente) y decisiones explícitas formadas bajo estrés en cualquier momento del desarrollo, que inhiben la espontaneidad y limitan la flexibilidad en la resolución de problemas, el mantenimiento de un estado saludable y las maneras de relacionarse con las personas (Erskine,1986).
En palabras de Mario Salvador: “Antes de que el niño tenga lenguaje ya ha aprendido somáticamente un patrón de apego o de estar en relación que está codificado en el cuerpo. El sentido más profundo del yo está en la consciencia somática”.
Del trabajo gestáltico surge la idea de que así como en cada célula está la estructura genética del individuo, en cada órgano hay una información total de la persona. Al no separar al individuo en mente y cuerpo, los conflictos de una persona tienen que ver con su enfermedad. La etiología emocional puede verse en muchas patologías orgánicas.
Un síntoma es como un aviso que se mantiene en el cuerpo hasta que se le hace caso. Cuando ya hace tiempo que te está avisando y no le prestas atención, se manifiesta en una enfermedad que expresa lo que está ocurriendo. No es tan importante la enfermedad en sí, como el órgano afectado.
Se suele poner la atención en el síntoma orgánico y no en la causa psíquica y mientras se mantiene la atención en la enfermedad se está bajo el efecto de su poder. La solución a la enfermedad no es tanto combatir la enfermedad sino encontrar la solución a través de la enfermedad. Nuestras creencias interiores se manifiestan físicamente en distintas partes del cuerpo.
A nivel psicosomático, por ejemplo, todo lo referente al estómago debe encuadrarse dentro del área emocional. Muchos pacientes refieren haber sentido un “nudo” en el estómago ante situaciones emocionales que les desbordan.
La columna vertebral representa nuestra aceptación o resistencia del Poder de la vida, circulando y expresándose a través de nosotros. Nuestra conexión con la tierra y el cosmos.
El corazón expresa el sentido de Amor en la vida. Ante una situación de miedo el corazón se acelera, mientras que en una situación de confianza se ralentiza. Para su aplicación en la práctica psicoterapéutica el punto de partida es definir el órgano o la parte del cuerpo afectada y averiguar qué relación puede tener con las creencias interiores o con áreas muy concretas de la vida. Indagar en la vida del paciente los acontecimientos concretos que puedan estar relacionados y analizar las creencias, consecuencias y decisiones tomadas a partir de dichos acontecimientos.
4. El cuerpo y las emociones.
Emoción viene del latín “emotio” y significa “impulso que induce a la acción”. La emoción es energía en movimiento que hace reaccionar al organismo y por tanto se manifiestan en nuestro cuerpo. De manera que las emociones dan lugar a una acción si se procesan adecuadamente, o por el contrario, pueden bloquear el cuerpo si no se procesan adecuadamente.
La alexitimia es la incapacidad para expresar verbalmente las emociones debido a que estas personas no son capaces de identificar lo que sienten, entenderlo o describirlo. Muchas personas alexitímicas al no saber identificar, entender o gestionar sus emociones, las derivan hacia el cuerpo, somatizan, creando trastornos somáticos y enfermedades psicosomáticas.
Un paciente que no sabe identificar y nombrar la emoción que está notando en su cuerpo, puede expresarla refiriéndose a la sensación corporal que está sintiendo en ese momento. Por ejemplo, la Tristeza puede manifestarse con sensaciones del tipo de presión en el pecho, dificultad al respirar, ganas de llorar o cansancio. El Miedo también se siente corporalmente como vértigo, parálisis, tensión muscular, dolor de espalda, nudo en el estómago, opresión en el pecho, dificultad al respirar o fatiga. El dolor de mandíbula, estómago revuelto o ganas de golpear algo o a alguien son signos manifiestos de rabia. El amor se siente corporalmente como mariposas en el estómago, el corazón ensanchado y contento y sensación de estar flotando.
Al realizar cualquier técnica de trabajo emocional en una situación de terapia, debe haber congruencia entre la emoción que se está expresando, el sonido que se emite (o palabras) y el movimiento corporal realizado.
