El acompañamiento a una persona con cáncer
01/04/2017
RESUMEN
Esta tesina recoge mi experiencia durante nueves meses (bonita coincidencia) acompañando a una persona en su lucha contra el cáncer. Un camino donde entender y sentir son esenciales para avanzar, y donde el amor del vínculo terapéutico es el motor para hacerlo.
También recoge las aportaciones de otras terapeutas que desinteresadamente han querido compartir conmigo parte de sus descubrimientos con personas enfermas de cáncer o sus familiares.
Palabras Clave: acompañamiento, cáncer, curación, humanista
ABSTRACT
This thesis includes my experience during nine months (nice coincidence) accompanying a person in her fight against cancer.A roadwhere understanding and feeling are essential for progress, and where the love of the therapeutic relationship is the engine to do so.
It also collects contributions from other therapists who have unselfishly wanted to share with me some of their findings with cancer patients and their families.
Key Words: accompaniment,cancer, cure, humanist
INTRODUCCIÓN
Como terapeuta en prácticas sentí inicialmente mucho miedo. ¿Estaré preparada para esto? ¿Seré capaz de darle lo que necesita? Relato aquí mi trabajo en dos direcciones, por un lado, semana a semana con ella, en nuestras sesiones, escuchando, acogiendo, apoyando y reconfortando. Y por otro, mi búsqueda de información, mi necesidad de sabersobre el cáncer, sus tratamientos, la relación entre la mente y el cuerpo, las emociones, el miedo, la culpa,…en definitiva, sentirme preparada para lo que ella necesitara.
En ningún caso he pretendido influenciarla en el tratamiento del cáncer, tan solo entenderlo y de esta forma poder sentirme más cerca de mi paciente para poder acompañarla en su lucha.
“El paciente de cáncer quiere seguir viviendo a pleno rendimiento como el resto de los vivos”. Servan-Schereiber
APRENDIENDO SOBRE EL CANCER
Cuando me asignaron una paciente con cáncer, uno de mis primeros impulsos fue aprender sobre él. No había tenido ningún contacto con la enfermedad, ni tenía personas cercanas a mí que lo hubieran padecido, ni tampoco había tenido curiosidad hasta ahora por informarme. Pensé que conocer más sobre el cáncer me acercaría a ella, podría entenderla mejor y así ayudarla.
Empecé leyendo libros, documentos y artículos que fui recopilando por distintas vías: recomendaciones, búsquedas propias o casualidades. Lo primero que captó mi atención fue la desconexión (incluso enfrentamiento en muchos casos) entre las terapias convencionales (cirugía, quimioterapia y radioterapia principalmente) y otras técnicas más enfocadas a la previsión o el mantenimiento del cuerpo sano, como nutrición, ejercicio físico, psicoterapia o meditación.
El enfermo de cáncer quiere probarlo todo, quiere confiar en el oncólogo que dirige su tratamiento pero a la vez quiere estar seguro de que está haciendo todo lo que está en su mano. Lee desesperadamente todo lo que cae en su mano, escucha a otras personas que han padecido la misma enfermedad, atiende a eventos y sesiones relacionadas, incluso busca en personas, a veces poco adecuadas, soluciones mágicas.
No he pretendido hacerme una experta en la enfermedad ni esta tesina es la panacea respecto a cómo afrontar o evitar el cáncer, pero lo que sí he aprendido en estos meses, es que una atención humana e integrativa, donde se combinen los beneficios de distintas corrientes y a la vez el enfermo se sienta escuchado en sus necesidades, sirve para que sienta que su sanación está siendo afrontada desde todas las perspectivas posibles y confíe.
Estas páginas reflejan los puntos que han sido más importantes para mí a la hora de entender qué es el cáncer y cómo se vive con él.
¿Qué es el cáncer?
Nuestro organismo está constituido por células que se dividen de forma regular para reemplazar a las envejecidas. Los mecanismos de control regulan cuando una célula debe dividirse y cuando no, así como cuando autodestruirse si hay daño celular que no puede ser reparado.
Cuando estos mecanismos de control se alteran en una célula, ésta y sus descendientes inician una división incontrolada, que con el tiempo dará lugar a un tumor o nódulo. Si estas células no poseen la capacidad de invadir y destruir otros órganos, hablamos de tumores benignos, pero cuando adquieren la facultad de invadir tejidos y órganos de alrededor (infiltración), y de trasladarse y proliferar en otras partes del organismo (metástasis), hablamos de tumor maligno, que es a lo que llamamos cáncer[1].
