Cómo recuperé la fe en la terapia y en mí
01/06/2014
Mi experiencia en el máster o cómo recuperé la fe en la terapia y en mí
En Junio de 2011 había terminado la carrera de psicología y me encontraba en la secretaría de la facultad para hacer unas gestiones. Mientras esperaba, me puse a mirar y recoger distintos folletos de cursos formativos y masters. Mi intención siempre había sido ser terapeuta así que cogí el tríptico del master de Psicología Clínica, sin ninguna ilusión o motivación por hacerlo más que el futuro título que podría obtener de él. No había ilusión porque sentía que era más de lo mismo, una continuación de una carrera que me había dejado enormes lagunas a la hora de tratar terapéuticamente a una persona. En aquella mesa larga llena de información también llamó mi atención un tríptico con un corazón como logotipo: “Master en Psicoterapia Humanista Integrativa y Counselling”. Leí su filosofía y contenidos y sentí ESPERANZA.
Este es el comienzo de mi experiencia con Galene, aquí empezó todo. El hecho de que fuera semi-presencial fue también clave para atreverme a hacerlo. Yo soy de Tenerife y para mí no era viable vivir dos años en Madrid así que todo se iba poniendo a favor para que tomara una de las mejores decisiones de mi vida.
Paralelamente a la carrera yo me había formado en terapias de corte Humanista (Gestalt, Bioenergética…) y también había hecho varios años de terapia individual, sin embargo yo sentía que faltaba algo. Tenía necesidad de estructura, de orden, de secuencia, de herramientas a la hora de la práctica. Para eso quise hacer el master, teniendo absoluta certeza que este tipo de formación requería también un trabajo personal con implicación emocional. Al llevar años en terapia, aunque hacía bastante tiempo que la había dejado, creí que pocas cosas me quedaban ya por trabajar. Había entrado en una resignación de que “yo era así”. Yo tenía unas características de personalidad que eran innatas en mí y que eso no se podía cambiar. Había perdido totalmente la fe en la terapia y en mí misma y no creía que la terapia funcionara a un nivel profundo, sin embargo yo ni siquiera era consciente de todo esto.
A medida que el master avanzaba, a parte de proporcionarme una formación teórica muy rica y valiosa, una técnicas de intervención útiles y eficaces y una estructura de funcionamiento de la terapia, la experiencia del master me hizo ver que lo que más necesitaba yo en el mundo, por encima de cualquier formación, era AMOR. Me di cuenta que todas mis inseguridades como persona, mujer y terapeuta venían de una profunda necesidad de AMOR. Amor nutritivo, limpio, sano, incondicional. Podría decir que no supe que lo necesitaba hasta que no empecé a experimentarlo. Y probablemente no me creía del todo la filosofía del master hasta que no la viví en mi misma. Los directores del master José Zurita y Macarena Chías, los profesores de los módulos online, los terapeutas de los módulos presenciales y todos y cada uno de mis compañeros me mostraron el verdadero significado de lo que es Amar de verdad, incondicionalmente, respetando la esencia de cada uno. Jamás en mi vida me había sentido tan aceptada tal y como era, no esperaban ni más ni menos de mí, sólo que fuera Nidia, la auténtica. Fue increíble la libertad que tuve porque me dejaron SER.
Asumí profundamente que si para mí y para todos mis compañeros había sido tan sanador esa CONFIANZA, TRANSPARENCIA y ACEPTACIÓN, tenía que serlo para la gran mayoría de la gente. Y aunque suene a tópico, aprendí que el AMOR es el único camino.
No hay palabras para expresar el enorme agradecimiento que siento por todas esas maravillosas personas que me acompañaron en el camino. Todas me ayudaron a restaurar la confianza y el amor por mí misma, por mi trabajo, por la terapia y por el mundo.
Creo que esta frase resume muy bien el sentido de esta experiencia “Conozca todas las teorías, domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana” Carl G. Jung
Nidia Bello
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