Tocar y Abrazar durante la terapia regresiva
01/10/2016
Este artículo relata la experiencia de clientes considerando el valor, para ellos, de ser acariciado y abrazado durante porciones de su trabajo psicoterapéutico. La característica de este aspecto de su contacto fue alimentador, de apoyo, empático, y cariñoso. El contrato puede haber sido simplemente el experimentar como puede ser esto. Más frecuentemente fue una parte de crear una nueva experiencia de intimidad segura mientras las experiencias traumáticas estaban siendo identificadas, liberadas, y remodeladas.
Es cada vez más claro mientras la investigación y la experiencia se acumulan que nuestras experiencias tempranas con nuestros modelos parentales modelan todos los sistemas regulatorios, de apoyo de la vida e interpersonales en nuestras mentes y cuerpos para bien o mal. Esto es particularmente cierto en términos de nuestras experiencias de acariciar o abrazar.
Cuando nacemos nuestras necesidades de abrazo y caricias deben ser satisfechas desde una fuente externa- nuestros padres o los cuidadores. Como adultos, y cuando volvemos a edades tempranas de forma espontánea o terapéutica, a menudo experimentamos la necesidad de ser tocados o abrazados por otros. Además, como adultos tenemos la capacidad de aprender a satisfacer las necesidades de caricias por nosotros mismos- la parte desarrollada que hay en nosotros mismos que aporta alimentación y estimulación sana para el niño interior. Experimentar y aprender a estos dos niveles puede ser la parte de un proceso terapéutico que mueve a la gente más significativamente que cualquier otra cosa.
Sabemos que nuestra piel no es sólo la única unión con el mundo sino que es el experimentador primario y mediador de los mensajes tempranos de dar vida o destruir vida. Así que cuando nos hacemos la pregunta ¿por qué tanta gente entra en nuestros despachos sintiéndose medio vivas o medio muertas?, la respuesta puede estar relacionada con su historia de experiencias de caricias tempranas. Unas pocas referencias de la literatura y la vida diaria pueden ser tanto ilustrativas como de ayuda al relacionar las caricias y los abrazos con el trabajo regresivo.
Spitz (1945,1946) en sus estudios sobre la orfandad, describió situaciones en las cuales los niños que no eran acariciados se ponían enfermos y se morían. Este estado se llama a veces el “marasmo” infantil. En su libro El primer año de vida, Spitz (1965) señalaba que “la identificación primaria se hace difícil por aquellas madres que retiran de sus hijos la gratificación inherente en ser acariciado” (p 232).
En la descripción de Mahler (1958) del proceso de separación- individuación, las experiencias táctiles en los primeros seis meses son vistas como fundamentales para el desarrollo del estado de identificación primaria, lo cual emplaza al mecanismo para la identificación secundaria sana.
Montagu (1971) afirmaba, “es bien sabido que los factores emocionales son capaces de influir el crecimiento y el desarrollo del organismo, principalmente a través de la acción diferencial de las hormonas. Los animales que han disfrutado de experiencias táctiles adecuadas responderán muy diferentemente de aquéllos a quienes les han faltado tales experiencias.”
Al describir los resultados de los estudios en ratas, Motagu indicaba que “el animal inadecuadamente cuidado, podemos asumir, es una criatura emocionalmente insatisfecha.”(p187). También “las ratas bien cuidadas muestran mayor viveza, curiosidad, y habilidad para resolver problemas que las ratas no bien cuidadas. Tienden también a ser más dominantes que las ratas descuidadas”. Afirmó entonces que los seres humanos parecen responder como las ratas, y que “los infantes quieren evidencias tangibles de seguridad, la experiencia de contactos reafirmantes con otro cuerpo” (p187).
El valor de la terapia regresiva dirigida a una variedad de temas adultos fue discutida por Smith (1990) en el Transactional Analysis Journal. Escribió que “el trabajo regresivo implica contacto físico similar al del tipo que sucede cuando un padre acaricia a un niño”, y que “la regresión, como se usa en el trabajo regresivo, permite a un cliente. . . tener una experiencia correctora en la cual las creencias resultantes del trauma son examinadas, y modificadas” (p. 257).