¿Y cuál es la razón de que esos mecanismos de control dejen de “controlar”? ¿Cuál es el origen del cáncer? Esta es una de las preguntas que más veces he visto u oído en estos meses. ¿Encontrar la génesis nos resolverá el porqué del cáncer y nos dará la solución?
Hay (1984) considera el cáncer como una enfermedad causada por un profundo resentimiento (sentimiento no expresado) largamente cultivado, que va carcomiendo el cuerpo. Para ella, la clave de su curación está en amarse y aceptarse, así como en perdonar.
El Dr Hamer (1994) propulsor la “Nueva Medicina” habla de un conflicto mental-físico y como la enfermedad es un “programa biológico sensato de la naturaleza” que reacciona frente a ese conflicto. El paciente debe responsabilizarse de la enfermedad.
Servan-Schreiber (2008) plantea que todos tenemos un cáncer latente dentro de nuestro cuerpo y que también contamos con un organismo diseñado para combatir el proceso del desarrollo del tumor y habla de cómo está en nuestras manos utilizar estas defensas naturales.
¿O quizás deberíamos céntranos en el para qué?
El Dr. Herráez (2009) ve la enfermedad como una forma de darnos tiempo para cambiar, un mecanismo de defensa que nos avisa que algo no anda bien. Tenemos que dejar de luchar contra ella y pensar que es parte de nosotros.
La oncología es un campo extremadamente complejo y en evolución constante, tanto en diagnosis como en procedimientos terapéuticos. Esta especialidad dentro de la medicina occidental es fundamental para curar el cáncer pero cada vez más médicos y otros especialistas apuntan al hecho de atender a la capacidad natural de nuestro cuerpo para protegerse de la enfermedad. ¿Se puede prevenir el desarrollo del cáncer o potenciar su curación con otros métodos no-convencionales (no demostrados científicamente), llamados naturales?
A lo largo de estos meses he leído libros y artículos relacionados con esta medicina alternativa. En algunos se presenta el descubrimiento de los mecanismos inflamatorios como explicación de la aparición de tumores y como el estrés psicológico puede facilitar su crecimiento, en otros se parte de un schock emocional que los activa y en casi todos se habla de la influencia de las heridas psicológicas en la enfermedad. En ellos se discute el peso real de la genética, de la alimentación o del medioambiente; se denuncia la medicina defensiva que prescribe tratamientos muy agresivos que nos están claramente indicados; y se defiende los avances en el entrenamiento del sistema inmunológico que nos protege del cáncer, como las investigaciones en vacunas terapéuticas y preventivas.
En definitiva, he encontrado muchas propuestas con sentido, y también otras sin ninguno que no he recogido en estas páginas, que me han ayudado a ver la enfermedad desde otra perspectiva, comprender que la relación mente-cuerpo es muy profunda y perderle miedo a la enfermedad.
Y lo más importante de todo este aprendizaje ha sido darme cuenta que cada enfermo tiene su proceso y hay que respetarlo, comprender sus necesidades y decisiones respecto a los tratamientos, ya sean convencionales o naturales, y que esto es clave para el acompañamiento, para que se sientan aceptados y comprendidos.
¿UNA PERSONALIDAD PROPENSA AL CANCER?
El médico y filósofo de la antigüedad Galeno (129- 216) en su tratado sobre tumores tumoribus ya apuntaba que las mujeres melancólicas eran más propensas que la sanguíneas a tener cáncer de mama. Fue el primer autor que señaló la relación entre la personalidad y el cáncer.
Los trabajos de Temoshok y Kneier comparando las reacciones emocionales de pacientes con enfermedades cardiacas y de pacientes con cáncer ante pequeñas descargas eléctricas, fueron los que dieron origen a estudiar los rasgos y estilos de afrontamiento de cada uno de los grupos.
Para los pacientes enfermos de cáncer, que presentaron reacciones más fuertes a las descargas y restaron importancia a las ostensibles molestias, se sugirió el concepto de una personalidad Tipo C. Y para los enfermos cardiacos, con tendencia más agresiva e impaciente, el de personalidad Tipo A (se reservó el Tipo B para los sanos).
