Psicoterapia Humanista Integrativa con personas mayores

01/03/2016

Psicoterapia Humanista Integrativa con personas mayores

Resumen

La aspiración a la hora de desarrollar este trabajo es acercar la Psicología Humanista Integrativa (desde ahora en adelante PHI) a la vida de las personas mayores y a su proceso de vida, con la visión armoniosa del valor de la persona como ser individual e irrepetible, que este enfoque nos trasladadesde Carl Rogers. Se parte de una visión general de las situaciones que viven las personas mayores en su proceso de envejecimiento, los cambios que se dan y las necesidades personales que conllevan esos cambios,  y se establece un marco teórico que la PHI para darles las claves de mejora para su adaptación. Concretamente, se elabora una propuesta concreta de trabajo terapéuticocon mayoresque se lleva a caboenmarcada en la relación terapéutica respetuosa, sólida, estable y protectorade este enfoque, donde se trabajapor una parte con las necesidades personales que le generan estos cambios y, por otra parte,con el trabajo hacia la realización personal, la autonomía, a que la persona encuentre ser quién realmente es, y en definitiva, a que la persona viva un envejecimiento de una manera más satisfactoria. Las conclusiones son totalmente alentadoras.

Introducción

Ancianos, abuelos, viejos, personas de tercera edad, muchos nombres para nombrar a un colectivo, el cual le gusta denominarse a sí mismos personas mayores, sigámosles llamando así.

Llevo trabajando cinco años en un Centro de Día para Personas Mayores, las personas cuya profesión está en relación con el  trabajo con otras personas tenemos un gran reto ante este colectivo porque dentro de muy poco tiempo gran parte de la población tendrá más de 60 años, es una realidad cercana. Conocerles, y acercarnos a lo que les preocupa, a cómo se están enfrentando a su proceso de vida, es una meta ya difícil de posponer.

Desde que comencé a trabajar en el Centro de Mayores he buscado la manera de llegar a las personas que allí estaban, de acompañarlas en su proceso de vida y de poder encontrar la forma de trabajar con ellas desde sus potencialidades como personas singulares e irrepetibles. El contacto con ellos me ha generado un aprendizaje diario, muchas de sus historias son historias de superación, de saber saborear la vida, de aceptar con amor sus pérdidas, y de valentía innata que me hace creer en el ser humano y en la fortaleza de su interior sobre todas las cosas. Ahora bien, había casos en los que sus situaciones me quedaban “enganchada” y me preguntaba cómo trabajar con ellos, veía claramente el diagnóstico general, falta de asimilación y adaptación a su proceso de envejecimiento, cuanto más se empeñaban en hacer lo mismo, lo de siempre, más insatisfacción con la vida, sentimiento de soledad, depresión referían.   ¿Qué hacer? Para contestar a esta pregunta, acerquémonos a conocer en primer lugar qué situaciones viven las personas mayores y qué cambios están viviendo.

Empezaré definiendo qué es envejerpara saber de qué partimos,  V. de Viguera nos lo define como:“Nosotros definimos el envejecer como un proceso dinámico, gradual, natural e inevitable, proceso en el que se dan cambios a nivel biológico, corporal, psicológico y social. Transcurre en el tiempo y está delimitado por este…. Si bien todos los fenómenos del envejecimiento son dados en todos, no se envejece de igual manera, ni tampoco cada parte del organismo envejece al mismo tiempo. El envejecimiento como todo lo humano siempre lleva el sello de lo singular, lo único, lo individual.” Viguera V. (2001) citado por Luis Carlos H. Delgado (2014)

Por tanto, es un proceso caracterizado por muchos cambios, y, como consecuencia, las subsiguientes adaptaciones. Cambios, que no todas las personas mayores lo viven de la misma manera, unos lo viven con angustia y temor, viviéndolo como una situación de crisis que intentan superar, y otros atraviesan la vejez  con dinamismo, viviéndolo  en armonía consigo mismo siguiendo el curso de su proceso de vida.

A quiénes llamamos personas mayores, reflexiones sobre las problemáticas que viven las personas mayores que le hace ser un colectivo especial.

Partiremosde un estudio “Dimensiones Subjetivas del Envejecimiento”publicado por el IMSERSO (2009), que hace una división de las etapas del proceso de envejecimientobasada más en los  momentos subjetivos que las definen más que en su edad,teniendo en cuenta tres variables salud, actividad y vínculos,y frente a los cuales la persona mayor debe afrontar diferentes retos adaptativos.Añadirésituaciones depersonas mayores que pertenecen al Centro de Día, para corroborar de esta manera lo que el estudio perfila y  con los que a través de mi experiencia he podido ratificar.  Así se distingue:

Primera etapa: “Entrada en la cultura y en los escenarios del envejecimiento.”Así, los mayores de esta etapa no se sienten mayores o viejos, “esos son otros”, no percibe limitaciones en su estado de salud sólo “cierto cansancio”. Por las buenas condiciones de salud se enfrentaa la vida de manera satisfactoria, hay una preocupación por mantenerse bien.  Por otra parte, en relación con la actividadhay hechos como la jubilación que marcan un periodo de vida distinto, y cambian los proyectos personales, da un cambio a la identidad de la persona. El impacto de esta situación, en bastantes casos, desubica al mayor y se ve abrumado por la existencia del tiempo vacío.