En el número de Octubre de 1995 del TAJ, el cual era un recuerdo a Robert Goulding, se le cita como hablando de “redecisión somática” (Blackstone, 1995, p 345). Este concepto apareció durante una discusión de una terapia de grupo en la cual un cliente tomó una decisión, durante su trabajo, de permitirse a sí misma ser “abrazada” por otra mujer, a quien ella había elegido como “terapeuta”. Esta redecisión somática era sentida como un “cambio dentro del niño en el presente” (p 345). En mi experiencia, el cambio dentro del estado del yo del Niño es acompañado más a menudo por una reestructuración significativa y más sutil del estado del yo Padre.
Algunas escuelas de enfermería están ahora enseñando modos de “caricia terapéutica” en sus programas de entrenamiento (Salzberg, 1979). La caricia es ahora común en la enfermería de niños prematuros, sus beneficios (como ganar peso rápidamente) son demasiado obvios para permitir la continuación de prácticas anteriores. La terapia de masaje para adultos e infantes es un fenómeno creciente en nuestro mundo contemporáneo. La madre Teresa y las hermanas acariciaban a aquéllos a su cargo regularmente- no sólo mecánicamente mientras cuidan de ellos, sino con respeto, preocupación, y un amor trascendente para cada vida individual.
Evaluar y usar el contacto físico y el abrazo durante la regresión en la psicoterapia
El acercamiento de psicoterapia que uso más a menudo lo llamo “parentalización integrativa”. Pienso en ello como una forma de intervención terapéutica basada en una comprensión de los temas sicológicos y siquiátricos. Aparte de la construcción de recursos personales internos y externos en los adultos, el proceso se enfoca en la temprana reparentalización, en curar experiencias traumáticas que han llevado a pensamientos destructivos, sentimientos y conductas en la vida adulta.
El cliente y yo comenzamos nuestro trabajo juntos situando sus áreas de problemas y razones para venir a verme, sean vocacional, intrapersonal, interpersonal, social (en un sentido más amplio) o espiritual. Esto sucede durante sesiones de dos o tres horas de duración, lo cual nos permite adecuar el tiempo a explorar inicialmente la historia personal y la experiencia presente. Además, a menudo uso dos largos cuestionarios- un cuestionario pre y perinatal y un cuestionario de historia traumática- los cuales son rellenados por el cliente entre sesiones, a menudo con la ayuda de otros en la familia cuando es posible. Si el cliente tiene 25 años o menos, también son posibles los datos de nacimiento de hospital. También busco cualquier estilo de vida, factores nutricionales, y/o metabólicos que pueden estar jugando un papel causativo o amplificador en los problemas que estamos considerando. A veces esto requiere hacer trabajo clínico y de laboratorio para definir el posible papel de tales factores.
Mientras empezamos el trabajo, comprobamos y expandimos, donde es necesario, la respiración básica, el centramiento, la autocontención, y las habilidades de autoparentalización/nutritiva. A medida que éstas se vuelven más familiares y de fiables podemos proceder a hacer un contrato de ir desde los síntomas presentes a experiencias causativas tempranas. Mientras podemos hacer esto en sillas una en frente de la otra, a menudo trabajamos en un colchón talla extra en el suelo en una esquina de la habitación, con una gran abundancia de almohadas de todos los tamaños por comodidad, y protección. En esta última situación, el cliente se reclina o semireclina, y me siento con las piernas cruzadas hacia la derecha o la izquierda del cliente.
Mientras comenzamos el proceso regresivo, ponemos particular atención a la respiración del cliente y usamos sugerencias para ayudar a la relajación física y mental. Para ayudar al cliente a volver y enfocar el trabajo, hago algunas sugerencias generales sobre el pasado que hemos acordado, y seguimos el flujo de sentimientos, pensamientos, imágenes, y sensaciones corporales. Llamo a esto un proceso asociativo guía. De esta manera, normalmente tenemos éxito en acceder a lo que el cliente experimenta como areas relevantes de problemas de la niñez.