Las investigaciones en torno al “Tipo C” de personalidad han sido muy proliferas en los últimos años y han llevado a identificar un grupo de rasgos que los caracteriza cuyo núcleo es esencialmente la inhibición, bloqueo o supresión de las emociones negativas (o anti-emocionalidad) junto con la necesidad de mantener relaciones interpersonales armoniosas.
Pero también hay opiniones en otra dirección y consideran que no existen investigaciones concluyentes que afirmen esta asociación entre personalidad y enfermedad, y que es más bien un elemento generador de culpa en la persona que porta la enfermedad. Incluso puede provocar un incremento de su ansiedad si también su entorno le presiona para que cambie su patrón de “conducta oncogénica”.
De mis prácticas y de las experiencias de mis compañeras he extraído los siguientes rasgos comunes de las personas con las que hemos trabajado: son luchadoras y salvadoras, siempre pueden con todo, no delegan, no piden ayuda, siempre dispuestas a ayudar, con debilidad por los desvalidos, evitan los conflictos (no les gusta enfadarse) y aplazan sus propias necesidades y aspiraciones.Los principales mandatos recibidos son: no seas tú mismo, no seas importante, no tengas en cuenta tus necesidades. Y sus impulsores son: complace, se fuerte y esfuérzate.
Algunos autores plantean que la falta de apoyo y protección en su infancia provocó un sentimiento de debilidad y vulnerabilidad, e hizo que para ser amados se comportasen según se esperaba de ellos en lugar de seguir sus inclinaciones. Cuando su seguridad emocional, vital para ellos, se ve amenazada o la pierden repentinamente, reaparece el dolor vivido en la infancia dando lugar a sentimientos de desesperación e impotencia que pueden influir seriamente en el equilibrio psicológico y biológico.
Si me remito a mi caso hay muchas coincidencias con este planteamiento, tuvo una infancia dolorosa con humillaciones y necesidades insatisfechas, y aprendió a someterse a los deseos de los demás. Amable, cooperativa y extremadamente preocupada por complacer a los demás y ser aceptada. Tiende a ocultar sus emociones negativas, llegando a retener la rabia. En muchas ocasiones la embarga la sensación de desesperanza e impotencia y tiene predisposición a la depresión.
BLOQUEO DE EMOCIONES Y CÁNCER
Nuestras emociones son fundamentales en nuestra vida, nos avisan que algo anda mal, que debemos cambiar algo que nos hace sufrir o alejarnos de quienes nos maltratan. También nos señalan lo que es bueno para nosotros, nos empujan a perseguir sueños, a buscar nuestro bienestar, a estar con personas que nos hacen sentir bien o a buscar experiencias que nos hacen felices.
La emoción es energía en movimiento que se manifiesta en nuestro cuerpo, dando lugar a la acción si se procesa adecuadamente pero bloqueándolo si no es así.
En su artículo sobre mortalidad y trabajo emocional (Zurita, 2014) nos habla sobre la energía emocional mal gestionada como causa de enfermedades:“la no expresión normalizada de las emociones, los bloqueos emocionales o las prohibiciones parentales arcaicas para sentir y expresar las emociones desencadenan en muchos casos somatizaciones como forma de gestionar unas emociones que se ven limitadas en su flujo sano y natural”[7].
Esta relación entre las emociones y la enfermedad es ampliamente aceptada pero demostrarlo científicamente, no es tan obvio. El doctor David Spiegel ya en 1989 experimentó con dos grupos de mujeres con cáncer de mama, ambos con el mismo tratamiento médico pero uno de ellos, adicionalmente y durante un año, tuvo sesiones grupales donde compartían con sus compañeras lo que sentían. Se creó un cálido ambiente donde hablaban de su miedo, su soledad y su ira, donde expresaban sus emociones más íntimas y poco a poco, según fueron aceptando sus heridas se fue abriendo un camino hacia la esperanza, el deseo de vivir y el placer de estar juntas aquí y ahora. Las asistentes al grupo de apoyo vivieron en promedio el doble de tiempo que las que no lo frecuentaron.
Cuando le pidieron que explicara este sorprendente resultado Spiegel (1989) respondió:
«Los sentimientos que no se pueden expresar se convierten en un obstáculo interior y consumen unos recursos que aún no entendemos del todo. El hecho de expresarlos y aceptarlos permite que no desperdiciemos esos recursos. ¿Cómo se traduce esto en la forma en que nuestro organismo lucha contra la enfermedad? Sigue siendo un misterio, pero tengo la convicción de que así sucede, y estamos empezando a conocer los mecanismos”[6].