Cuando Perls decía a las personas que exageren sus movimientos y voces, estaba trabajando para profundizar su experiencia, para llegar a los sentimientos, para llegar a una experiencia alejándose del mero hablar.
La Bioenergética es también una forma de terapia que combina el trabajo con el cuerpo y con la mente para resolver problemas emocionales. A través de la regulación de la respiración y de sesiones de relajación muscular se facilita el contacto corporal con las sensaciones internas que pueden evocar emociones.
El lenguaje corporal nos puede informar del tipo de emoción que está sintiendo un paciente aunque no nos lo verbalice.
- La Alegría se manifiesta corporalmente a través de la risa a carcajadas, sonreír o mostrando unos ojos brillantes, abiertos al disfrute y sonrientes. El cuerpo de una persona alegre se muestra activo, vibrante, atento y con ganas de relacionarse y de hacer cosas, de compartir con los demás y abrazarse con entusiasmo.
- La Tristeza se muestra corporalmente mediante el llanto, la expresión facial: ojos caídos, boca sin sonrisa, ojeras. El cuerpo se muestra lánguido, como sin fuerza, músculos flácidos, encogimiento de hombros, movimientos y velocidad del habla lentos. En los niños la tristeza puede manifestarse en forma de cansancio, mal humor, pérdida de apetito y pasividad ante los juegos.
- El Amor es la emoción que nos da la vida, es el elemento energético que nos conecta con todo lo que nos rodea. Da lugar a conductas de acercamiento, besos, abrazos, caricias táctiles y favorece la intimidad. El Amor se transmite a través de caricias verbales y no verbales, con palabras, con gestos, incluso sabiendo poner los límites adecuados. Cuando sentimos Amor el cuerpo reacciona desde el hipotálamo hasta las glándulas suprarrenales liberando adrenalina y noradrenalina. El cuerpo se activa elevando la frecuencia cardíaca, aumentando la tensión arterial sistólica, el metabolismo se prepara para la acción muscular y se producen más glóbulos rojos optimizando la respiración.
- El Miedo se manifiesta corporalmente con sensación de sequedad de boca, sudoración excesiva, temblores en el cuerpo y en la voz, diarrea, frecuentes ganas de orinar, enuresis y encopresis (por relajación de los esfínteres urinario y anal), onicofagia (morderse las uñas), terrores nocturnos, comportamientos de inhibición y evitativos (negarse de forma injustificada a hacer cosas normales para su edad y situación) y multitud de patologías sobretodo digestivas, respiratorias y dermatológicas.Al conectar con la emoción del Miedo generalmente se tiene una sensación desagradable de tensión nerviosa en el cuerpo que nos prepara para estar en alerta ante una situación desconocida o temida.Las tres posibles reacciones ante esta emoción son: la huída o evitación de la situación temida, el enfrentamiento o agresión y la pasividad. Hay varias formas de manifestar el miedo a través de la pasividad:
- Paralización: no hacer nada.
- Agitación: hacer muchas cosas con poca productividad.
- Sobreadaptación: hacer lo que el otro espera de mí.
- Agresión-pasiva: comportamientos autoagresivos (adicciones, accidentes, somatizaciones) o agresiones al otro “sin darnos cuenta”, olvidos, golpes solos o con otros sin querer.
La forma más natural que tienen los niños de exteriorizar el miedo es gritando y llorando.
- El Poder es la emoción que nos conecta con nuestra propia fuerza y seguridad interna, generando autoestima y confianza en nuestra capacidad personal de afrontar eficazmente los retos diarios. Su expresión corporal se manifiesta con la cabeza y barbilla alta, cuerpo erguido y hombros hacia atrás sacando pecho (como los soldados), tono de voz firme, alto y decidido, en general el cuerpo en actitud de disposición para la acción.
