Yo quiero ser psicoterapeuta

01/04/2010

José Zurita

José Zurita

Hola a tod@s:

“Yo quiero ser psicoterapeuta”, me dijo hace tiempo un amigo psicólogo que trabajaba desde que terminó la carrera en selección de personal. ¿Cómo lo hago?

Os lo explico cómo se lo indiqué a él entonces. El aprendizaje de la psicoterapia es algo complejo que se aprende desde dentro, viviendo un proceso personal de crecimiento y maduración. Y dentro de este proceso se estudian teorías, técnicas y estrategias terapéuticas, se realizan ejercicios que nos permiten incorporar lo estudiado, se realiza una psicoterapia personal para identificar y resolver los propios conflictos, se hacen prácticas terapéuticas supervisadas y se incorporan los modelos profesionales.

Vamos a verlo por partes. Con respecto a los estudios teóricos os diré que existen muchos enfoques en psicoterapia que forman un gran abanico de posibilidades desde el conductismo más extremo hasta el psicoanálisis más ortodoxo, con la psicoterapia humanista en la zona central. Aunque no siempre se hace así, mi sugerencia es que el individuo interesado en aprender psicoterapia lea y/o contacte con algunas, sino todas, de las escuelas que componen este gran abanico. Que verifique si los conceptos que la sustentan le resultan coherentes según su propio mapa del mundo. Pronto verá que con qué escuela se siente más cercano, donde se siente mejor.

Cuando ya tiene más o menos claro que escuela le interesa lo mejor es iniciar su propia psicoterapia personal. Esto le dará una información clave de si se ve o no ejerciendo la profesión desde esta perspectiva psicoterapéutica. Es muy importante que la estructura de personalidad del individuo encaje con la ideología de la escuela y con la forma de trabajo que esta propone.

Cuando se inicia la formación, generalmente a través de un Máster es importante explorar una metodología compatible con la realidad que esté viviendo, que tenga unos buenos profesionales que respalden esta formación, que tenga un programa de prácticas supervisadas y que tenga una parte vivencial donde se incorporarán los distintos aprendizajes.

El proceso que se inició cuando apareció el deseo de ser psicoterapeuta, ya no debe acabar nunca. La ilusión por crecer, las ganas de aprender y mejorar, la capacidad de asombro, la emoción de ayudar a alguien a dejar atrás el sufrimiento, la satisfacción personal de contactar con lo más bello de cada persona, etc. serán los motores de una vida profesional extremadamente rica y productiva, que mejora con los años de práctica.

Yo inicié mi camino hace ya muchos años, más de veinte, y nunca me he arrepentido. Después de tantos años, sigo aprendiendo, supervisando, asombrándome, creciendo como persona, aceptando retos profesionales e ilusionándome como un niño ante nuevos proyectos. Disfruto cada vez más con mi trabajo, con la relación terapéutica, viendo a mis pacientes crecer y sanar su vida, acompañándoles en su búsqueda de la felicidad. Me emociono con sus avances y lloro cuando nos despedimos. Tengo cada vez más claro que esta es la más maravillosa profesión que pueda existir.

Espero que os guste el BONDING de este mes y lo difundáis entre vuestros amigos y colegas (animarles a suscribirse y así les llegará cada mes), ya sabéis que estamos permanentemente en www.bonding.es.

Un abrazo para tod@s,

José Zurita

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