Al cliente se le pide que describa la imagen accedida, recuerdo, sentimiento, o sensación corporal y contar otros factores contextuales como la edad, lugar, y quién está haciendo qué a quién mientras los sentimientos aparecen. Durante este proceso estoy atento, apoyo, acepto incondicionalmente y soy empático.
En ambas situaciones silla a silla y en el colchón, y de acuerdo con los deseos del cliente, normalmente sitúo mis manos en sus rodillas o brazos para aportar un sentimiento de contacto físico con una persona segura- especialmente importante cuando aparecen o son liberados recuerdos “temibles” e inseguros. Durante momentos de catarsis de alto nivel, puedo usar compresión del hombro y abrazar como una manera de apoyar a mi cliente a través de la experiencia, particularmente cuando su lenguaje corporal indica un deseo de este apoyo y cercanía. Estas son algunas de las maneras en las que uso el toque y el abrazo para facilitar el desarrollo de un vínculo entre el niño interno del cliente y una nueva, persona parental sana.
Otras maneras en las cuales uso el toque y el abrazo incluyen un abrazo estándar del infante: el cliente de cara a mí descansando de lado en unas almohadas situadas en mi regazo. Mis brazos están alrededor del cliente sosteniendo su cabeza, espalda, y hombros. Variamos esta posición de acuerdo con su comodidad. Hacemos esto hacia el final de la sesión para terminar o cuando estamos explorando el pasado, remodelando la experiencia de la infancia temprana, o sólo colocándonos y “conectando”. Esta conexión física aporta una realidad energética de calma, seguridad, paz, cercanía. Los clientes informan que esto aporta una base para el desarrollo de niveles mayores de seguridad interpersonal, autoconfianza, y confianza con otros como adultos. Podemos usar un biberón también con un sustituto de la leche como leche de arroz, de soja, o zumo de manzana. Las cintas de música clásica suave, nanas, una cinta de sonido del corazón maternal en el feto, o cintas de sonido ambiental a menudo aportan un apoyo agradable para la experiencia.
Durante la experiencia de abrazo, hablo con la pequeña persona de dentro de mi cliente con un tono que varía de acuerdo con el contexto del trabajo. Sin embargo, normalmente esto incluye afirmaciones sobre ser querido, protegido, seguro, amado, fuerte, y maravilloso. Tanto en mi experiencia clínica como personal, la experiencia de abrazo físico y caricias permite la incorporación de una experiencia correctiva en niveles preverbales de desarrollo que es casi imposible de alcanzar de cualquier otra manera. Implica usar el mismo lenguaje corporal que fue usado cuando se incorporó el mensaje negativo inicial, pero esta vez para acompañarle a adoptar uno nuevo correctivo. Con el tiempo sustituye cada vez más la experiencia original de escasez, abusiva, deficiente, o aberrante de alguna manera.
Este trabajo puede requerir volver a los mismos traumas en muchas y varias ocasiones dependiendo del nivel de trauma o shock que estaba implicado.
Informes de casos: los clientes hablan
Los siguientes comentarios de mis clientes están incluidos con su permiso. Son representativos de un número de notas y han sido editadas primeramente para reflejar sus reacciones a los componentes del toque y abrazos de nuestro trabajo terapéutico. Estos están primariamente basados en experiencias de terapia conmigo mismo. Algunas también incluyen experiencias con mi colega y socia, Wendy Pomeroy, y yo mismo durante sesiones y en el contexto de un proceso de grupo pequeño. Wendy y yo ofrecemos a los clientes algo que llamamos “mini-intensivo”, durante lo cual trabajamos individualmente con clientes en un grupo, los miembros del grupo representan roles de apoyo cuando se necesita. En otras ocasiones, los miembros del grupo pueden elegir hacer apoyo, adulto-adulto, con cada miembro después de su terapia de grupo.
