Nos vamos de vacaciones

01/08/2010

jose zurita

José Zurita

Hola a tod@s:

¡Nos vamos de vacaciones! Habitualmente en España y más concretamente en Madrid, es en el mes de agosto cuando nos tomamos ese necesario descanso. Una conversación frecuente es que la gran mayoría de personas preferirían irse otro mes pero…. Parece que la realidad nos obliga a que sea en el mes de agosto.

Para continuar hablando de los aspectos importantes que rodean al buen ejercicio profesional de la psicoterapia, este puede ser uno de los que se deben tener en cuenta y que a veces se pasa por alto o al menos no se le da demasiada importancia. El descanso del psicoterapeuta es crucial para su correcto desempeño profesional.

Nosotros necesitamos estar lo mejor dispuestos para realizar nuestra labor y estar descansados, no cabe duda que es de lo más importante. Seguir esa fórmula anglosajona de 8+8+8: 8 horas para dormir, 8 horas para trabajar y 8 horas para descansar, parece perfecta. Dormir 7 u 8 horas regularmente y con una estabilidad horaria nos permitirá “estar despiertos” ante lo que nuestro paciente nos traiga a sesión.

En cuanto a las horas de trabajo, sé que es el punto más difícil de cumplir en esta profesión que nos encanta y que a veces decimos que solo tiene un defecto y es que “trabajamos demasiado”. Mi sugerencia es que un psicoterapeuta no debería tener más de seis sesiones diarias o seis horas dedicadas al trabajo con el paciente al día. Hay que tener en cuenta que el tiempo de sesión, es de una dedicación completa a nuestro paciente, aquí no caben esos momentos personales que otros profesionales pueden permitirse a lo largo de su jornada, pensar sobre nuestras cosas debe quedar relegado a cuando acabe la sesión. Lo difícil es meter el resto del trabajo en las horas restantes para no pasarnos de las 8 horas. Lo que para mí está claro es que si trabajamos más de 6 horas en terapia no podremos “estar despiertos” para nuestros pacientes.

Hace 25 años, cuando terminaba una sesión de psicoanálisis con mi primera psicoterapeuta, vi su agenda y para mi sorpresa tenia citados pacientes desde las 8 de la mañana a las 9 de la noche, sin tener siquiera interrupción para comer. Le pregunté ¿y tú no comes?, la respuesta me dejó impresionado: “no, porque da sueño”. Para mí fue un gran aprendizaje acerca de lo que NO se debe hacer, ni tener tantas sesiones ni trabajar sin descansos y por supuesto comer.

Con respecto a las 8 horas para descansar…, debemos darnos lo mejor para nuestra vida. En esta franja estará el darnos tiempo para comer y si es posible una pequeña siesta después mejor. Leer, ver cine, charlar con amigos,… la lista podría ser interminable. Hacer deporte que mantenga nuestro cuerpo vivo y en forma y que además permita que se equilibren las energías emocionales (que no se acumulen). Estar informado y en el mundo, será importante para seguir bien la relación terapéutica y el hilo de nuestro paciente.

Haremos un hueco semanal para nuestra terapia personal.

No abusar del alcohol y en general huir de los abusos que nunca son buenos. También será bueno intentar que nuestros ritmos biológicos sean estables, que la estructura horaria de las comidas y el sueño sea lo más uniforme posible. Si llevamos a la práctica estas ideas, podremos “estar despiertos” durante nuestro día tanto personal como profesional.

También le doy mucha importancia a que día a día debe haber equilibrio y no usar el fin de semana para descansar o para dormir lo que no hemos podido hacer durante la semana. El fin de semana cubre otras necesidades importantes para que nuestra vida sea rica, atractiva y variada. No nos olvidemos que somos un modelo para nuestros pacientes y en esa faceta debe estar tener una vida sana.

Y en el año las vacaciones significan lo que el fin de semana para la semana laboral, un descanso, una desconexión, salir de las rutinas, viajar y conocer otros escenarios. Muchas cosas importantes para darle a nuestra vida la riqueza que nos merecemos.

Y ¿a que llamo a estar despiertos en psicoterapia? “Estar despiertos”: a estar sin sueño, descansados, ágiles, inteligentes, con nuestra memoria engrasada, atentos a los múltiples niveles de información que nos muestran, con una buena capacidad de asociación de los elementos que se mueven, dispuestos a utilizar todo ese aprendizaje teórico con el que construimos nuestro bagaje, con nuestra capacidad emocional abierta y receptivos a todo lo que pueda pasar en ese “momento mágico” que suele durar una sesión de 50 minutos.

Espero que os guste el BONDING de este mes y lo difundáis entre vuestros amigos y colegas.

Un abrazo para tod@s,

José Zurita

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