¡Cuídate y protege tu entorno!
01/04/2016
Te recuerdo que en el Editorial anterior planteaba utilizar este espacio para, durante los 10 próximos meses, ir desgranando los 10 pasos para cambiar el mundo en la campaña “Cambia tú, cambia el mundo”, que quise realizar hace ya 5 años.
Partía de las siguientes premisas:
“El mundo está compuesto por las personas que vivimos en él”
“No puedo cambiar al otro, tan solo puedo cambiar yo”.
“Cuando tú cambias tu entorno se mueve, se adapta a tu cambio, evoluciona”.
Este mes comenzamos con el primer paso: ¡Cuídate y protege tu entorno!
Naturalmente que esta campaña debía comenzar por iniciar unos cambios en nuestro entorno más cercano. Nuestro Yo y el espacio más próximo: mi burbuja, es decir, el espacio que rodea a cada persona y que consideramos un espacio propio. Y … ¿cómo mejoro yo? Iniciaremos repasando los aspectos en los que podría cambiar. ¿Cuido mi cuerpo como debería?, ¿Y lo que no es mi cuerpo?, ¿Me siento a gusto con los cuidados que doy a mi entorno físico?, ¿y al espacio menos físico?,… uff, se me ocurren demasiadas preguntas. Comenzaré con algunas de las respuestas.
Ante la primera pregunta, la respuesta es siempre ¡No!, ya que siempre podemos mejorar al menos algo, nuestros cuidados. Te invito a una autorreflexión. Piensa en los cuidados que te das. En lo que comes y bebes. La cantidad y la calidad. En tus horarios, en la distribución de tu tiempo. ¿Se te ocurren cambios?
Si pienso en mí mismo como si yo fuera la persona a la que más quiero, ¿le daría de comer y de beber lo que yo ingiero?, ¿Cuidaría a la otra persona como me estoy cuidando yo?, ¿estoy siendo cuidadoso conmigo? A veces, ante estas preguntas, comienzan una serie de autojustificaciones que dejan muy claro que no está demasiado bien lo que estoy haciendo conmigo.
¿Qué necesito para cambiar? Lo primero es una toma de conciencia. Darme cuenta de algo que quiero cambiar de verdad. Después vendrá si realmente quiero cambiar, la decisión. “La Decisión de Cambio”, un proceso Adulto que implica responsabilidad y compromiso, y que trae aparejada la seguridad de que lo que he decidido lo haré.
Hace ya muchos años una paciente mía, muy inteligente, sorprendió a su grupo de terapia con una reflexión muy obvia en apariencia. Nos dijo: “He decidido que, a partir de ahora, antes de hacer algo me voy a hacer una pregunta: ¿esto es bueno para mí?, si la respuesta es sí, lo haré. Si la respuesta es no, entonces no lo haré”. Nos dejó sin palabras, era tan simple, tan fácil…. ¿Qué cambiaría en tu vida si adoptases esta pregunta interna antes de tomar una decisión?
En nuestra práctica profesional diaria, en el Instituto Galene, utilizamos el “esquema de las 5 áreas vitales” de Roberto Kertéz, adaptado por nosotros. Habla de las 5 áreas vitales:
Área de Trabajo: en esta área, fuera del círculo, incluimos todo lo referente al mundo profesional, todo lo que tiene que ver con el trabajo, cuál es y cómo se desarrolla la ocupación profesional.
Y dentro del círculo está lo referente a la persona que se está presentando como trabajador, cómo se siente en este trabajo, si es un trabajo que ha elegido o no, si se siente realizado en él… Cómo se trata a él mismo en el trabajo y cómo deja que le traten sus compañeros y jefes.
Área de Ocio: aquí incluimos, fuera del círculo, todas las actividades que tienen que ver con el tiempo libre, la relación con los amigos, hobbies, etc., y dentro del círculo todo lo referente a él como persona que se relaciona con amigos, que practica deportes, hobbies…, si se pone en peligro, si se trata mal… y cómo vive todo lo que concierne a esta área.
Área de Familia: incorporaremos toda la actividad relacionada con su familia de origen. Y dentro del círculo todo lo referente a la persona que se está presentado, como parte de esa familia: cómo se siente, cómo se relaciona…, si se mete en juegos psicológicos con sus familiares, si entra en regresión,… Si ya tiene familia propia, se trata de que haga lo mismo también con su familia formada.
Área de Pareja: incorporaremos todo lo relacionado con la pareja, y dentro del círculo todo lo referente a la persona que se está presentando, como parte de esa pareja, el lugar que ocupa en la relación, cómo se trata a sí mismo dentro de la relación y cómo deja que le trate su pareja.
Área Personal: en el esquema es un círculo central que contiene tres divisiones:
Una verde que representa al núcleo fisiológico, sobre el que en principio no tenemos poder consciente para controlarla: ahí estarán todas las funciones de nuestro cuerpo (digestión, respiración, formación de orina, funcionamiento de los órganos, sueño, etc.).
