Lo que ha significado para mí mi experiencia en el Máster

Todo empezó hace dos años y medio, yo me encontraba en un estado de insatisfacción personal que no entendía. Tenía una pareja fantástica a la que amaba, un hijo maravilloso, un buen trabajo en el que era reconocida, familia, amigos,… ¿Qué me pasaba? ¿Era una desagradecida? ¿Por qué no disfrutaba de todo lo que tenía? ¿Por qué estaba siempre buscando algo más? ¿Por qué nunca estaba en calma?

Y entonces me sugirieron hacer el Máster y empezar mi terapia personal.

Mil excusas surgieron: no puedo, no tengo tiempo, más adelante,… y algo dentro de mí dijo, ¡No! ¡Ahora!

Y me involucré en una aventura que todavía hoy continúa. He conocido a personas increíbles, como mis compañeras, mi terapeuta, mis pacientes de prácticas o mis profesores; he redescubierto a personas con las que he iniciado nuevas relaciones permitiéndome intimar con ellas; otras también han quedado en el camino; y lo que para mí ha sido más importante: me he empezado a entender, aceptar y querer.

Cuando terminé en mi tesina, brotó en mí una frase para el prólogo que resumía mi sentir en aquel momento y quiero repetir aquí: “Esta tesina es mucho más que 20 páginas, es el colofón a casi dos años sumergiéndome en un océano distinto del que solía transitar. Es el resultado de la lucha por cambiar mi forma de experimentar, buscando vivir más desde el corazón y dejar a mi cerebro descansar”.

Pero la historia no termina aquí, cuando hace unos meses me pidieron que escribiera sobre mi experiencia en el Máster estaba bloqueada. Volvía a estar agitada, impaciente, era como volver al principio. Necesitaba sentir que esos dos años tan intensos tenían continuidad.

He necesitado un poco más de tiempo para darle significado a la experiencia, he necesitado empezar a trabajar con pacientes para descubrir el lugar donde mi Yo es más yo, donde me siento presente y auténtica. He necesitado empezar a ser terapeuta para encontrar LA CALMA.