Resolución del conflicto a nivel emocional

Los sentimientos son como el vapor que se acumula en el interior de una olla. Si se guardan dentro, pueden acabar haciendo saltar la tapadera (John Powell)

Después de muchos años de trabajar en psicoterapia y de haber desarrollado el esquema de los 5 niveles de intervención en Psicoterapia Humanista Integrativa, consideramos que es esencial, para que nuestros pacientes resuelvan sus conflictos, el acompañarlos a que se permitan llegar al nivel emocional profundo para que contacten, se enfrenten y expresen las emociones que están bloqueando la solución de su problema.

Con el objetivo de liberar los contenidos arcaicos, nuestros pacientes necesitan nuestra protección, acompañamiento y guía profesional para que se atrevan a enfrentarse a algo que les aterra. Vamos a facilitarles el contacto emocional a través de técnicas de trabajo emocional, para que expresen su emoción y que permitan que ese contenido emocional dañino salga.

El control excesivo y la dificultad en la expresión de las emociones son disfuncionales para las personas, pueden dar origen a una gran ansiedad y a problemas relacionales. La meta terapéutica será ayudarles a que puedan sentirlas y expresarlas adecuadamente.

En muchos casos, el que los pacientes vayan contactando con sus sensaciones corporales, puede llevarles a que comiencen a identificar las emociones.

Algunas personas, para no contactar con las emociones, pueden tener reacciones somáticas en su cuerpo, por lo que parte de nuestro trabajo como psicoterapeutas, será acompañarles a ser conscientes de cuál es su manera “favorita” para obviar o bloquear el contacto con la emoción y cuáles pueden ser las consecuencias de su evitación.

Para resolver el conflicto a nivel emocional, frecuentemente tendremos que llegar a la escena primaria, donde se generó el trauma. En otras ocasiones no hay una escena traumática definida, sino una serie de sucesos de menor impacto o negligencias parentales, que se han repetido una y otra vez durante los primeros años de la vida. Esto es lo que en Psicoterapia Integrativa se denomina trauma acumulativo (Lourie, 1996; Khan, 1963).

La vivencia que necesita tener el paciente, al enfrentarse a su emoción arcaica y al proceso de gestionarla primero, y expresarla adecuadamente después, es la de ser validado, comprendido, aceptado y acogido emocionalmente por su terapeuta. Esto facilitará que se sienta seguro, y se permita revivir la experiencia para resolver sus conflictos a nivel emocional. Si no se dan estas circunstancias, el paciente podría volver a sentir una experiencia traumática, lo que debemos evitar. Sólo cuando estén preparados y seguros, es cuado debemos animarles a enfrentarse al nivel emocional del conflicto. Para acompañar a nuestro paciente en el trabajo emocional es importantísimo respetar su propio ritmo. Todos aprendimos en nuestra infancia, en mayor o menor grado, a reconocer que recibimos “amor” mediante el contacto físico. Este contacto desaparece según vamos creciendo por distintas razones: educación, rebeldía, sentirnos autosuficientes,… Para que los pacientes se atrevan a contactar con esas emociones arcaicas necesitan sentirse protegidos, queridos y saber que en el “aquí y ahora” no están solos. Por lo tanto debemos transmitirles amor desde nuestra posición de terapeutas, que se sientan queridos para que, con nuestro modelo puedan aprender a quererse y autorregularse, potenciando dentro de ellos lo que en términos de Análisis Transaccional se denomina PN (Padre Nutritivo) que les permita protegerse y cuidarse en su realidad diaria.

Durante la infancia a través de la interacción con sus padres, los niños aprenden que existen emociones “buenas” y emociones “malas” o, dicho de otra forma, que hay emociones que está bien expresar y otras que no está tan bien hacerlo. El niño aprende que la expresión emocional trae consecuencias; ya sean positivas o negativas.

Como Psicoterapeutas, lo primero a lo que tenemos que acompañar a nuestros pacientes es a que tomen consciencia de cuáles son las emociones que reprimen, qué es lo que puede haber detrás de ese bloqueo en la expresión emocional y cuál fue la función del impasse. Con esta información empezarán a contactar con la rabia, la tristeza, el miedo y el resto de emociones que sintieron. Iniciarán el proceso de respetarlas y comenzar a aceptarlas para, a continuación, expresarlas de la manera más adecuada. “Enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo” (Aristóteles).

Nuestra actitud durante la expresión de sus emociones debe ser de respeto y tranquilidad. Podemos guiarles con expresiones como, “ve despacio”, “tómate tu tiempo”,… y sobre todo acompañarles con otras de confianza en ellos y en su proceso como, “está bien así”, “tu puedes hacerlo”, “lo estás haciendo bien”, … para que se permitan realizar la integración de sus recuerdos, sensaciones y emociones. Para que puedan expresar todo aquello que guardaron durante muchos años y les sirvió para protegerse y sobrevivir, y así sanar sus conflictos profundos.

Con este objetivo hemos desarrollado una serie de técnicas de trabajo emocional que facilitan que, en terapia, nuestros pacientes contacten y expresen sus emociones de una manera adecuada y protectora.

José Zurita

Macarena Chías

Bibliografía

Chías Macarena y Zurita José. “EmociónArte con los niños”. Editorial Desclée de Browuer. 2009

Erskine, R. G.; & Moursund J. P. “Integrative Psychoterapy” (2004) Thomson Learning Brooks Cole

Erskine, R. G.; Moursund J. P. & Trautmann R.L (1999). “Beyong Empathy. A Therapy of Contact-in-Relationship”. Nueva York, Brunner/Mazel.

Greenberg Leslie S. & Paivio Sandra C. “Trabajar con las emociones en Psicoterapia” Paidos. 2000

Lourie, (1996). “Cumulative trauma: the nonproblem solving”. Transactional Analysis Journal, 26, 276-283

Zurita José y Chías Macarena. “El Duelo Terapeútico”. Ediciones Galene. 2009