El síndrome de Burnout no está de moda
04/06/2018
La semana pasada tuve una curso sobre prevención de riesgos laborales en el trabajo. La persona que lo impartía, que iba comentando por encima y rápido lo que él consideraba menos importante, al llegar a los riesgos físicos y psicológicos que podían producirse en el ámbito laboral udijo, y cito textualmente: “Bueno, el burnout, eso que está tan de moda ahora, pero ¿quién no está quemado por el trabajo hoy en día?”. Y sí, dedicó un minuto a esa diapositiva y cambió de tema, tampoco le pareció demasiado relevante.
Esto me hizo reflexionar: ¿tenemos tan asumido que el trabajo es ese lugar donde uno va a pasarlo mal y no puede hacer nada para remediarlo, por lo que acabamos integrándolo y aceptándolo como una parte de nuestra vida que nos crea malestar?
Freudenberger nos empezó a hablar del Síndrome de Burnout allá por el año 1979, y desde entonces el concepto ha ido variando y evolucionando hasta adaptarlo a las circunstancias del momento. Pero, ¿qué es realmente el burnout?. A pesar de que muchas personas lo confunden con estrés, no es lo mismo. Este último se daría en un momento determinado bajo unas circunstancias específicas, mientras que el quemazón laboral dura más tiempo y tiene otras características, en concreto tres:
Despersonalización, que implica que la persona deja de experimentar emociones positivas, tanto hacia él mismo como para las personas con las que trabaja. Desrealización personal, donde la persona no se siente válida al no poder conseguir unos objetivos que, en realidad y de manera objetiva, son inalcanzables. Cansancio emocional: además del malestar físico, se crea un cansancio psicológico que impide que la persona pueda desempeñar sus funciones.
Todos los trabajadores estamos en riesgo de sufrir este síndrome independientemente de la actividad laboral que llevemos a cabo, pero es cierto que aquellas profesiones que tienen una relación directa con otras personas son las más propensas a padecerlo, especialmente si esa relación tiene una carga emocional importante. ¿Te suena alguna?.
Cuídate. Busca ayuda si es necesario y sobretodo, no lo dejes pasar. No, sentirse así no es “lo normal”, pasamos muchas horas en el trabajo y lo que ocurre allí afecta también a la vida de fuera, y por lo tanto es necesario valorarlo y tenerlo en cuenta tanto como lo hacemos en otras facetas de nuestra vida.
Pero así como pienso que el trabajo es importante, no es una prioridad. En el momento en que se cierra la puerta de la oficina, consulta, clase, etc… es necesario desconectar. Pero de verdad. Pararte a tomar algo con tus compañeros y hablar de la última película que habéis visto, volver a casa andando escuchando el último descubrimiento musical que hayas tenido y que te hace sentir un poco más vivo, cenar con tu familia, o solo, o con amigos, dedicando menos rato a lo que te preocupa y más a hablar de lo banal, que pasa a ser lo más importante.
Esto es lo único que debería ser obligatorio en cada jornada laboral.
Isabel Galindo Abradelo.
Psicóloga General Sanitaria. Experta en Psicoterapia con niños y adolescentes.
Actualmente trabaja como psicóloga y está realizando el doctorado sobre el Síndrome de Burnout.
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