Reparentamiento puntual

01/08/2005

La técnica de reparentalización, desarrollada y usada por los Schiffs en el tratamiento de esquizofrénicos, es un método probado de tratamiento. Es también una herramienta terapéutica usada con personas que no serían clasificadas como severamente perturbadas. Se usa para resolver problemas arcaicos y sentimientos que influyen negativamente en la conducta y los sentimientos de hoy. Usando este tipo de tratamiento, las personas repetidamente catectizan su juventud y son reparentalizadas para resolver sus problemas arcaicos. Al hacer eso se reclama a su Niño, se incorpora a un nuevo Padre y el Adulto es descontaminado. Este proceso implica la reparentalización a través de varios niveles de desarrollo del Niño.

Jacqui Schiff, Pam Levin y otros, cuando tenían personas que regresaban a ser jóvenes en el proceso terapéutico, lo usaban también como medio de estudiar al Niño. En 1961 Berne escribió, “el análisis de la regresión es un intento deliberado de mover el estudio del Niño desde una base inferencial a una fenomenológica.” La literatura está en proceso de publicación, describiendo los estados de desarrollo del Niño tal como es descubierto a través de este proceso.

REGRESIÓN Y VOLVIENDO A SER JÓVEN

Se indica que Jacqui Schiff y Pam Levin no usan la palabra “regresión” excepto para esquizofrénicos que están regresivos y pueden permanecer en periodos tempranos durante largos periodos de tiempo. La elección al reparentalizar es o “ volviéndose joven” o “ser pequeño,” con la diferencia primaria de que no se permanezca joven más de lo que el paciente o el terapeuta elijan.

Cuando Berne habla sobre la regresión en su capítulo titulado “análisis de la regresión” en Análisis transaccional en psicoterapia, él se refiere a esta experiencia como “volver a ser joven.” En ese capítulo él escribe sobre la necesidad de reorganizar y des-confundir al niño. Para muchos, esto se hace por análisis estructural, decisiones sobre los cambios de conducta, y a través de hablar del Niño de una manera inferencial. Estos acercamientos del Adulto y respuestas a problemas se encuentran a través de la lectura de literatura, grupos de discusión informal, o unas pocas horas de reunión de grupo o privada. “El efecto terapéutico de esto es usualmente apreciable y gratificante, pero es de un orden diferente de lo que sucede si el estado de ego arcaico en sí mismo es vívidamente revivido en la mente del paciente más que ser inferido de datos externos.” Muchas personas con un desarrollo distorsionado de su Niño o su Padre no tienen éxito en superar los bloqueos hablando del Niño de una manera inferencial. Volviéndose pequeños y reparentalizando se provee una situación para que estas personas resuelvan perturbaciones tempranas de la niñez.

REPARENTALIZACIÓN PUNTUAL

El proceso de reparentalización como se informo brevemente arriba a menudo implica un largo periodo de terapia intensiva. Resolver la multitud de problemas arcaicos puede llevar considerable tiempo. Para muchas personas en terapia y en grupos de consejo, este proceso extensivo de reparentalización no es ni deseado ni necesario. Una variación de la reparentalización ha sido utilizada con éxito en mi práctica. La llamo “reparentalización puntual.” (Spot reparenting)

El uso de Berne de, y los experimentos con, análisis de regresión indicaban que los individuos podían catectizar su juventud en un incidente específico en sus vidas anteriores. Se hizo evidente que sería posible tanto reclamar al Niño como sustituir al Padre por reparentalización mientras se volvía a ser joven en estas situaciones traumáticas. La escena terminada de una experiencia anterior podría ser reescrita con un nuevo final en terapia de grupo. Un proceso podría reconstruir una parte del Padre y desconfundir esa parte del Niño dándole una experiencia de cariño cálido para sustituir el daño traumático que se experimentó en la parentalización original. Ha sido también mi experiencia que cuando un problema arcaico es solucionado por la reparentalización puntual, pueden desaparecer también posteriores magnificaciones del problema que se desarrollaron con reforzamientos de la parentalización negativa.

El procedimiento de Berne parece haber sido “regresar” a sus pacientes y hablar sobre una situación o experiencia. Mis clientes vuelven a una experiencia real, la reviven hasta el punto de la parentalización negativa o algún otro punto crucial en la experiencia negativa. En ese momento yo intervengo con el Padre Nutritivo, que se necesitaba en la experiencia original (como se muestra en la figura 1).

2005-08-01Fig. 1

TRATAMIENTO

Un asunto de primer orden es un contrato. En mis grupos, enseño el concepto de este tipo de reparentalización y establezco contratos con aquéllos que los quieren.

