El máster de Galene es la vivencia del ser terapéutico.

Resulta difícil escribir que ha supuesto para mí el desarrollo del master en psicoterapia de Galene. Me cuestiono sobre las razones de que esto sea así y llego a la conclusión de que es difícil poner palabras a una experiencia que ha sido esencialmente vivencial. ¡Esto es!, el master de Galene es la vivencia del ser terapéutico.

¡Que tres palabras! VIVENCIA del SER TERAPÉUTICO. Palabras tan llenas de contenido y tan personales al mismo tiempo. Suenan etéreas y, sin embargo, el master de Galene es concreto, muy concreto, se puede tocar, está vivo, no es un contenido (aunque tiene mucho contenido), sino que es experiencia, es sensación, es cuerpo, es emoción, es corazón, es un conjunto de relaciones tejidas en lo virtual y en lo presencial, es la integración personal de lo que vives en el aquí y el ahora de cada contacto con el master, ya sea en el Instituto, en tu casa o a través del ordenador o del teléfono. El master de Galene se vive.

Cerré mi paso por el master compartiendo con mis compañeros la íntima sensación de que tras el último taller había nacido en mí un terapeuta. Estas palabras siguen resonando hoy en mi corazón, en el master de Galene nacen terapeutas. Y muy buenos.

Cada uno de mis compañeros de promoción y los compañeros de las promociones anterior y posterior con los que tuve la oportunidad de compartir talleres y sesiones de terapia son excelentes profesionales. Y esto es así porque, más allá del contenido técnico que hemos incorporado, durante el master hemos tenido la oportunidad y la obligación de:

+ trabajar en nuestro propio proceso de terapia personal, algo sin lo cual es imposible ser un buen terapeuta. Hemos vivenciado que es ser paciente, que significa estar al otro lado de la silla, las emociones que se experimentan, los miedos, las resistencias, hemos trabajado con nuestro cuerpo, hemos experimentado en primera persona el gota a gota necesario que son las sesiones de terapia y la potencia de los talleres de trabajo emocional, hemos sanado muchas heridas y hemos limpiado nuestros corazones.

+ profundizar en este proceso de crecimiento personal a través de los ejercicios a desarrollar tanto en los módulos online como en los talleres presenciales. Ejercicios, todos ellos, que exigen un alto grado de introspección y de integración de los contenidos teóricos en nuestro propio proceso de autoconocimiento y desarrollo personal.

+ vivir la experiencia del trabajo grupal, la potencia del sistema de relaciones que se entrelazan entre los individuos que conforman cada una de las promociones, los grupos de trabajo emocional y los grupos de los talleres presenciales. Experimentar el cuidado, el respeto, el soporte, la ayuda, el amor, la creatividad, los permisos y el dejar ser a cada uno como es, sin juicio, con su ritmo, a su manera, lo que sólo se puede vivir e integrar a través de un otro, de unos otros que conforman, en este caso, los grupos de trabajo.

+ experimentar el ser terapeuta, la responsabilidad, la entrega, la dedicación, el amor, la atención, el cuidado, la creatividad, la conexión, la introspección, el análisis, el respeto y el trabajo que supone acompañar a una persona en su proceso de terapia. A andar se aprende andando y a ser terapeuta también y, en ambos casos, mucho mejor con la seguridad que supone ir de la mano de profesionales que supervisan cada uno de nuestros pasos. El master de Galene nos ha permitido trabajar con pacientes en un entorno seguro y supervisado, lo que es una garantía para, finalizado el master, poder dar con autonomía y responsabilidad los siguientes pasos en nuestro desarrollo profesional como terapeutas.

Carlos Vergara González