Mis clientes van en edad desde los primeros veinte a los ochenta y son de ambos sexos.
GJ es un profesional de 39 años que inicialmente buscaba tratamiento por una seria depresión y ansiedad precipitada por la ruptura de su matrimonio. No recuerda ser acariciado o abrazado por sus padres. Teniendo en cuenta el aspecto del toque y el abrazo de su terapia afirma:
Me acariciabais cariñosamente, y esto me ayudó a sentirme aceptado y comprendido. Sintiéndome físicamente cerca, podía expresar más fácilmente mis miedos y comprender mi dolor. Me doy cuenta de que recibí muy poca nutrición física o emocional en mi niñez. Puedo sentir todavía el calor de tu abrazo. Fue aquí que sentí por primera vez lo que era ser amado. A través de esto fuisteis capaces de iniciarme en el camino del autoamor. No me daba cuenta de cómo me despreciaba a mí mismo. Este camino de auto descubrimiento ha sido muy satisfactorio. También soy un padre mucho mejor con mis hijos y puedo ahora abrazarles sin sentirme mal o avergonzado.
MJ, un profesional de 59 años, originalmente buscaba terapia por causa de una depresión, intenso stress ocupacional, y un sentido de vacío emocional y físico. El tocar en su familia consistía en abofetear y golpear. El experimentaba esto como abusivo, terrorífico, y dañino. Cuando empezamos nuestro trabajo, su cabeza y la parte superior de su cuerpo se apartaban espontáneamente como para evitar un golpe. Afirma:
Por causa de la conexión somática, íntima, acariciadora en mi terapia, fui capaz de disfrutar verdaderamente de mi propia existencia y salir del terror de mis experiencias tempranas. En mi larga historia de contactos terapéuticos, ningún método tuvo un efecto tan reconfortante en mi yo interno. Cuando comencé la terapia, estaba fuera de mí, encima de todo y de todos. Ahora vivo mi interior, conectado con todo mi alrededor.
MS es un trabajador de 46 años que inicialmente buscaba terapia por un sentimiento de alienación, depresión, y automedicación inapropiada. Su madre era una víctima de incesto que estaba enajenada de su cuerpo como resultado y su padre era una persona muy rígida, exigente, fría y perfeccionista. MS había sido físicamente abusado de niño por una niña de 8 años que vivía en la puerta de al lado. El contacto físico cariñoso no era algo que experimentara mucho de niño. Dice él:
Para mí, el sentimiento de ser acariciado y abrazado es exquisito, casi indescriptible. Aporta una dimensión que ha hecho mi vida diferente de lo que era antes. He conseguido una llave que hace que las cosas funcionen para todos nosotros- su conexión con una gran “C”. Ya que he tenido la experiencia de ser amado de una manera profunda, he perdido mucha de la ansiedad ante el mundo que tenía antes. Sentí que nos pusimos a trabajar en lo que realmente me sucedía y tratabamos con ello directamente. Ahora tengo este sentido de vitalidad, de vida. Conozco el sentimiento de ser amado que es maravilloso y me pone en contacto con mi centro, con una conciencia expandida- Dios. Si todo el mundo tuviera la oportunidad de sentir amor de esta manera de niño, todo el mundo sería diferente, las cosas parecerían diferentes y tendrían más sentido.
