Cómo facilitar la integración de estructura interna personal en un proceso de Psicoterapia Humanista Integrativa
01/05/2015
Resumen: Cada persona procede de un entorno distinto e incorpora unas experiencias personales que le permiten construir una estructura interna personal determinada con la que va relacionándose consigo mismo, y con los demás en su día a día. En este artículo reflexionamos y profundizamos sobre la importancia de la incorporación de una estructura solida, y sobre cómo facilitar la integración de estructura en un proceso de psicoterapia a los pacientes que carezcan de ella.
Palabras clave: Estructura, psicoterapia, valores, personalidad, límites.
Abstract: Each person comes from a different environment and incorporates different values, limits and structures that use to connect with himself and people around on a daily basis. In this article, we analyze and research about the importance of incorporate a solid structure, and about how to facilitate the structure integration to patients with a lack of it in a psychotherapy process.
Keywords: structure, psychotherapy, values, personality, identity, limits
1. Necesidad de Estructura
Wikipedia: “la estructura (del latín structura) es la disposición y orden de las partes dentro de un todo. También puede entenderse como un sistema de conceptos coherentes enlazados, cuyo objetivo es precisar la esencia del objeto de estudio”
En psicología, la estructura de personalidad “es el conjunto de características personales de un sujeto humano que determina su comportamiento”.
La estructura interna personal podríamos definirla como el conjunto de elementos psicológicos que dan consistencia y contención interna a la persona. Entre estos elementos estarán los límites y su aceptación, los valores, las creencias, las decisiones primarias sobre la gestión de las emociones, etc.
De la misma forma que la osamenta, los órganos y la piel aportan estructura física a cualquier persona, a nivel psicológico necesitará una estructura que le ayude a ser consistente, a tener criterio, a la toma de decisiones, a relacionarse con los demás y con el entorno.
Una persona con una deficiente estructura interna personal necesitará de una ayuda externa para ser funcional. A nivel social buscará una pareja o amigo que le sostengan y que le aporten la consistencia que le falta. A nivel profesional buscará una profesión que le aporte estructura externa como el Ejército, la Policía, el Clero, etc. Es decir, buscarán una ocupación laboral en la que les den directrices sobre cómo tienen que vestirse, qué horarios tienen que cumplir, cómo deben relacionarse, etc.
Quién no ha oído a un niño pequeño decir «¿y ahora qué puedo hacer, mamá?, o ¡mamá, me aburro!«. Pero no sólo los niños, todos pensamos en algún momento en «¿qué puedo hacer ahora o esta tarde, este fin de semana, estas vacaciones, este fin de año? «.
Los niños necesitan de adultos que les acompañen en su crecimiento, facilitándoles lo que necesitan para su desarrollo, necesitan también cierta estructura externa que les dé un orden interno. Necesitan límites que los contengan. Necesitan frustrarse para aprender de la vida y darse cuenta desde dentro que no todo se puede conseguir, que no todo es inmediato, etc. Necesitan adaptarse sanamente a una sociedad que funciona de determinada manera.
Los ritos y rituales que vamos creando día a día con los niños son mucho más que eventos repetitivos y costumbres sin sentido. En rituales diarios como la hora del baño, la hora de comer, hora del juego o la hora de dormir, aunque duren sólo 5 minutos el mensaje es “estoy aquí”, eres importante para mí, respetar la hora de cada actividad es importante. Una mirada externa de la figura parental permite al niño una autoafirmación, y a la vez ir generando una conciencia de sí mismo. Cuando un ritual se vive conscientemente y con presencia, el niño sabe que hay alguien a su lado, se siente visto, atendido, querido, contenido. Un poco más adelante, el ir al cole con sus horarios, responsabilidades y el apoyo de sus padres u otras figuras parentales, le van a ir proporcionando estructura y orden en su vida. Los límites que los padres ponen a sus hijos les van a permitir adaptarse con mayor seguridad, y tambien que vayan incorporando mejor las normas que luego les irá imponiendo el colegio, instituto, universidad, la empresa y la vida en general.
En terapia, en muchas ocasiones, nos encontramos con pacientes que aunque son adultos, necesitan incorporar la estructura que no integraron al comienzo de su vida. Cuando recibimos en terapia a un paciente que careció de límites, no los integró o tuvo problemas en ese proceso, será necesario para él encontrar un terapeuta sólido y estructurado, capaz de poner límites con asertividad y de forma protectora a la vez que les ofrece un buen modelo sobre esa estructura interna personal que él necesita integrar.
