Tómate tu tiempo

¿Qué necesidad hay de correr? ¿De hacerlo todo en el menor tiempo posible?. Las personas que vivimos en sociedades desarrolladas tenemos la extraña costumbre de querer hacerlo todo rápido. 

Andamos rápido, comemos rápido, algunos hablan (¡demasiado!) rápido… ¡No podemos perder un minuto de nuestro valioso tiempo!

No nos damos cuenta de que, a veces, es necesario parar para tomar aire, reflexionar, ver lo que tenemos alrededor y así poder continuar. De esta forma podremos tener otra perspectiva distinta. Entender si, lo que estamos haciendo, lo hacemos de la forma en que nos gusta, o simplemente nos lleva la inercia.

Lo mismo pasa cuando cerramos una etapa de nuestra vida. En seguida queremos abrir otra, no podemos estar parados, quietos, esperando. Cuando terminamos un trabajo, en seguida nos “acechan” los fantasmas de la hipoteca, gastos y demás. Buscamos un trabajo, el que sea, con tal de que sean ingresos. No valoramos nuestra calidad de vida, simplemente queremos hacerlo ya.

Es verdad que aún estamos en crisis y no nos podemos permitir el estar un año sin trabajar, pero eso no significa que nos tomemos un tiempo para pensar qué nos gusta, qué queremos hacer.

Lo mismo pasa con las relaciones, las casas en las que vivimos… Párate un momento. Reflexiona. Y date tiempo para pensar qué es lo que realmente quieres. Al fin y al cabo, es de tu vida de lo que estamos hablando.

El Dalai Lama, cuando le preguntaron qué era lo que más le sorprendía de la humanidad, contestó: “El hombre. Porque sacrifica su salud para ganar dinero. Luego sacrifica el dinero para recuperar su salud. Y luego, está tan ansioso sobre el futuro que no disfruta el presente; resultando que no vive en el presente o en el futuro; vive como si nunca fuera a morir, y luego muere sin haber vivido realmente”

Rocío Alix