El procedimiento que sigo es tener a los miembros del grupo frente a frente. (Encuentro más fácil ir a una situación específica con los ojos cerrados.) Si detecto ansiedad, con un movimiento rápido del ojo u otra agitación, pregunto “¿cómo te sientes?”; si muestran miedo, les hago fantasear yendo a un lugar seguro donde no hay amenaza y se pueden sentir seguros. En unos pocos momentos, les pido que vuelvan. Si todavía están ansiosos, les pido que hagan otro viaje de fantasía a un lugar tranquilo y seguro. Normalmente, se sentirán tranquilos y relajados y así listos para empezar. En algunas situaciones, las personas no se libran ellas mismas de la ansiedad. Cuando esto sucede, digo “¿te gustaría que continuara? “ La respuesta a esto siempre ha sido “sí.” Entonces cojo su mano y se sienten lo suficientemente seguros para seguir con la experiencia.

“Quiero que vuelvas a una experiencia anterior de tu niñez,” cuando eras una persona pequeña. Díme cuando estás allí.” Un movimiento de cabeza, una palabra, o una expresión facial anuncian su llegada.

“¿Qué edad tienes?”

“¿Dónde estás?”

“¿Qué te está sucediendo?”

En el comienzo, algunos necesitan que se les recuerde mantener su habla en tiempo presente. Si ellos informan de una experiencia que no es traumática, les pido que vayan a otro lugar y a otro momento y procedan con el mismo tipo de cuestiones. Las personas se han movido de una situación a otra incluyendo diferentes edades, lugares, otras personas, etc, con facilidad. Las edades a las que las personas han vuelto a ser jóvenes y han sido reparentalizadas van desde los 11 años al nacimiento.

En ocasiones, les he dirigido para que vayan a situaciones específicas, como “cuando tenías miedo,” “cuando te herían,” y así. Normalmente no hacen eso sin ser dirigidos ya que la discusión que provocó mi sugerencia de reparentalizar la experiencia es sobre un daño, un miedo o ira. Mientras describen la experiencia traumática que les está sucediendo, les interrumpo en un momento crucial, y pregunto, “¿qué necesitas ahora en vez de lo que te está sucediendo?” La respuesta es sobre alguna necesidad: ser agarrado, ser abrazado, que me digan que soy amado, que alguien se preocupa por mí, o que mi enfado está bien. En ocasiones se menciona a una persona específica, “necesito que mi padre me coja y me proteja.”

Dependiendo de la edad de la persona y de mi intuición, permito cariño voluntario por otro miembro del grupo cuando se expresa una necesidad. Cuanto más joven es la edad y más traumática la situación, más se permite el cariño voluntario. El infante no sabe cómo pedir con palabras y los muy jóvenes pueden haber dejado de pedir. Esto no es visto como malcriar al niño o usar un padre demasiado cariñoso.

Cuando alguien representa un estado más mayor que dos o tres años de edad les pregunto por el cariño que necesitan. Cuando se expresa la necesidad pregunto,”¿quién en el grupo os gustaría que os abrazara?” entonces les hago que pregunten a esa persona específicamente. Es importante que el individuo exprese su necesidad de una persona específica. El niño aprende que puede tener necesidades y que puede pedir a alguien que responda a las necesidades que tiene. Los Salvadores en el grupo pueden querer apresurarse a entrar antes de que el Niño haya aprendido que pedir le satisfará necesidades y es una manera de cuidarse a sí mismo. Esperar hasta que la persona pida también asegura al Niño que la persona reparentalizadora es la querida. El Niño conseguirá más de la experiencia si elige que le de el cariño.

Una persona que duda demasiado puede estar en diálogo interno sobre a quién debería pedir cariño: “¿ qué sentimientos se herirán si no les pido?” “¿qué pasa si me rechazan?” “ ¿Necesita ella la caricia de mi petición?” y así. Otros pueden sentir miedo o culpa. Estas son todas maneras de cuidar de otros y no de uno mismo. Le digo al Niño que pregunte rápidamente, que siga sus sentimientos de necesidad, y que pregunte a una persona en la que puedan confiar. La consideración por las necesidades de otros en ese momento no se permiten. Si se implican las necesidades de otros, el impacto de la experiencia será minimizado y a veces perdido.

En una necesidad de reparentalización pre-verbal, que puede estar indicada por el miedo de un peligro desconocido, o una que puede ser verbalizada se hacen preparativos especiales. Explico que el problema es probablemente pre-verbal. Les pregunto sobre experiencias tempranas contadas por sus padres o les informo de sus primeros dos años (hospitalización temprana, alguna tragedia o casi tragedia, etc. Hago que elijan un padre o una madre del grupo antes de que se hagan jóvenes. “Ahora, sin hablar más, arrástrate o vete hasta esa persona y vuelve a la experiencia temprana de nuevo” Ellos irán y serán abrazados y les darán calor, amor y caricias físicas del “padre nuevo” y otros miembros del grupo. También se dan permisos del terapeuta y otros: “está bien que vivas” “te quiero” “ya no estás en el hospital,” “puedes respirar bien de nuevo, ya no estás más en esa máscara de oxígeno,” “ya no tienes que tener miedo” “ya no estás enfermo,” “nadie está intentando herirte.”