En muchos casos la demanda de los pacientes es “¿cómo puedo cambiar?”. Analizando con ellos su vida vemos que en muchas ocasiones nos cuentan algo parecido a “estoy atado por una serie de relaciones que me impiden cambiar, ya que me proporcionan seguridad, me permiten estar frente al mundo sintiendo que tengo una base sólida bajo mis pies que me soporta, pero a la vez me impide crecer, cambiar, avanzar”
Una de las funciones del terapeuta con su paciente es proporcionarle contención. En muchos casos, la contención se consigue simplemente estando ahí, con disponibilidad y nuestra protección. Con una presencia sólida, el paciente ya se siente contenido y su angustia se reduce. Otros casos requerirán de intervenciones específicas, que incluyen el ponerle límites para asegurar su contención. En algunos casos, la contención será física, abrazando al paciente o mediante determinados ejercicios grupales. Y en otros casos, el límite puede ser tan importante como decirle que no estamos dispuestos a continuar la terapia con él/ella en esas condiciones. La relación que se establece entre terapeuta y paciente es una relación vertical para que el paciente pueda incorporar y hacer suyos los conceptos, las experiencias terapéuticas, modelos, etc.
Además, como señala Zurita J. en el editorial de Bonding Revista de Psicoterapia de noviembre 2011, será importante que el terapeuta tenga “una estructura profesional que le permita saber qué está pasando en cada momento de la sesión, quién está sentado en frente y cuál es su Estado del Yo, qué está sintiendo y en qué situación cognitiva se encuentra para encajar nuestra siguiente intervención.” El que las sesiones de terapia se realicen semanalmente siempre el mismo día de la semana, a la misma hora y en el mismo despacho será importante. También lo será que las sesiones tengan una buena estructura, es decir: un comienzo, resolución del tema y un cierre. Que se comience y finalice con puntualidad también va a facilitar el proceso de incorporación de estructura a la persona.
En muchas ocasiones, algunos pacientes no se atreven a cambiar porque no saben cómo hacerlo, o cómo puede alterarse su vida si ellos cambian, no confían en ellos; continúan agarrándose a lo conocido, aunque sepan que no es bueno para ellos. Algunos refranes reflejan esta postura, por ejemplo: “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”.
La persona Autónoma según Eric Berne es: consciente, espontánea, íntima (auténtica en sus relaciones) y ética (añade Carlo Moiso).
2. Herramientas para facilitar la estructuración del paciente
Partiendo del Análisis Transaccional, una de las teorías en las que se basa la Psicoterapia Humanista Integrativa, explicaremos algunos conceptos básicos que le pueden ayudar a ser consciente de recursos para incorporar la estructura necesaria para su vida. Para ello empezaremos hablándole y explicándole los tres estados del Yo, para después ir analizando y desgranando cada uno de ellos.
- Estado del Yo Padre
Acompañaremos al paciente a descubrir su estado Padre del Yo, podemos utilizar diferentes técnicas, como por ejemplo la Entrevista al Padre [1] o mediante un proceso de autorreparentalización del estado del yo Padre. Este nuevo Padre tendrá cualidades positivas elegidas por el Adulto, como señala Muriel James en su artículo Autorreparentalización: Teoría y procedimiento publicado en “Artículos seleccionados de Análisis Transaccional” Editorial CCS 2007. Este proceso tiene las siguientes etapas:
- Darse cuenta de la necesidad de un Nuevo Padre que compense, supla y contrarreste parte del antiguo.
- Diagnóstico histórico de cada figura parental.
- Aprendizaje por otros modelos distintos de cómo es y cómo actúa la figura de un Padre adecuado.
- Diálogo interno entre el Adulto y el Niño de segundo orden, descubriendo cuáles son las necesidades del Niño.
- Evaluación de los datos.
- Contratos y práctica.
- Reconocimiento al Nuevo Padre
- Estado del Yo Adulto
Le acompañaremos a descubrir qué significa ser Adulto, y para ello iremos facilitándole diversas herramientas terapéuticas.
Hasta que se empieza a ser plenamente adulto la familia, el colegio, la universidad, le facilitan un esquema de cómo estructurar gran parte del día. Esto permite saber qué es lo que se tiene que hacer en cada momento. Pero cuando esta etapa termina sin haber integrado la importancia de vivir un día de forma organizada y de estructurar o planear el día siguiente, se puede conectar con una sensación de caos.
Podemos observar entre los adolescentes cercanos cómo actúan en periodos vacacionales cuando no tienen una estructura externa que les ayuda. Esto nos dará una pista sobre el proceso de integración de su estructura interna.
Todos los Adultos necesitamos estructurar nuestro día. El cómo lo hagamos o la facilidad con que lo hagamos dependerá del proceso de integración de estructura interna personal que hayamos logrado en el pasado. En algunas ocasiones, el paciente adulto descubrirá que tiene problemas con su estructura interna, por lo que en su terapia deberá realizar acciones encaminadas a definir las líneas maestras de su estructura interna. Le acompañaremos a explorar sus valores, intereses, sus marcos de referencia, cómo se desenvuelve con los límites, etc.