Existe una relación entre la represión de las emociones y la depresión del sistema inmunitario que es el que nos defiende del cáncer destruyendo las células cancerígenas cuando aparecen. La psiconeuroinmunología es la encargada de estudiar cómo el modo en que pensamos y sentimos puede alterar nuestro sistema inmunitario y cómo suprimir o ignorar las emociones, puede afectarle.
En mis prácticas hemos hecho trabajo emocional profundo para expresar emociones bloqueadas, especialmente ira y tristeza, aprendiendo que no son buenas o malas y que esconderlas es lo que realmente hace daño. Esto ha requerido mucha protección y aceptación ya que no eran emociones que se permitía.
Acompañar a nuestros pacientes a que expresen sus emociones acumuladas y sus sentimientos reprimidos, así como el proceso de crecimiento personal que se va produciendo hace que las personas no necesiten enfermar como forma de gestión de las emociones bloqueadas.
DE LA CULPA A LA RESPONSABILIDAD DE LA CURACIÓN
Algunas de las preguntas que mi paciente ha repetido en los primeros meses respecto a su enfermedad han sido ¿Tengo yo la culpa? ¿Pude provocarla? ¿Me lo merezco?
Hay pacientes que comentan que se lo esperaban o que están convencidos que el cáncer es el resultado de una vida llena de momentos angustiosos, otros hablan de mala suerte, y por supuesto hay quienes echan la culpa al tabaco, la contaminación o el mundo tóxico en el que vivimos.
Desde el punto de vista psicológico, culpa significa: Acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado. ¿Podemos ser artífices de nuestro propio cáncer?
David Servan-chreiber responde a esta pregunta con la metáfora de la “semilla del cáncer”. Esta semilla nace en una célula sana y debido a unos genes anormales, o más habitualmente por la exposición a sustancias cancerígenas, después de muchos años se transforma en un tumor canceroso. No se conoce ningún factor psicológico capaz de crear la semilla pero el stress psicológico influye en gran medida en el terreno en el que crece la semilla[6].
Muchos pacientes hablan de un periodo de estrés que precede al diagnóstico y a menudo ese estrés estuvo provocado por una experiencia traumática. Otros hablan de conflictos crónicos, obligaciones insoportables o etapas de gran tristeza.
Estas situaciones quizás no desembocan en un cáncer pero pueden hacer que se desarrolle más rápidamente.El estudio “Do stress-related psychosocial…” publicado en Nature en 2008, demuestraque las experienciasestresantes de la vidase relacionan conpeor supervivenciadel cáncery una mayor mortalidad, pero no con unaumento de la incidencia[8].
Nadie debería culparse por desarrollar la enfermedad pero si comprometerse en su curación, resolviendo sus conflictos y cambiando su forma de vivir, para curarse definitivamente.
Acompañando a nuestros pacientes a trabajar las emociones a nivel profundo en el proceso de terapia, a descontaminar al estado del yo Adulto del Padre Crítico y a aumentar el nivel de autoestima, irán descubriendo una nueva forma de relacionarse con su entorno y con ellos mismos, aprenderán a perdonarse y renunciarán al papel de víctima dentro de su guion, responsabilizándose de su propia sanación.
EVOLUCIÓN DE LA PERSONA CON CÁNCER Y ESTRATEGIAS PSICOTERAPÉUTICAS
La psicoterapia es considerada en los tratamientos de cáncer como un tratamiento adyuvante, que se administra además de las terapias primarias para aumentar las posibilidades de sanación y calidad de vida.Las principales fase por las que puede atravesar una persona con cáncer son:
- Diagnóstico
El impacto de la noticia es un evento traumático que produce cambios en su entorno, tanto interno como externo. Como toda crisis es vivida como algo doloroso y quizás sus recursos habituales no son suficientes para manejar la nueva situación, incluso en algún caso puede que la persona se sumerja en un estado de incapacitación para abordarla.
Pasarán por una etapa de negación y racionalización y posteriormente necesitarán expresar el miedo, la rabia y la tristeza hasta llegar a una aceptación emocional que les permita enfrentarse a la enfermedad.