- La Rabia es la respuesta emocional de defensa ante una situación estimular de agresión o de frustración. La sensación de malestar que se genera en el cuerpo se expresa corporalmente con el gesto facial de enfado, ceño fruncido, labios apretados, piel roja, el ritmo cardíaco se acelera y sube la presión arterial. Los puños apretados y tensión muscular en piernas y brazos pueden indicarnos de forma no verbal esa rabia sentida y no expresada con palabras. El enfado manifiesto, el aislamiento del grupo social o la agresividad en el juego son formas conductuales que tienen los niños de manifestar su rabia.La rabia genera una energía que es necesario descargarla exteriormente de forma sana sin hacerse daño uno mismo ni a nada ni a nadie. Las formas más habituales de expresar la rabia son a través de la garganta (gritos, palabras o gruñidos) y con gestos corporales (sacar la lengua, corte de mangas, gesto de la mano con el dedo corazón hacia arriba) y con los movimientos corporales de golpear, correr, pisar enérgicamente, puñetazos, patadas, palmadas. En general cualquier deporte o actividad que implique un ejercicio físico es una forma sublimada de descarga de energía y de canalizar la rabia generada en las interacciones cotidianas.
5. Mi experiencia profesional en cuidados corporales.
Desde la perspectiva que puede proporcionar trabajar veintisiete años como enfermera me he dado cuenta de la importancia de los cuidados integrales ante pacientes con patología orgánica. Aunque el problema de salud evidente es a nivel orgánico no hay que olvidar que es un ser pensante y “sintiente”. Al trauma físico evidente se le trata junto con el trauma emocional consecuente. El profesional de Enfermería no sólo se limita a proporcionar los cuidados corporales específicos mediante técnicas y procedimientos clínicamente reconocidos, sino que, si busca la excelencia profesional, se nos enseña también la labor de apoyo emocional como parte de los cuidados integrales.
Por ejemplo, una cura de una herida quirúrgica no se limita a la preparación del material estéril necesario y aplicación de analgésicos, sino que siempre que sea posible, establecer un diálogo previo con el paciente para informarle del procedimiento, repercute positivamente disminuyendo, en la medida de lo posible, la ansiedad que ya de por sí está elevada al estar ingresado en un hospital. Que el paciente participe controlando su respiración o mediante relajación muscular ayuda en el procedimiento enfermero. Finalizar reconociendo su valentía y dando ánimos para la pronta recuperación repercute positivamente en el bienestar físico y emocional. El objetivo principal de los cuidados de enfermería es favorecer el bienestar psicofísico de los pacientes para lograr el autocuidado integral. En esto puede verse un paralelismo con el objetivo psicoterapéutico integrativo, cuando desde los cuidados psíquicos se integra la terapia corporal.
Mi especial sensibilidad al llanto y sufrimiento de los pacientes pediátricos me lleva a acudir a su lado ante un llanto insistente que dispara las alarmas de los monitores. Mi interés se centra en averiguar la posible causa de la incomodidad que en ese momento siente un niño que llora y resolverlo satisfactoriamente por ambas partes. Desde colocar simplemente un chupete caído y que proporciona consuelo su succión, hasta incorporar el cuerpo para cambiarle de postura, arroparle si tiene frío, destaparle si tiene fiebre, favorecer el eructo si acaba de comer o facilitar la eliminación de heces o gases si está estreñido, aplicar el tratamiento analgésico adicional, acunarle, susurrarle silencio, música de dormir o una película infantil, un masaje corporal relajante o frotarle la espalda cariñosamente son ejemplos de técnicas de terapia corporal que ayudan a restablecer el bienestar psicológico perdido. En esos momentos estoy realizando una función de córtex auxiliar externo que ayuda a la regulación emocional del niño pequeño.
Siegel propone que la actitud de consciencia plena (mindfulness) sobre los estados y procesos internos es una forma de auto-relación, una forma interna de sintonía con uno mismo, que crea los mismos efectos que la sintonía interpersonal. Sitúa esta capacidad de mindfulness en el área prefrontal del córtex, aquí reside la capacidad de la mente de volverse sobre sí misma y observarse. Podríamos decir que la persona se dispone a estar plenamente presente observando con respeto y aceptación su mundo interno.