Ante un paciente que se propone estructurarse habrá que tener en cuenta que en muchas ocasiones siente miedo por no haberlo hecho nunca antes, a no hacerlo bien, o utiliza la excusa de que no ser tan perfecto como le gustaría ser. Así vemos que puede postergar su decisión de ponerse en marcha o buscar otras maneras de justificar el porqué no lo hace.
Todos tenemos otras muchas cosas que hacer como trabajar, ir a la compra, ir al médico, descansar, ver a los amigos, familia… y éstas son algunas de las acciones que pueden ser dificiles de poner en marcha. Cuando leemos o pensamos en “todo” lo que tenemos que hacer, además de atender nuestro trabajo, la casa, los hijos (aquellos que los tenemos)…, en muchas ocasiones nos pueden entrar ganas de no hacer nada, o postponerlo sin fecha. Esto lo podemos explicar por el Miedo que puede sentir el paciente ante un montón de quehaceres dispersos y sin orden.
Como terapeutas, lo primero que haremos será explicar a nuestros pacientes la necesidad de compartimentar, clasificar, ordenar y estructurar “el todo” que tenemos delante para poder afrontarlo con éxito. Las personas que integraron bien su estructura interna durante su desarrollo evolutivo lo harán espontaneamente, pero a los demás tendremos que ayudarles.
Iremos junto a ellos proponiendo tareas terapéuticas que les puedan ser útiles en este proceso:
- Recorrido de observación
- Descubrir recorridos
- Rituales de autocuidados
- Lista diaria
- Compromiso diario
1. Recorrido de observación: Se invita al paciente a dar una vuelta a la manzana con un cuaderno y un bolígrafo. Saliendo de su casa, caminando despacio y parándose para anotar cada paso o cada 2 ó 3 pasos, observará cada detalle reseñable de su entorno en su cuaderno. Lo describirá con sus detalles y realizará una reflexión sobre lo que vea, huela, escuche, sienta, etc. y lo apuntará en su cuaderno. Después se analizará en sesión lo vivido y lo aprendido. Proponemos realizar esta tarea con varios recorridos de mayor amplitud y duración.
Aunque el objetivo parece que es mejorar la capacidad de observación del paciente, lo que buscamos realmente es aumentar la seguridad en sí mismo, el conocimiento del entorno, la capacidad de discernir lo importante de lo accesorio, potenciamos el Adulto viviendo el instante presente mientras registra la experiencia sentida…
2. Descubrir recorridos: proponemos al paciente llegar a un sitio de la ciudad para él desconocido. Tendrá que buscar la dirección, el recorrido y después realizarlo. Traerá una foto del sitio una vez encontrado. Cuando diseñamos esta tarea no existía internet y mucho menos Google Maps, que ahora facilita la resolución. Ahora le pediremos que no utilice estas herramientas para que desarrolle sus habilidades pretecnológicas. Los objetivos terapeuticos son similares a los de la tarea anterior por diferentes vias.
3. Rituales de autocuidados: le propondremos crear un protocolo que le ayude a cuidarse, ofreciendole pautas nuevas en las que se pueda apoyar para cuidarse mejor. Muchas veces nos hemos encontrado con pacientes que no habían recibido de sus padres ni las mínimas nociones de autocuidados. Como ejemplo: secuencia de acciones al levantarse de la cama; ejercicio – ducha – crema – vestirse – desayuno, le proponemos que elija el orden y le explicamos cómo hacer cada paso
“te animo a que realices una lista diaria con las cosas más importantes que harás mañana y a qué hora aproximada las vas a hacer, y mañana cúmplelo lo mejor posible. No seas rígido, pero será bueno que seas firme con tu decisión”. Es importante que en esta lista no incluyas lo que tienes previsto hacer el resto de la semana, pues esto te puede llevar al punto anterior, por lo tanto es importante que sólo te concentres en mañana. Día por día. Al finalizar el día será bueno que revises si lo has cumplido y, si es así, que cada vez que hayas resuelto esta tarea o parte de ella te premies con una actividad que te guste. Empezarás a asociar cumplir tus objetivos, con la satisfacción de hacer algo agradable para ti. Será bueno que poco a poco el paciente vaya convirtiendose en una rutina diaria, lo que le ayudará a ir creando su propia estructura.
5.Compromiso diario: Comprometerse día a día a hacer algo concreto. No objetivos inalcanzables, sino objetivos concretos y asequibles. Proponemos premiar la consecución de esos objetivos. Que la actuación no suponga una adaptación o un complace (ni hacia el terapeuta, ni hacia figuras parentales, ni hacia lo sano, etc.), sino que sea decidida por y para él o ella. A medida que vaya resolviendo temas, irá teniendo más confianza y más ánimo para continuar con más tareas.