WK es una profesional de 44 años que inicialmente vino a terapia con síntomas de intensa ansiedad y pánico. Parece tener lo que creo que es un stress post traumático de un trauma y un shock experimentado durante su nacimiento, que fue un nacimiento médicamente tratado incluyendo madre medicada, anestesia general, uso de fórceps, y separación de la madre post nacimiento, todo lo cual fue seguido por una circuncisión de rutina dos días después. (Esta información fue obtenida de archivos de hospital). En sus palabras:
Recibo un sentido de calma emocional, cercanía, y amor cuando soy abrazado. Experimento libertad de ser yo mismo. Me estoy abriendo donde antes estaba cerrado en mí mismo. Me siento segura de saber que él está allí de esta manera. Me siento confiado cuando soy abrazado, y sé que importo. Puedo dejar los sentimientos defensivos que había construido y que sean sustituidos por una conexión positiva. Crecí sin que mi cuerpo físico recibiera abrazos amorosos, y me doy cuenta del vacío que llevé durante esos años tempranos. Estoy aprendiendo a recibir amor y alegría y puedo expresarme con claridad, y resolución. Me doy cuenta de que puedo abandonar mi ira ahora, puedo tener emociones más sanas en vez de terror y el trauma que fueron mis primeras experiencias en la vida. Ya no tengo stress teniendo que hacer todo perfectamente para ser aceptado. Me amo a mí mismo de más maneras teniendo a John cerca físicamente.
MF es una programadora de computadoras de 39 años, creativa, competente, y madre de dos niños. Inicialmente vino a terapia por una depresión, dificultades en el matrimonio, y stress ocupacional. En su niñez, el castigo físico por ser “mala” era común, principalmente de su madre, quien le pegaba con sus cucharas de madera y sus manos. Dice ella:
Los beneficios de este trabajo han sido tremendos para mi persona y mi vida profesional. El abrazo y el contacto me han dado el amor que nunca tuve. Se me permitió conectar con otro ser humano de maneras que nunca había hecho antes. Tampoco dejaba que nadie conectara conmigo. Me ha dado la oportunidad de aprender cómo devolver el amor a otro ser humano. John y Wendy, con sus palabras mientras me abrazan y conectan conmigo, me han traido desde un lugar de ira a un lugar cálido donde estar. Esto no significa que el trabajo es de cualquier manera rápido o con que abracen dos o tres veces ya es suficiente- es un largo proceso en el cual debes tener paciencia y tienes que estar abierta lo suficiente para dejar que conecte con tu alma. Ahora soy capaz de confiar en otra gente y tengo un sentimiento de pertenecer. Soy capaz de ser una madre más cariñosa que antes. Mientras continuo mi trabajo con John y Wendy, alcanzaré mis sueños y un potencial que nunca había imaginado antes.
NS es una profesional de 38 años que nació fuera del matrimonio. Inicialmente vino a la terapia por causa de dificultades de relación y un desorden psicosomático. Su madre había trabajado duro para sostenerla y mantener la casa. Mamá no estaba a menudo disponible durante sus años tempranos, y NS fue cuidada por una abuela y tía materna. Dice ella de sus experiencias en la terapia:
Encontré algo que no me había dado cuenta que me había perdido. Crecí sin un padre, y no sabía lo que era tener uno hasta que empecé este tipo de terapia. El contacto y los abrazos implicados en esta terapia, me permitieron sentir los efectos psicológicos del apoyo paterno, tales como el ritmo del corazón descendiendo, mis músculos relajándose, y una calma general y maravillosa desarrollada en todo mi cuerpo.
El es una trabajadora de 53 años que lleva un negocio con éxito con su marido. Ella buscó la terapia para “experimentar la parentalización que no tenía”. Creció en un ambiente privador y abusivo. Sobre sus experiencias en la terapia, dice:
En un nivel celular tengo un conocimiento que no había tenido antes: que está bien estar en un planeta y que soy amada. Ha venido mucho a través del toque-la sensación de seguridad, reafirmación, y amor- y también a través de tus (el terapeuta) palabras junto con las caricias. Antes de que hiciera este trabajo psicoterapéutico no había padre interno o había uno abusivo. Siento que mi niño habría muerto de falta de caricias. Es una experiencia de aprendizaje asombrosa que va desde mis células hasta mi cerebro- enseñándome cosas que nunca había experimentado. Ahora sé que tengo los recursos internos para parentalizarme amorosamente, cariñosamente, y apropiadamente.