En esta fase también necesitarán información, han de tomar importantes decisiones respecto a tratamientos pero también se plantean preguntas acerca del porqué de la enfermedad.
Acompañar a la persona en la expresión de sus emociones, que se sienta escuchada y apoyada es fundamental para que movilicen sus recursos. Ayudarles a establecer una adecuada comunicación con el médico, a valorar otras medicinas alternativas, a resolver sus sentimientos de culpa y ansiedad, puede favorecer que adopten una actitud orientada a la lucha contra la enfermedad.
- Tratamiento
Los pacientes suelen sentirse más esperanzados pero su principal temor son los efectos secundarios. Estos efectos varían ampliamente de una persona a otra y posiblemente los factores psicológicos ejercen una gran influencia. El miedo, la fatiga, la ansiedad, la depresión suelen estar presentes y requieren atención.
El estrés es otro elemento que tiene un efecto nocivo sobre el organismo y que debemos acompañarles a que se planteen qué hay en su vida que les hace vivir así y si desean seguir haciéndolo.
Los familiares buscan recursos para ayudar a sus seres queridos, necesitan transmitirles optimismo, apoyo, fortaleza. Se acercan a terapia con el objetivo de mejorar la calidad de vida de sus seres queridos y a medida que van profundizando en el proceso de terapia la van asumiendo también como un acompañamiento a su propio dolor.
Según Barrios (2012) “la familia debe ser integrada en el proceso de recuperación, para que el apoyo necesario sea efectivo ya que como decía San Pablo toda ciencia y toda técnica son incompletas sin la calidez y fuerza del amor”
- Intervalo libre de enfermedad
El miedo principal es a la recurrencia. Cuando mi paciente me preguntó ¿qué puedo hacer para que no vuelva la enfermedad? Le contesté: “todo lo que estás haciendo ya, cuidarte y resolver tus heridas y conflictos, buscar tu desarrollo como persona auténtica”. Algunas personas necesitarán reestructurar sus vidas y otras adaptarse a la de antes.
En esta fase también son más conscientes de las secuelas fisiológicas que les ha causado la enfermedad, pueden requerir hacer duelo por su antiguo cuerpo o por alguna parte de este.
- Recidiva
Recibir el diagnostico de una recurrencia de la enfermedad puede provocar más ansiedad. En boca de una paciente de una compañera: en esta “carrera de fondo” había sido como “un jarro de agua fría”. Hay que acompañarles en su ira, frustración o sensación de injusticia y apoyarles para que renazcan sus deseos de luchar.
- Final de la vida
Si la enfermedad está muy avanzada algunos pacientes (como en el caso de otra terapeuta) se rinden, están cansados, creen que han cumplido con sus responsabilidades y solo desean descansar. Otros sienten un miedo intenso y una sensación de fracaso, mientras que otros siguen luchando sin descanso.
Acompañarles en el proceso de morir y a los familiares en su duelo por la pérdida de sus seres queridos será nuestra labor.
¿Terapia individual o de grupo?
En terapia individual podemos resolver conflictos en la intimidad pero después deben ser llevados a la vida real y el trabajo grupal permite socializar los cambios en este escenario y también ayuda a normalizar: lo que les sucede a ellos también les sucede a otras personas.
No hemos tenido la oportunidad de trabajar en grupo con personas con cáncer pero las experiencias recogidas por el doctor Spiegel tuvieron buenos resultados en términos de aumento de calidad de vida y de tiempo de supervivencia.
El rol del terapeuta
El paciente oncológico se siente solo, cree que nadie le comprende y busca en su terapeuta ese acompañamiento. Cuando mi paciente me dijo: “La única a la que puedo acudir eres tú, eres la única que me entiende”, fue clarificador para mí, necesitan que se les vea como a los demás, que la enfermedad no sea un impedimento para hacer la vida cotidiana, el cáncer forma parte en aquel momento de su existencia.
La familia y la sociedad, muchas veces se aleja desbordada por sus propios miedos o les trata con lástima o no acepta que tomen decisiones sobre su enfermedad, no asumen que es suya y que a ellos corresponde decidir cómo abordarla.
El acompañamiento humanizado, aquel que acoge, escucha, acepta, mira al paciente entendiendo y compartiendo su dolor; aquel que valora su lucha y esfuerzo y disfruta con sus éxitos, es en mi opinión el que ellos necesitan para aumentar su autoestima, activar sus potenciales, descubrir sus proyectos vitales, establecer vínculos gratificantes y en definitiva convivir con el conflicto sin dejarse paralizar por él.