El terapeuta, pues, ha de desempeñar el papel que hace un buen padre o madre, actuando como un córtex auxiliar externo que presta atención a la narrativa verbal y no verbal que manifiesta el cliente en el momento que están frente a frente. En una actitud presente puede dejarse impactar, sin ideas pre-concebidas, por la experiencia emergente del paciente, indagando sobre aquellos aspectos de la experiencia que aparecen en la narrativa (pensamientos, fantasías, reacciones fisiológicas, gestos, estados emocionales y sensaciones), en adecuada sintonía con el ritmo, las necesidades relacionales y evolutivas. De este modo, puede facilitar una experiencia de continuo contacto interpersonal que facilita asimismo el contacto interno.
6. Experiencia personal sobre el trabajo corporal en psicoterapia.
Durante el desarrollo del módulo de la incorporación del cuerpo del Master fui sujeto y objeto-a la vez- del trabajo de observación de los cuerpos humanos de los demás y de mi propio cuerpo. El lenguaje no verbal que nos proporciona la sola presencia corporal es enriquecedor al observador ávido de obtener información sobre las personas. Mi autoexploración corporal me sirvió para darme cuenta- aún más si cabe- de lo maravillosa que es la naturaleza humana. Desde el milagro de la vida, la capacidad sensorial, verbal, intelectual y motriz a disposición del disfrute y la enorme capacidad de aprendizaje continuo me lleva a estar orgullosa de mi naturaleza corporal y toda su trayectoria. Cuando observaba mi cuerpo en reposo y mi reacción ante distintos tipos de estímulos auditivos mi capacidad imaginativa se soltaba de forma sorprendente. Al igual que mi cuerpo en movimiento se activaba ante una música alegre y de ritmo rápido, se ralentizó al unísono de una música lenta y armoniosa. No me sorprende mi sentido del ritmo y mi paralelismo con los estados de ánimo evocados por la música. Mi actitud corporal era de disposición para la acción sin ningún reparo. En cambio observé en algunos de mis compañeros su negativa a participar en las propuestas de expresión corporal. Ignoro los motivos personales que les impedía poner su cuerpo en acción aunque al pasar a su lado me susurraban que envidiaban mi espontaneidad ante la música.
Cuando la actuación corporal pasó de ser individual a grupal, hubo mayor grado de participación. El colectivo parece que ayuda a relajar las defensas y el miedo al ridículo. Yo personalmente estoy a gusto con mi cuerpo, valoro todas las partes aunque algunas de ellas no me de cuenta de que están pero en conjunto contribuyen todas a mi bienestar bio-psico-social. Soy consciente de que el paso del tiempo es inexorable para todo el mundo y es algo que voy apreciando a nivel externo e interno de mi cuerpo. Quiero pensar que estoy preparándome poco a poco, realizando duelos de etapas corporales anteriores y viviendo el presente con todas las oportunidades de disfrute que me brinda. En el trabajo emocional pude comprobar que es a través de la respiración controlada y la acción mediante los movimientos corporales como se puede llegar a conectar con una emoción arcaica profunda. Es a través del cuerpo y del pensamiento como se puede llegar a las emociones.
En el Presencial de Gestalt aprendí la importancia del diálogo con el órgano o la parte del cuerpo en conflicto. Es una forma de valorar su función como parte integrada de un sistema sacándolo fuera y realizando un psicodrama corporal.
En el presencial sobre el Trauma he practicado técnicas de Mindfullness y enraizamiento en las que está muy presente la observación de las sensaciones corporales sin tratar de juzgarlas. El objetivo era facilitar la evocación de memorias somáticas implícitas desconocidas por el consciente y que informan sobre el origen y mantenimiento del trauma acumulativo.