El círculo claro intermedio, que se refiere a nuestra parte más íntima: todo lo que hacemos por y para nosotros, que no está en relación con ninguna de las otras cuatro áreas.
Y por último el círculo claro más exterior, que representa lo que hay de personal dentro del resto de las áreas (que ya hemos visto dentro de cada una de ellas). Por ejemplo: cómo me trato en mi trabajo, cómo me protejo ante los riesgos, si practico deporte, cómo me cuido en mis relaciones familiares, etc.
Este esquema es estupendo para reflexionar sobre “cómo es mi vida” y “cómo quiero que ésta sea”. Te propongo un pequeño ejercicio de toma de conciencia: si echas la vista atrás una semana y contabilizas el tiempo que has dedicado a cada una de las áreas, desde este instante hasta ese momento 7 días antes, serán en total 168 horas. ¿Cuántas horas duermes? ¿7, 8? Multiplicas por 7, saldrán 49, 56… Esas horas las anotas en el circulo central del área personal. Después vas anotando las horas dedicadas a cada área, teniendo en cuenta que el desplazamiento se asigna a la actividad a la que te diriges. Cuando tengas los números de ocupación real de tu tiempo a cada área, compáralo con lo que tú quieres para tu vida. Te sorprenderán los resultados. ¿Hay alguna decisión que quieres tomar ahora?
Además del tiempo que dedico a cada una de mis áreas, podría usar este esquema para hacer un chequeo de la mayor parte de mi vida. Así podría ir dándome cuenta de lo que mejoraría mi vida tomando las decisiones de cambio adecuadas.
- Relaciones (de pareja, familiares, de amigos, de compañeros de trabajo, etc.)
- Conducta (hábitosfisiológicos, comidas, bebidas, adicciones, deportes y ejercicio físico, acciones altruistas y solidarias, etc.) Hay tanto que revisar… Seguro que de ahí salen varias decisiones importantes.
- Pensamiento y vida intelectual (lecturas, aprendizaje, actuaciones, etc.)
- Emociones y vida emocional (conmigo, con el otro y con el mundo)
- Espiritualidad
¿Cómo son cada uno de estos puntos y cómo me gustaría que fuesen?. ¿Qué decisiones de cambio podría tomar? Surgen tantos y tantos puntos de partida… Tantas preguntas y tantas posibles decisiones de cambio….
El cómo trato mi cuerpo es un punto trascendental que me orienta sobre mi conexión afectiva interna. La higiene, tanto de limpieza como de hábitos, es también importante. La tendencia al sedentarismo de nuestro tiempo actual aumenta en cifras exorbitantes la morbilidad (enfermar) y mortalidad de las personas. Añadiré a lo que antes había apuntado de la ingesta de comidas, bebidas y otro tipo de sustancias, el ejercicio físico. Hacer algún tipo de deporte es fundamental para la salud y el bienestar corporal y social. ¿Esto es importante para mí? ¿Quiero cambiar algo? Si la respuesta es sí, ¿qué decisión de cambio estoy dispuesto a hacer?
Proteger tu casa es algo que seguramente haces. Yo te propongo que también protejas tu ciudad, tu país y tu mundo. Que cuides tu entorno con toda tu energía positiva.Me gusta mucho el concepto de equilibrio ecológico. Para mí manifiesta la sabiduría del Universo y de la Naturaleza. La relación de todos los elementos que conforman algo deben estar en equilibrio. Eso vale también para cada persona. Debe haber un equilibrio ecológico dentro de mí. Debo respetarlo para estar equilibrado.
Respeto hacia mí y hacia los demás, y hacia todo lo que me rodea, ya sean personas, animales o cosas. Si respeto, me hago más humano y lo contagio a mi entorno. Es importante vivir con coherencia entre lo que pienso y lo que hago, tanto dentro como fuera de mí.
Si echamos la vista atrás, han habido muchos cambios generalizados que han ido sucediendo y que han conseguido un movimiento hacia el bienestar. Las calles están más limpias, las personas también. La educación ha mejorado en los últimos 40 años, las costumbres también. La sanidad ha mejorado, la salud de las personas también. Sin embargo estamos retrocediendo en otros puntos. Nos importan menos los demás, hay más violencia, más hambre, más desigualdades…. Vamos a dar otro paso adelante. Tomemos decisiones de cambio y cambiemos. Impulsemos otro cambio iniciado desde dentro. Desde cada persona. Si yo consigo cambiar y hago de mi cambio algo evidente, puede que se contagie alguien en algún aspecto, ya habré dado un paso de éxito en esa ¿utópica? misión de cambiar el mundo. Si cambio yo, cambiaré el mundo.
José Zurita
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