EXPERIENCIA EN MIS PRÁCTICAS
Mi primera emoción cuando me asignaron a una persona con cáncer para mis prácticas del master fue miedo, pero ¿miedo a qué?¿Es un mecanismo de defensa ante las personas enfermas? ¿Es miedo a profundizar en el dolor de otras personas y que este dolor nos atrape?
Sin embargo mi primera sesión fue absolutamente todo lo contrario de lo que yo había imaginado. Me encontré con una persona optimista, habladora, coqueta, luchadora, con muchas ganas de vivir. A pesar de su cirugía no rechazaba su cuerpo y hablaba de él en positivo. En seguida mi miedo desapareció y pude centrarme en acogerla.
Le pregunté qué quería obtener de la terapia, cuál era el objetivo que la traía aquí. Su respuesta me impactó: quiero entender que me pasa, algo no funciona, estoy convencida que mi enfermedad es más que un problema físico. Al instante se despertó en mí unas ganas enormes de acompañarla en su búsqueda.
Ella necesita entender, la mente y el conocimiento como puerta de entrada. Se rebela contra los médicos tradicionales y no quiere que le impongan sus tratamientos, está en contra de la quimioterapia, de la radioterapia y de los tratamientos hormonales. Busca alternativas que le ayuden a vencer su enfermedad desde una perspectiva más natural. Actuaba desde una rebelión pasiva basada en la desconfianza.
Este ha sido un punto fundamental en la creación del vínculo, la confianza. Necesita sentir autenticidad y honestidad, que puede compartir sus asuntos más íntimos con alguien sabiendo que la aceptará incondicionalmente.
A lo largo de estos 9 meses hemos profundizado en sus conflictos personales actuales, y también en asuntos de su infancia que la influyeron de manera muy importante en su personalidad y guion de vida. Relaciones y situaciones que la hicieron desarrollar mecanismos de defensa para poder sobrevivir, alejándola de su verdadero yo (self), generándola angustia y haciéndola perder su autoestima. Hemos trabajado sus duelos pendientes, sus bloqueos emocionales, sus miedos, su necesidad de crecer personalmente,…
Y poco a poco hemos ido descubriendo el para qué de su deseo de complacer y ayudar, de estar tan pendiente de los demás sin cuidarse a sí misma, hemos explorado por qué oculta sus sentimientos y trata de mantener siempre una imagen positiva hacia los demás y por qué no tiene en cuenta sus necesidades y deseos, y hemos puesto en marcha estrategias que la permitan tomar sus decisiones y actuar como siente y desea hacer.
También ha ido conectando con su cuerpo, entendiendo como funciona, porqué reacciona y qué le quiere comunicar. Esto ha ayudado para que entienda la estrecha relación entre sus emociones y su cuerpo.
Mi principal conclusión después de estos maravillosos meses es que estas personas lo necesitan es sentir que alguien las escucha atentamente, que siente lo que ellas sienten, que sufre con ellas y que las entienden y aceptan.
Estoy totalmente de acuerdo en la consideración de Carl Rogers, de que todos los clientes disponen de todos los recursos necesarios para desarrollarse adecuadamente, pero que necesitan congruencia, empatía y aceptación incondicional, para alcanzar su pleno desarrollo. Si no los tuvieron en su infancia, desarrollaron mecanismos de defensa para ser aceptables y aceptados por su entorno, y es en la terapia, en un clima con estos tres elementos, donde pueden mejorar accediendo a sus potenciales.
CONCLUSIÓN
Enfermedad y salud son los dos extremos de un camino. Acompañar a una persona en su recorrido, escuchándola, respetándola y siendo honesto con ella. Poner mi mano en su hombro e ir a su paso, desgranando su historia, sus carencias, sus heridas, identificando sus emociones negadas y dejándolas salir, afrontando sus miedos y distinguiéndolos de los de los demás.
Avanzamos paso a paso, dejando que expresara su dolor por el pasado, por el presente, por una medicina que no es “humana”, por una sociedad que no aceptaba sus decisiones, por un momento de su vida confuso.