7. Mi experiencia del deporte como forma de terapia.
La práctica de un deporte de competición como puede ser el tenis, pone a prueba la importancia de la interacción mente-cuerpo. La mayoría de los golpes se automatizan como consecuencia de entrenamientos repetidos. El ejercicio de este deporte además de precisión, rapidez y forma física exige un alto nivel de concentración y autoconfianza. En las situaciones de mucha activación fisiológica y emocional se da también la presión psicológica en las que está en juego ganar o perder un partido. En las ocasiones en las que mis niveles de seguridad y autoconfianza estaban elevados, mi rendimiento deportivo superaba a jugadoras con un nivel de tenis superior al mío. En cambio cuando mi autoestima está baja, no confío en mis posibilidades y puedo llegar a perder con jugadoras de peor ranking. Esto me lleva a pensar que dependiendo de mi estado psicológico así podrá responder mi cuerpo y en óptimas condiciones sé que soy capaz de sacar mi mejor tenis hasta llegar a sorprenderme yo misma. También sé que soy capaz de ser mi peor enemiga cuando la motivación no es la óptima y no me gana mi rival, simplemente yo pierdo el partido. “Muchas veces somos nuestro peor enemigo. No es el adversario externo el que nos derrota sino nuestras propias dudas, nuestro propio miedo y nuestra falta de concentración”
Puedo extraer la conclusión que mediante el tenis chequeo mi estado de ánimo y puedo decir que un partido es satisfactorio, aunque el resultado no sea favorable, si he dado lo mejor de mí. Siempre me he guiado porque lo importante es tener objetivos de rendimiento y no tanto de resultados. El fin último es realizar un ejercicio físico pero cuando el equipo necesita ganar puntos para ascender de categoría ya no se juega con la misma relajación que si fuera un amistoso. Aquí ya se pone a prueba mi madurez emocional. Además el tenis ha sido para mí una “terapia antiestrés”. La práctica de un deporte me ha acompañado desde pequeña y los beneficios físicos y psicológicos hoy en día nadie lo pone en duda. Las tensiones acumuladas diariamente en el trabajo, en casa, con los estudios o con la familia, encuentran una vía de escape con la práctica de este ejercicio físico. Además se da en relación social con otras deportistas, no es un ejercicio en solitario, y encuentro gratificación también por esto.
Mediante los golpes de la bola con la raqueta se libera mucha agresividad y es mi forma socialmente aceptada de liberar la rabia. Mi entrenador personal hacía las veces de terapeuta y el reconfortamiento procedía del interior mediante la satisfacción personal y también del exterior por el apoyo de las compañeras y la validación del entrenador.
Conclusiones
El trabajo corporal forma parte de la psicoterapia integrativa teniendo en cuenta al organismo en su totalidad y no simplemente su pensamiento o emoción a través de la voz (conducta verbal) o de la acción (conducta motora).
Aunque el psicoanálisis esté considerado como una disciplina limitada al estudio de los problemas psíquicos, tuvo su origen en las alteraciones de las funciones somáticas cuya etiología no podía ser atribuida a daños orgánicos.
La expresión corporal como fuente de información psíquica, la expresión de las emociones a través del cuerpo junto con los beneficios psicológicos del ejercicio físico y del apoyo emocional en los pacientes con patologías orgánicas nos conduce a la conclusión de que la interacción mente-cuerpo es un tipo de relación interdependiente.
“El psicoterapeuta tiene que no temerle al cuerpo, tiene que saber que se puede contar con él, porque está hecho de tal modo que es óptimo para lo que de él esperamos. Para que realmente podamos facilitarle a otra persona que se conecte con su cuerpo, tenemos que empezar a vivenciar el propio” (Adriana Schnake).
Bibliografía.
- Chias, M. y Zurita, J. Emocionarte con los niños. Sevilla: Desclée de Brouwer (2010).
- Gallwey, W.Timothy El juego interior del tenis. Barcelona. Sirio(1997)
- Lowen, A. El lenguaje del cuerpo. Barcelona: Herder (1985).
- Rolf, Eric. La medicina del alma. Valencia: Terapion (1997).
- Sarno, John E. Curar el cuerpo, eliminar el dolor. Málaga: Sirio (1998).
- Schnake, Adriana. Los diálogos del cuerpo. Santiago de Chile: Cuatro vientos (1995).
- Scnake, Adriana. La voz del síntoma. Ed. Cuatro vientos (2001).
- Apuntes del módulo “La incorporación del cuerpo al proceso terapéutico” del Master de Psicoterapia Humanista Integrativa. Instituto Galene de Psicoterapia (2012).
- Salvador, Mario C. Apuntes “El guión de vida en el cuerpo: las decisiones somáticas y abordaje terapéutico para su intervención”. Master Psicoterapia Humanista Integrativa. Instituto Galene de Psicoterapia (2012).
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