ILUSTRACIONES

A continuación siguen dos experiencias de Reparentalización puntual:

Nancy quería trabajar en un problema sobre tener miedo de la autoridad de la gente, particularmente, de su padre. Le pregunté que si deseaba volver a ser joven de nuevo y ver qué respuestas podrían darse a su miedo. Estuvo de acuerdo. Nuestro procedimiento siguió de esta manera:

“cierra tus ojos, Nancy . . . ¿qué sientes?

“miedo”

“de acuerdo, te gustaría entrar en tu fantasía en un lugar tranquilo sola dónde estás totalmente segura y no tienes nada que temer? No tendrás miedo aquí.”

Después de un poco de tiempo le pedí que volviera de nuevo. Pude ver todavía tensión y miedo en los movimientos rápidos del ojo detrás de sus párpados cerrados. Le pedí que fuera a otro lugar, como antes. Tampoco se tranquilizó por esta experiencia. Le pregunté entonces si quería que continuara . Ella dijo, “sí” (una cita retrospectiva: “me sentía segura porque no estaba yendo sola- no me quedaría allí, y tenía tu protección contra ser maltratada.”) cogí su mano y rápidamente recuperó su niñez.

“¿Cuántos años tienes?”

“cinco”

“¿dónde estás?”

“arriba en mi habitación con mis hermanas.”

“¿”Qué está sucediendo?”

“están intentando meterme prisa para que me vista porque mi padre nos ha dado sólo unos pocos minutos para bajar. Estoy fantaseando que soy una princesa en un baile “representando” para mis hermanas.” (Merecía un azote por ser yo, una princesa, durante unos minutos.)

“¿después qué sucede?”

“me dejan y bajo”

“ ahora ¿qué está sucediendo?”

“padre está al fondo de las escaleras exigiendo que baje inmediatamente”

“¿lo haces?”

“Sí, bajo las escaleras asustada y tratando de ponerme el pijama mientras estoy bajando.”

“De acuerdo, estás en el fondo de las escaleras ahora, ¿Qué sucede?

“Padre me está pegando. Tengo miedo, y lloro . . .”

“Nancy, qué necesitas ahora en vez de lo que tu padre te está haciendo?”

“ silencio. (“No me atrevía a responder, si hablo me pegará de nuevo”)

“Nancy, ¿qué necesitas ahora mismo en vez de lo que tu padre te está haciendo ahora?”

“necesito ser querida en vez de ser pegada”

“¿hay alguien que querrías que te abrazara ahora mismo?”

“sí, George (su marido). ¿Me abrazarás?”

se sentó en el regazo de George, y fue acariciada y apoyada por otros. “George me acunó – no tengo otro recuerdo de ser acunada, me siento bien.”

Mientras George la acunaba, le dijo “te quiero” y “eres una buena persona.” Le di a ella algunos Permisos. “No tienes que tener miedo más, Nancy, tu padre no te va a hacer daño más.” “Está bien identificar tus necesidades, y ser amada.”

(“Tengo necesidades- ¡está bien tener necesidades! Esto es lo que más queda y yo incorporo eso como una nueva grabación de esa experiencia. Otras consciencias incluyen una consideración de que el miedo que vi en la cara de mi padre no era de ningún modo mi culpa. Ya no sentía miedo por su ira. Me sentía viva y fuerte inmediatamente a continuación de la experiencia. Recibí otros permisos y que ha permanecido en mi es que “merezco vivir” y “puedo pedir lo que quiero.” Ambas antes no estaban bien para mí, Julio de 1973.)

Otra experiencia de reparentalización puntual escrita por Jean tal como recuerda su experiencia:

“Había visto una película “el Exorcista” que reestimuló algunos miedos de la infancia. Como resultado me había vuelto agudamente consciente de ruidos nocturnos, fantaseaba “¿qué pasaría si hay algo amenazador?” y entonces me convencía de que esos sonidos eran causados por algo temible (algo que estuviera en mi casa). El miedo no era de ser dañada, sino de algo terrorífico y desconocido, lo cual llevaba al insomnio.

En grupo se me preguntó si me gustaría la reparentalización sobre ese miedo. Russ me explicó la reparentalización puntual y estuve de acuerdo en ello. La primera vez tuve miedo y lo encontré difícil.

“Russ: cierra los ojos. ¿Qué sientes?”

Jean: Miedo.

Russ: ¿irás a un lugar tranquilo, donde estés segura y nada puede dañarte, y pasa un tiempo allí? (Pausa). Vuelve a ahora, manteniendo los ojos cerrados. ¿Qué sientes ahora?