También se pueden utilizar herramientas terapeuticas como:
- Diario Estructurado de José Zurita [2]
- Contrato terapéutico de James/Jongeward
- Esquema de las 5 áreas vitales de Roberto Kertez (modificado)
- Etc.
El Diario Estructurado es una herramienta creada en 1987 para ayudar a pacientes heroinómanos a crear estructura interna. Consiste en un cuaderno en el que, tras unas breves instrucciones, se comienza a rellenar día a día una serie de preguntas que permiten “revisionar” la jornada desde diferentes aspectos y perspectivas. Es importante la continuidad diaria. Al cabo de 100 días seguidos, el paciente habrá incrementado de forma evidente su estructura interna personal.
Otra de las herramientas que utilizaremos es el Contrato. Hacer un contrato Adulto es uno de los instrumentos más importantes del AT para reforzar al Adulto. Un contrato consiste en comprometerse un Adulto consigo mismo y/o con otro para efectuar un cambio.
El contrato según Muriel James debe ser claro, conciso y directo. Comprende: (1) una decisión de hacer algo en relación con un problema específico, (2) una declaración de una finalidad clara que debe ser expresada en un lenguaje lo suficientemente sencillo como para que el Niño interior la entienda, y (3) la posibilidad de que la finalidad se realice.
Utilizaremos el esquema de las 5 áreas, e iremos analizando con el paciente el tiempo que dedica a cada una de las áreas, lo que le permitirá pensar si esa dedicación es la elegida por él o si, por el contrario, le gustaría tomar alguna decisión de cambio y así sentirse mejor.
Buscaremos que el paciente confíe; en su estado Adulto, que es el que todos utilizamos para razonar, evaluar, guardar información, el que nos hace conectar con la realidad evaluando qué es lo más adecuado antes de tomar una decisión. Podemos utilizar para activar su Adulto las operaciones terapéuticas Adultas que señala el AT, la Interrogación, la Especificación, la Confrontación, la Explicación, la Ilustración, la Confirmación, la Interpretación y la Cristalización [3].
- Estado del Yo Niño.
Una de las maneras más típicas de boicotear la consecución de los objetivos puede ser olvidar tener en cuenta las necesidades del Niño del paciente. Por lo tanto, empezar escuchando qué es lo que necesita y que sienta que él es importante para nosotros puede facilitar sus logros. Esto no implica que hagamos lo que él quiera, ó que se convierta en un dictador. Iremos incorporando límites adecuados para su proceso, de una manera coherente y explicando el para qué del límite, lo que les permitirá incorporarlos de una manera sana. Ayudarle a entender que las cosas no pasan porque sí, que cada uno de sus actos tienen consecuencias.
Conclusiones
La estructura es necesaria en nuestras vidas, en mayor o menor grado. Por ello, el psicoterapeuta tiene y transmite en terapia una ESTRUCTURA FIRME Y FLEXIBLE, en sintonía y sincronía con su paciente, adaptable a las circunstancias.
Acompañaremos a nuestro paciente para que logre incorporar una estructura interna personal para llegar a Ser un Adulto autónomo. Esto implica ser responsable de sus acciones y sentimientos, decir adiós a patrones y guiones antiguos. Ser consciente de sus necesidades emocionales, intelectuales, físicas, o psíquicas. Permitirse escuchar a los demás y mostrar su espontaneidad, flexibilidad e intimidad.
El Amor incondicional en la Relación Terapéutica será la base de su proceso de crecimiento, y le permitirá incorporar Permiso para cambiar, Protección y apoyo en su cambio. Con nuestra Potencia le trasmitiremos que el Poder está en él, y con nuestra Confianza aprenderá a confiar y creer en sí mismo. Así logrará sus objetivos.
Bibliografía
- Cuadra J. “La importancia de la redecisión en el proceso terapéutico” publicado en Bonding enero 2009
- James M. en su artículo “Autorreparentalización: Teoría y procedimiento” publicado en “Artículos seleccionados de Análisis Transaccional” 2007 Editorial CCS
- James M. & Jongeward . “Nacidos para triunfar” 1986. Addison-Wesley Iberoamericana
- McNeel, J. “Entrevista al Padre”publicado en Bonding Junio 2003
- Stewart I & Joines V. “AT Hoy” 2011. CCS
- Zurita J. en la editorial deBonding enero 2011
[1] Entrevista al Padre de John McNeel, publicado en Bonding Junio 2003
[3] “La importancia de la redecisión en el proceso terapéutico”Cuadra, J. Publicado en Bonding enero 2009
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