Y en ese caminar fue encontrando aspectos positivos de la experiencia, una oportunidad para aprender y crecer, un momento para ordenar prioridades, para comprometerse con uno mismo e iniciar nuevos proyectos de vida.
Acompañé y experimenté, y en esa experiencia crecí personalmente.
Agradecimientos
Esta tesina es mucho más que 20 páginas, es el colofón a casi dos años sumergiéndome en un océano distinto del que solía transitar. Es el resultado de la lucha por cambiar mi forma de experimentar, buscando vivir más desde el corazón y dejar a mi cerebro descansar.
Visualicé como sería el día que la terminara, me vi feliz levantando este documento como si hubiera ganado un gran campeonato, como si hubiera llegado a la meta de un largo maratón. Sé que no es así, que queda mucho camino por recorrer pero para mí esta tesina es un punto de inflexión, he girado la dirección de mi vida.
Esta tesina está dedicada a todos los terapeutas que apasionadamente trabajan con sus pacientes acompañándoles en su curación y a todas las personas que luchan por su sanación, todos merecen mi respeto y amor (especialmente dedicada a C y M).
Y por último quiero agradecer a Alfonso su apoyo incondicional, a Jorge sus ideas en mis momentos de bloqueo y a las terapeutas (Anama, Paloma, Minerva, Ali y Cris) que han participado, su generosidad.
REFERENCIAS
[1]: Asociación Española contra el Cáncer. https://www.aecc.es/SobreElCancer
[2]: Canelones, P. (2012). Elementos de psicoterapia para las personas con cáncer. Recuperado de http://psiconeuroinmunologia.over-blog.com/article-elementos-de-la-psicoterapia-para-las-personas-con-cancer-111927094.html
[3]: Hay, Louise (1984). Usted puede sanar su vida. Barcelona: Círculo de Lectores
[4]: Herráez Gonzalez, J. (2009). Cáncer: ¿Tiene cura?… Madrid: Aula Magna Hispanoamericana
[5]: Muñoz, A. Intervención psicológica en el enfermo de cáncer. Recuperado de http://www.cepvi.com/index.php/psicologia/psicosomatica/intervencion-psicologica-en-el-enfermo-de-cancer
[6]: Sevan-Schreiber, D. (2008). Anticáncer. Madrid: Espasa Calpe
[7]: Zurita, J (2014). Mortalidad y Trabajo Emocional. Publicado en la revista Bonding
[8]: Nature reviews, clinical oncology (2008). Do stress-related psychosocial factors contribute to cancer incidence and survival?
BIBLIOGRAFÍA
- Dethlefsen, T. y Dahlkela, R. Enfermedad como camino. Recuperado de http://www.cepvi.com/index.php/recursos/libros/enfermedad
- Hamer, Ryke. La Curación del Cáncer: Entrevista en 1994 en TVE2. https://www.youtube.com/watch?v=5jHClRWBAc8
- Jursch, G. (2009). La estructura curativa (Parte 1 y 2). Publicado en la revista Bonding.
- Master Psicoterapia/Counselling Humanista Integrativo. Documentación Instituto Galene (2015).
- Molina, M (2015). Los síntomas. Publicado en la revista Bonding.
- Pérez, M. (2014). La culpa y el perdón en el proceso terapéutico. Publicado en la revista Bonding.
- Spiegel, D., and J. R. Bloom. (1983). Group Therapy and Hypnosis Reduce Metastatic Breast Carcinoma Pain
- Temoshok, L. (1987). Personality, coping style, emotion and cancer: towards an integrative model.
- Velasco, L (2010). El resentimiento y su alternativa: la expresión franca y abierta del sentimiento. Revista Prometeo
ANEXO 1 – EXPERIENCIAS DE OTROS TERAPEUTAS
Para realizar esta tesina he contado con el testimonio de cinco terapeutas que han acompañado a personas con cáncer o sus familiares, bien en sus prácticas de master o en su vida profesional como psicoterapeutas.
En este apartado presento un pequeño extracto de su visión y opiniones. A lo largo de la tesina he tenido en cuenta otras muchas, tanto para respaldar como para confrontar mi experiencia y la de los autores a los que me he referido.
Terapeuta 1
Muy interesada en terapias alternativas: homeopatía, medicina china, nueva germánica de Hammer y otros enfoques psicosomáticos de la enfermedad.