Jean: no tengo tanto miedo.

Russ: de acuerdo. Vuelve a ser una niña pequeña de nuevo, en un lugar específico, y dime cuando llegas allí.

Jean: moveré mi cabeza cuando haya llegado allí.

Russ: ¿qué edad tienes?

Jean: cinco años.

Russ: ¿dónde estás?

Jean: en un coche con mamá.

Russ: ¿qué está sucediendo?

Jean: ella está conduciendo y está enfadada y riñéndome por algo.

Russ: después ¿qué sucede?

Jean: ella para el coche y me empuja, dejándome fuera. Fue en este momento cuando fui consciente del grupo y ya no era joven y no quería ser joven y no quería volver a esa experiencia de nuevo. Russ entonces me preguntó si iría a otro lugar y a otro momento. Decidí correr el riesgo y ser pequeña de nuevo.

Russ: vuelve a ser pequeña de nuevo, a un momento que era terrorífico. Dime cuando llegas allí.

Jean: asentí, indicando que estaba de vuelta allí.

Russ: ¿qué edad tienes?

Jean: cinco.

Russ: ¿dónde estás?

Jean: estoy conduciendo con mi madre, vamos a algún sitio. No sé a donde. Salimos del coche y comenzamos a caminar hacia la casa. Algo está sucediendo a mi madre, comienza a perder el control. Estoy ayudándola y entramos en la casa. Alguien más está allí, están llamando a mi padre por teléfono.

Russ: ¿qué está sucediendo ahora?

Jean: mi padre está allí, ayudándola . . . él va a llevarla al hospital de nuevo. ( en este momento, cuando mi padre apareció y comenzó a ayudarla, comencé a sentir un vacío. Un sentimiento de ausencia diferente a estar solo. Esta era una sensación que me era muy familiar en mi juventud, pero no había experimentado durante años.)

Russ: ¿qué estás haciendo ahora?

Jean: estoy en la esquina, esperando.

Russ: ¿qué sientes?

Jean: soledad, culpa y miedo, miedo de perder el control.

Russ: ¿qué necesitas ahora?

Jean: alguien que me diga que está bien, que no es mi culpa que ella sea de esa manera, y que tiene que ir al hospital otra vez.

Russ: ¿de quién necesitas eso?

Jean: de mi madre. (Esto fue difícil de responder. Mi Niño quería demasiado negar el necesitar algo de mi madre y quería pedir reforzamiento de mi padre, ya que él era un padre seguro y digno de confianza).

Russ: ¿hay alguien aquí que podría ser tu madre ahora mismo?

Jean: (pausa). Sí, Dottie. (Le pedí a Dottie, la co-terapeuta, y ella vino hacia mí y me cogió en su regazo, abrazándome con fuerza.)

Dottie: está bien, no es tu culpa.

Jean: pero ella no estaba enferma antes de que yo naciera.

Dottie: ¿ te dijo eso ella?

Jean: sí, y está enferma.

Dottie: nadie puede causar a otra persona una enfermedad, ella elige estar enferma, está bien que estés enfadada con ella por culparte.

Dottie: ¿por qué está tu madre poniéndose enferma?

Jean: para apartar a padre de mí y tenerle para ella misma. Cuando papá y yo estábamos cerca ella se enfermó y él la cuidó. El no podía estar en casa conmigo cuando estaba en el hospital viéndola.

Russ: Jean, no tienes que sentirte culpable por la enfermedad de mamá. No fue tu culpa. Está bien que no tengas miedo de tu madre o de ser como tu madre.

Mientras Jean se sentaba cerca de Dottie, se cogieron las manos. Jean dijo, después de unos minutos, “¿sabes que ésta es la primera vez que he sido capaz de tocar a otra mujer sin tener miedo?”

“Lo realmente excitante sobre esta experiencia” continua escribiendo, “es que tres de nosotros no descubríamos nada en lo que yo no hubiera trabajado antes y presumiblemente resuelto. Pensé. Posiblemente, esos procesos eran “mentales” solamente, y a pesar de la comprensión de mis sentimientos y de las necesidades de mi madre, no había sido capaz aparentemente de incorporar ese conocimiento y usarlo en un nivel visceral. Mi niña pequeña todavía no sabía que ya no tenía que tener miedo de la locura de mi madre y los miedos que acompañan al tener que estar demasiado sola.

“Dejé el sentir del grupo, “esa fue una buena experiencia, pero no ayudará a mi sueño”. Pero esa noche fui a la cama y fui a dormir sin problemas. Al día siguiente pensé, “bien, supongo que está noche será una vuelta al insomnio”. Pero no tuve problema para dormir. Llevo más de un mes desde que escribí esto sin problemas de sueño incluso aunque trabajo con personas en un hospital psiquiátrico.” Febrero 1974.

Russel E. Osnes

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