Un cuento para terminar.
03/07/2017
Me ha encantado acompañaros, ver el fantástico grupo que habéis creado y luego a nivel individual ver vuestra evolución desde Buitrago el año pasado, como pacientes, con vuestros miedos y vuestras resistencias… También fue un placer para mí acompañaros en el Espinar, y es una satisfacción ver todo lo que habéis integrado a lo largo de estos dos años, en vuestras tesinas, en el acompañamiento a vuestros pacientes el fin de semana pasado… Hoy me gustaría despedirme de vosotros con un cuento, que como sabéis me gustan bastante:
“Cuenta la leyenda que hace millones y millones de años, recién creado el Universo, se reunieron todos los dioses para contemplar su obra y extasiados por tanta belleza y perfección no pudieron evitar caer en la tentación de la presunción, es por lo que decidieron crear al hombre y a la mujer para que les envidiaran y admiraran su poder.
Se dedicaron tan afanosamente a crearlos que los hicieron a su imagen y semejanza… Tanto fue así, que llegaron a temer que pudieran llegar a fundirse entre ellos o que incluso los destruyeran para luego ocupar su lugar, por lo que decidieron esconderles alguna de las virtudes con las que les habían creado.
Después de mucho pensar uno de ellos dijo:
-«¡Ya sé! Les esconderemos la FELICIDAD, pero el problema va a ser donde esconderla para que no la encuentren jamás».
-«Podemos esconderla en la cima del monte más alto del mundo; a lo que inmediatamente repuso otro:
-«¡No!, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien podría subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está».
Luego propuso otro:
-«Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar», a lo que otro contestó:
-«¡No!, recuerda que también les dimos curiosidad, antes o después alguien construirá una máquina que les permita sumergirse y entonces la encontrarán».
-«Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra». Propuso un tercero.
A lo que le contestaron:
-«¡No!, recuerda que les dimos inteligencia, algún día a alguien se le ocurrirá construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y entonces la descubrirán, todos tendrán felicidad y serán iguales a nosotros».
Todos estaban muy preocupados, pero entonces habló el último de ellos.
Era un Dios que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses, analizó cada una de ellas y entonces dijo:
-«Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren», todos se voltearon asombrados y preguntaron al unísono: «¿Dónde?».
-«La esconderemos dentro de ellos mismos, -propuso- estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán».
Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así, hombres y mujeres se pasan la vida buscando la felicidad sin saber que la traen consigo, que la llevan en su interior.”
Pero el final feliz que yo le quiero dar a esta historia, lo estamos celebrando hoy aquí, junto a todos vosotros. Pues con lo que no contaron los dioses, era con que existirían personas valientes, capaces de enfrentarse a sus propios miedos y de hurgar en sus propias heridas internas para encontrarse a sí mismos. Hombres y mujeres que han recorrido un largo camino durante estos dos años, y que, aunque tal vez un poco cansados a estas alturas, llevan ahora los bolsillos repletos de herramientas y recursos, y un corazón lleno de amor que compartir. Un viaje que finaliza hoy y que les ha permitido convertirse en Psicoterapeutas y Counsellors Humanistas Integrativos plenamente capacitados para acompañar a otros hombres y mujeres a encontrar su propia FELICIDAD.
¡Enhorabuena a tod@s y bienvenidos a la profesión compañer@s!
Teresa Arias
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