Acompañó a familiares de enfermos de cáncer que buscaban recursos para ayudar a sus seres queridos y en sus procesos terapia fueron surgiendo sus propias emociones y conflictos. Uno de los grandes objetivos fue la incorporación del permiso de sentir su propio dolor, poder llorar sin la presión de estar preocupando a nadie.
En su opinión una vida sana y consciente no es inmune a la enfermedad, pero propiciará el abordaje de la misma desde una perspectiva más profunda, más amplia, más serena y “saludable”.
¿Cómo te has sentido trabajando con ellos? Afortunada y agradecida. Conmovida y en sintonía con sus dificultades para conectar con su dolor además del de sus familiares. He aprendido mucho de ellos y con ellos.
Terapeuta 2
Considera los síntomas de las enfermedades como símbolos de una desarmonía psíquica, la raíz profunda de cualquier enfermedad y que analizando el trauma ocurrido 1 o 2 años antes de la manifestación de la enfermedad se puede detectar dónde está el bloqueo emocional.
Acompañó a varios enfermos de cáncer, de hígado y mama. En su experiencia lo que buscan principalmente es poder hablar con alguien que les entienda, que sienta lo que sienten, que no les mire con lástima. A través de la terapia se fueron dando cuenta de la influencia de sus emociones en su propio cuerpo y de la desconexión que tenían con ellos mismos.
Terapeuta 3
Cuando inició el trabajo con pacientes con cáncer también empezó a buscar información y descubrió el origen emocional de la enfermedad con el que está de acuerdo.
Necesitaron expresar rabia con mucha protección y aceptación ya que no han fueron cuidados en su infancia y les cargaron de responsabilidades. Uno de ellos falleció porque realmente era lo que quería, ya había cumplido sus responsabilidades y no tenía nada que hacer aquí.
Terapeuta 4
En los casos que ha tratado unos pacientes buscaban ayuda porque necesitan hablar de sus miedos y con sus allegados no podían, otros porque saben que sin optimismo y esperanza, el tratamiento farmacológico no es suficiente, y otros porque se lo recomendaba su familia.
En su experiencia pudo darse cuenta no trabajas con un paciente con cáncer, si no con una persona que tiene problemas en su vida y que el cáncer es algo normalmente secundario. Los miedos aprendidos, las dificultades a la hora de resolver las cosas, etc. se reflejan ahora en un problema presente que es su enfermedad.
Terapeuta 5
Los síntomas ansiosos y depresivos provocados por el diagnóstico, las pruebas médicas, los tratamientos, las intervenciones y las revisiones, o ayuda al final de sus vidas, son, en su opinión, las principales causas de que busquen terapia.Ha apreciado como al comienzo de la terapia había una mayor desconexión entre mente y cuerpo, razón y emoción, y como poco a poco, ha habido un acercamiento, un diálogo…
¿Cómo te has sentido trabajando con ellos? Me maravilla y me he emociona. Contactas con una parte de las personas muy vulnerable y a la vez con mucha fuerza. He aprendido de cada una de ellas.
Leí tu trabajo. Es tan pobre. Con tan solo un caso como experiencia aseveras increíblemente una relación entre rencor/emociones negativas y cáncer.
El cáncer es una enfermedad que debido a no saberse que la origina o que la cura es pasible de toda clase de teorías incomprobables. Sin embargo, te aclaro que padecer cáncer es una experiencia única y penosa. Pero también un portal.que te eleva, que te permite ver la vida de una manera única. Lamento que gente sin experiencia ninguna escriba acerca de padecer cáncer.
Lindo trabajo, me ayudó mucho para mí trabajo que me dejaron en la universidad está bien estructurado 😊
Me gustó mucho tu trabajo, justo es en lo que ando trabajando con mis pacientes y me parece una manera muy amorosa de acompañarlos, saludos!
Gracias Lorena por tu amable comentario. Fue un trabajo precioso del que aprendí mucho y sigue sirviéndome de guía en muchas ocasiones. A mí me ayudó mucho prepararme como Counsellor Humanista Integrativo y sentir que podía acompañar desde el corazón. Aquí estoy si me necesitas. Un abrazo, Maripaz.
Hola me gustaría q conosi eran un producto para esa enfermedes quiero ayudar alas personas q tienen canser
Hola Damaris. No entendemos bien qué necesitas o qué quieres saber. Nos lo puedes aclarar? Un fuerte abrazo.