Entrevista a Manel Troya
01/05/2013
Manel Troya, psicólogo colegiado y psicoterapeuta que lleva más de 15 años ejerciendo su labor en el EAP (Equipo de Atención Pedagógica) de Rubí, además de psicoterapeuta de adultos. Manel, a raíz de su experiencia y del contacto con jóvenes y familias, y del trabajo personal y profesional, ha elaborado su Teoría Evolutiva de las Emociones, que nos parece muy interesante.
¿Nos podrías indicar cómo surge tu interés en “Las Emociones”?
Mi interés por las emociones surge primeramente de mi trabajo personal. Posteriormente, a nivel profesional hay un grupo de maestros que me solicitan ayuda en su crecimiento mediante un trabajo de autoconocimiento como mejora personal y profesional, y en su interés por trabajar las emociones con sus alumnos.
¿Para qué te ha servido elaborar esta Teoría Evolutiva de las Emociones?
Para entender un poquito la complejidad del cerebro y lo mucho que todavía nos queda por aprender. He descubierto que la naturaleza evoluciona de forma muy poco fina, pero a la vez con una gran sabiduría. La naturaleza no desaprovecha nada de lo que ya le va funcionando bien, siempre se basa en transformar lo anterior, y a la vez sigue un guion de progreso indefinido.
¿Cuál era tu objetivo a la hora de comenzar a elaborar esta Teoría?
Mi objetivo era responderme a las preguntas ¿Cuántas emociones hay? ¿Cuáles son esas emociones? ¿Para qué sirven las emociones? ¿Qué hacer con las emociones?
¿Qué es lo que querrías transmitir?
Me gustaría ayudar a entender que las emociones son programas evolutivos que nos regala la naturaleza, son muy importantes para podernos relacionar, y también nos facilitan información significativa para adaptarnos a un mundo que cada vez será más complejo.
¿Cuándo comenzaste a elaborar esta Teoría y porqué?
La teoría la empecé a elaborar hace unos diez años, cuando me planteé la diferencia entre ira y rabia. Durante estos años me he convertido en una especie de recolector de emociones, y he ido viendo poco a poco mientras las clasificaba que entre ellas guardan unas relaciones muy interesantes.
¿Consideras que es importante tener en cuenta el aspecto emocional de las personas a la hora de realizar acompañar en proceso de psicoterapia?
Un trabajo terapéutico necesariamente ha de tener en cuenta las emociones de las personas además de los pensamientos y las conductas si se quiere tener verdadero éxito.
¿Cómo acompañas a tus pacientes en la expresión de sus emociones?
La expresión de emociones en los pacientes la realizo desde un profundo respeto, es un acompañamiento respetuoso con la vivencia emocional y con la historia que esa emoción nos está contando algo importante de su vida, de su entorno familiar y, a veces, de su guion transgeneracional.
Si no expresan las emociones les puede afectar y de qué manera
Como las emociones son un tipo de energía corporal, la no circulación de esa energía quedará almacenada físicamente en alguna zona del cuerpo pudiendo producir bloqueos físicos, trastornos psíquicos y, en ocasiones, enfermedades psicosomáticas.
¿Qué les dirías a los padres para que enseñaran a sus hijos sobre las emociones?
A los padres les diría que hicieran un trabajo reflexivo sobre ellos mismos en estos temas; que un niño o una niña vivencie bien sus emociones es básico para su futuro, tanto a nivel de su vida profesional como personal, como para poder llevar una vida sana.
Cuando empecé en educación casi nadie hablaba de emociones, eran las grandes desconocidas, pero he aprendido que el futuro de la educación está en la educación emocional.
Para los padres he escrito el siguiente cuento que resume la teoría evolutiva de las emociones. Espero que os agrade
LOS DEDOS MÁGICOS DE ELENA
Un día Elena le pidió a su papá
– ¡Papá, cuéntame un cuento!
Su papa, después de pensar un ratito, le dice
– Está bien Elena… ¿Te puedo coger la mano?
– Claro papá
Entonces el papá, le coge su mano entre las suyas y señalando el dedo pulgar de Elena le dice
– Ves Elena, el dedo gordo representa el deseo…. El deseo es la emoción más importante ya que sin deseo no habría vida, y por eso al igual que el dedo pulgar dirig y se coordina con los demás dedos, el deseo dirige y relaciona a las demás emociones.
Después tenemos el dedo índice, el índice representa la emoción de la alegría; la alegría es la emoción de la vida, por eso tenemos la alegría de vivir y la alegría de estar con los demás que llamamos amor.
El papá señala entonces el dedo de en medio, y le dice :
– Verás que a veces hay personas que hacen una señal con este dedo; es el dedo que representa la rabia; la rabia nos sirve para protestar cuando algo o alguien nos molesta y sirve para avisar a los otros.
¿Y este dedo, pregunta Elena? Mostrando el dedo anular en el cual llevaba un anillo. Este dedo le dice su padre representa el miedo; el miedo nos sirve para escondernos cuando algo nos amenaza, y el anillo que mucha gente lleva representa que están atados a algo.
– ¿Y éste porque es tan pequeñito? Pregunta Elena mostrando el dedo meñique. El dedo meñique – le contesta su papá – representa la tristeza por las pérdidas que vamos teniendo en la vida, por eso es el más pequeñito de todos… Elena siente ganas de llorar… se está acordando en ese momento de su abuelita y de otros seres queridos que ha perdido.
Pero pasados unos momentos se abraza a su papá alegre y sonriente…
-¿Qué te pasa Elena? le pregunta su padre
¡Papá, papá!, Es que estoy contenta de tener todos mis dedos en las manos y de tener mis cinco emociones…. y además papá…
¿Qué? Le dice tiernamente su padre. Y además papá…. Es que he notado que era con tu dedo índice…el dedo del amor con el que me tocabas la mano…Entonces el papá notó que se emocionaba
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