El sentido del humor
01/01/2011
Hola a tod@s:
Por fin dejamos atrás a 2010, un año malo, malo, muy malo. La crisis continúa aunque esperamos que 2011 nos traiga, al menos, el inicio de la recuperación. Por lo menos que nuestros amigos y familiares nos muestren más alegría que el pasado.
Quiero hablaros del sentido del humor en psicoterapia. ¿Quién dijo que tenemos cinco sentidos?, por supuesto que son muchos más, y el sentido del humor es uno de los más preciados para que la persona y su entorno se sientan mejor.
En la profesión más maravillosa del mundo, la psicoterapia of course, el poder desdramatizar lo que nos trae nuestro paciente es fundamental para poder acercarnos a los contenidos sin rompernos. Nos interesa que ninguno de los tres elementos que interaccionan en la terapia, el paciente, el terapeuta y la relación terapéutica, sufran en demasía con el material que se esté tratando. El sentido del humor va a realizar una función lubricante y protectora para que todo fluya mejor.
Ni que decir tiene que el paciente debe ser tratado con el máximo respeto, y que en ningún momento se debe sentir menospreciado, descalificado, ni avergonzado por esa desdramatización de lo que nos está trayendo a terapia.
El sentido del humor es más una actitud, que se puede y debe instalar en la relación terapéutica, y que permitirá fortalecer el vínculo, disfrutar mejor los intercambios positivos y agradables de la relación, y ayudará a soportar mejor los desagradables.
Uno de los principales peligros que aparecen cuando una persona sufre un trauma es la victimización, y será fundamental nuestra actuación para que el paciente no entre, o en su caso salga lo antes posible, de ese estado de víctima que sólo serviría para empeorar las cosas. El humor juguetón del terapeuta romperá en muchos casos ese proceso de victimización, tan frecuente como negativo, en la que la realidad desaparece y el escenario donde transcurren las transacciones es el triangulo dramático (Salvador, Víctima, Perseguidor)
El problema es que el sentido del humor no es fácil de aprender en la vida adulta. Generalmente, se gesta en la infancia, en un entorno familiar que lo usa y lo permite; cuando es así, lo que debemos hacer es favorecerlo y que se instale como parte importante de la relación terapéutica. En algunos casos estuvo presente y en algún momento se reprimió, por lo que el terapeuta deberá trabajarlo en su proceso personal para desbloquearlo y comenzar a usarlo de nuevo. En los casos en los que no se dio en la familia, intentaremos mostrarlo como elemento importante en la formación profesional (será el maestro quien lo deberá aportar durante la formación) y dar los permisos a sus alumnos para utilizarlo en la práctica profesional.
En cualquier caso, me gustará animaros a reflexionar sobre la importancia del sentido del humor en psicoterapia, un elemento muy preciado, que facilitará cada paso del proceso sanador y de crecimiento del paciente, y mejorará la calidad de vida del psicoterapeuta.
Espero que os guste el BONDING de este mes y lo difundáis entre vuestros amigos y colegas.
Un abrazo para tod@s,
José Zurita
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