GH, una profesional de 42 años, vino a terapia por causa de una depresión que nada parecía ayudar. Tuvo éxito en su vida profesional, pero describió su relación primaria como faltando algunos de los factores emocionales que estaba buscando. De niña sentía mucha vergüenza por no ser suficientemente buena de una manera u otra, y nunca hubo afecto o contacto. Dice ella:
Creo que es maravilloso. Me ayudó tremendamente. Fui capaz de establecer una nueva figura paterna dentro de mí cuando me sentía triste, disgustada, y así. Sirvió para animar mi autoestima y autoconfianza. Me he vuelto más cosmopolita e independiente y puedo ser asertiva sin tener miedo o estar avergonzado. Desde un punto de vista del cariño, siento que este acercamiento a la terapia fue muy útil,- me siento protegida, que importo, y me siento amada durante nuestras sesiones regresivas. El contacto físico reforzó mi sentimiento de que estaba siendo aceptada por lo que era, incondicionalmente. Si no llegaba al recuerdo de ser querida o alimentada, tendía a volver a mi viejo sistema de creencias y sentimientos. El contacto me puso de nuevo en contacto con mis sentimientos positivos sobre mí misma y el mundo. Aunque no necesariamente recuerdo mi experiencia uterina, tengo una certeza de que hay un vacío allí. El contacto me ayuda a llenar ese vacío.
RM es una mujer de 80 años que inicialmente llegó para un seguimiento nutricional por un cáncer intestinal que había sido extirpado con éxito años antes. Además, tenía conciencia de algunas viejas y profundas tristezas que deseaba trabajar. Por el aspecto de contacto y abrazo de la terapia, dice ella:
Es una asombrosa experiencia de confianza – no podía creer que podía estar yaciendo en tus brazos y no tener miedo o vergüenza. Era algo que temía un montón. Mientras hablo de ello, me vienen lágrimas a los ojos. Dispara la conciencia de que no tuve contacto afectivo de mis padres. Él me tocaba por obligación y formalidad, no por cariño espontáneo. Ser abrazada es ser escuchada a otro nivel. Me alertó de la alegría de ser tocada amorosamente. Recientemente, durante un largo paseo en coche con mi hijo y mi nieta de seis años, ella se disgustó. Mi hijo paró el coche y salieron. La abrazó cariñosamente, y caminaron un poco hasta que se calmó. Esto fue tan diferente de todo lo que conocía, pero era paralelo a mi nuevo aprendizaje.
MB es una artista e ilustradora de 53 años que vino a terapia siguiendo las muertes de su familia nuclear,- padre, madre y hermano- en un relativamente corto espacio de tiempo. Las muertes ocurrieron de maneras trágicas e inesperadas. Estas pérdidas parecieron traer un resurgimiento de un trauma temprano sin resolver. Sobre aspectos del contacto y el abrazo en su terapia, dice:
Había estado en muchos tipos tradicionales de terapia: Neo-Freudiana, racional-emotiva, hipnosis Ericksoniana, Gestalt, e incluso algunas formas de terapia combinadas con trabajo corporal. . . Aunque me volví extremadamente sofisticada con las modalidades terapéuticas, los resultados que esperaba nunca se materializaron. Durante varias sesiones tenía flashes de escenas de habitación de hospital, sentimientos de extrema desorientación y frialdad. Sabía que había nacido durante la II guerra mundial en un hospital caótico del ejército, que fue un parto difícil y que mi madre casi muere de septicemia. No tuve casi contacto con mi madre durante las primeras seis semanas de vida. Estos sucesos abrumadores parecían estar aportando el temple emocional para el stress de la vida actual. El trabajo regresivo con mi “nuevo padre” ha sido una revelación. Hasta este trabajo, nunca había experimentado que un terapeuta o padre estuviera totalmente presente emocionalmente. . . Necesitaba la base de contacto físico- abrazos- y las palabras reafirmantes que nunca había experimentado de niña. Este cuidado simple ha traído profundas modificaciones en la manera en la que manejo situaciones estresantes. Estoy agradecida cada día por esta experiencia.
Resumen
Mi meta en este artículo es hacer las siguientes indicaciones, que resumen mi comprensión del papel del contacto y los abrazos en un proceso terapéutico y que han surgido de mi entrenamiento y experiencia.
- La privación de contacto temprano parece subrayar causativamente, o al menos significativamente contribuye a una amplia gama de problemas de la experiencia adulta, incluyendo adicciones, ansiedad, pánico, preocupaciones no realistas sobre la supervivencia, desórdenes psicosomáticos y tendencias auto mutilantes.
- Contacto temprano que es aberrante de alguna manera- inconsistente, tenso, nervioso, leve, sin apoyo, duro, por ejemplo- puede crear una aversión a ser tocado que aparece una vez en la vida de varias formas, como el aislamiento y las conductas táctiles defensivas.
- Los síntomas que la gente experimenta no son tan importantes como es la identificación y reparación de déficits y experiencias traumáticas, como la falta de contacto y la aberración en el contacto.
- La psicoterapia, si va a ser transformativa en el sentido más profundo y completo, requiere un nivel significativo de nivel somático de remodelación implicando contacto. Es mi experiencia que la mayor parte de la gente que viene a terapia tienen algunos temas significativos por temas tempranos sobre contacto.
- Enseñar auto-contacto es valioso y de ayuda para clientes. Creo además, que las terapias regresivas aportan una oportunidad directa y especial de usar las caricias y el abrazo para remodelar déficits tempranos y traumas resultantes de falta de contacto y /o aberración de que el cliente “no tiene que hacerse a sí mismo”. De esta manera, la energía de la persona no tiene que estar disociada entre el estado del ego Padre y el estado del Niño. El puede estar totalmente en el Niño, recibiendo lo que necesita desde un padre nuevo, sano. Mi experiencia es que esto entonces se vuelve un tipo de experiencia que puede llevar a la vida de la gente una vitalidad mayor, energía, y apertura- con uno mismo, en otras relaciones íntimas adultas, y con la vida en general.
Pensamientos adicionales y precauciones
- Los contratos sobre el contacto y el abrazo necesitan estar claros. Junto con esto, creo que es bueno discutir las diferencias entre contacto sexual y contacto afectivo antes de empezar.
- El control de los procesos debe siempre estar en manos del cliente.
- Hacer este nivel de trabajo es aconsejable sólo si el terapeuta ha hecho su trabajo a este nivel.
- Las energías son a menudo sutiles y poderosas. Estar cómodo en presencia de todas las energías es importante, como es la habilidad del terapeuta de mantener claro su propio campo de energía.
- No es aconsejable usar el abrazo y el contacto como un tipo de consolación superficial o de distracción.
- El tiempo es importante y está basado en permanecer consciente de la necesidad del cliente. En mi experiencia, esto en cambio, es un producto del entrenamiento, experiencia, y quizás incluso más del flujo intuitivo de uno.
- Encuentro útil tener otros terapeutas de parentalización disponibles para consulta.
- Ser especialmente cuidadoso con los clientes que hayan tenido abusos sexuales, particularmente si tienes el mismo sexo que el padre abusador, pariente u otro. Dejar tiempo adecuado para clarificación al final de la sesión.
Conclusión
El contacto físico afectivo es una experiencia básica y necesaria para nuestros cuerpos humanos para poder sentirnos conectados, verdaderamente vivos y vitales. Sabemos que el contacto viene antes de las palabras y el pensamiento racional.
El contacto y el abrazo son también un aspecto valioso de la terapia regresiva que se enfoca en la resolución de la privación pre y perinatal del infante, el trauma y experiencias traumáticas que, a su vez, han llegado a constituir un abanico de dificultades en la vida adulta.
John W. Rhinehart
John W. Rhinehart, M:D: es psiquiatra, psicoterapeuta, y director del Deep Brook Center, un centro holístico de terapias innovadoras y nutritivas en Newtown, Connecticut.
Publicado en TAJ, vol. 28, Nº 1, january 1998
Traducción: Mario Salvador
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