Los vínculos, continuar con las actividades  en situación de plena autonomía permite mantener aún fuertes las redes sociales. Aunque aquí los mayores diferencian los amigos que consideran incondicionales y aquellos que son sólo conocidos. Aquí aparecen los primeros signos de desintegración de las amistades, en beneficio del entorno familiar como espacio de confianza y afectividad incondicionales. Los hijos abandonaron el “nido” y las relaciones intergeneracionales  se ven fortalecidas sobre todo por la aparición de los nietos y su cuidado. La soledad en estas edades se atribuye más a una cuestión de actitud que de la realidad que se está viviendo; no es tan importante estar solo como sentirse solo.

Marina, 64 años. Hasta hace tres años vivía su hijo pequeño con ellos, hasta que se independizó. Tiene tres hijos, toda su vida se ha dedicado a ellos y a su marido. No ha tenido tiempo para hacer otras cosas. Ahora se han “jubilado” pero ella  no acaba de encontrar su sitio y de estructurar su tiempo, ha abandonado las tareas domésticas y su marido es el que cocina; lleva ya dos años medicándose con prozac, diagnosticada de depresión.

Juan, 65 años, jubilado desde hace un año. Presenta descuidado aseo, y vestimenta. Relata que llevaba 35 años trabajando para la misma empresa y ahora busca qué hacer. Nunca ha tenido tiempo para las amistades que no fueran del trabajo. Sus relaciones conyugales refiere que son buenas.

Segunda etapa: “El declive del cuerpo”:

En esta etapa la salud emite constantes señales, las personas mayores de esta etapa, aún sin considerarse viejos, ya empiezan a percibir como frecuentes y cotidianos los achaques y los dolores,  por lo que tienen que adaptar sus actividades y proyectos a esta nueva situación que se considera ya irreversible.La necesidad de autocuidado pasa a un primer plano.

La problemática surge cuando tienen que planificar sus actividades. Los mayores de esta etapa son autónomos, pero adaptan sus modos de vida a los condicionamientos que su estado físico plantea. Se vuelve necesaria la planificación para anticipar posibles problemáticas que pueden surgir, anticipándose, evitando escenarios desfavorables o buscando lo que se repite, lo que se conoce. Aquí va empezando a aumentar la sensación de fragilidad.Empiezan a replegarse hacia el hogar como espacio protegido y seguro, hay una desvitalización; le dan una importancia a preservar un orden ajustado a las posibilidades de sus estados físicos y psíquicos.  Las personas mayores que siguen conectadas a las actividades sienten que se mantienen vivos, canalizando deseos e ilusiones, que modifica las percepciones del tiempo y el sentido del discurrir de la vida viviendo su presente (piensan que no saben qué pasará mañana pero hoy están aquí), y determina el estado emocional desde el que las personas asumen, comprenden y se adaptan.

Los vínculos. Se deja ver una inquietud por mantenerse activo tanto en el ámbito privado como en la esfera social. Pero empieza a ver un primer momento de acomodación a la pérdida; pérdida de seres queridos, pérdida de potencia y atractivo físico, pérdida de memoria o pérdida de la red social. En cierto modo, los mayores se van acostumbrando poco a poco a las pérdidas esperables.

La familia va adquiriendo un papel principal, pues es una garantía básica para la estabilidad y la seguridad emocional. Compartir tareas de cuidados con los nietos, genera un status activo y  se consideran unos cuidadores eficaces. Ahora bien, la mayor dedicación  a la esfera doméstico-familiar fomentan que las redes sociales se vayan reduciendo, lo que conlleva quien  no la mantiene a sentirse solo o incomprendido, ya que las amistades y la relación con sus propios coetáneos ofrecen a la persona un espejo en el que observar el propio envejecimiento.

Jesús de 70 años y Concepción de 73 años. Ella presenta  una artrosis severa; ahora bien, ya no se plantean hacer los viajes que hacían antes. Cuidan entre los dos a sus dos nietos lo que le llena de satisfacción. Sus amigos de siempre también están liados con la familia y ya se encuentran menos. A veces echan de menos la vida de antes pero la familia le ocupa su tiempo.

Tercera etapa: “la etapa final del proceso de envejecimiento, y por ende de la existencia de cada persona, se caracteriza por ser un momento de progresiva desvinculación del espacio y del tiempo del anciano, cuyo mayor reto consiste precisamente en mantener vivos el deseo y la ilusión como forma de engancharse al mundo y a la vida.

La acentuación de sus problemas de salud van provocando de manera lenta y silenciosa un cambio en la relación que los mayores tienen con sus cuerpos,un cuerpo frágil que tienen que atender y, desde ellos, con su entorno; la salud marca el ritmo.La actividad, “el mundo va demasiado deprisa” para la persona mayor, que opta por seguir su propio ritmo, abandonando paulatinamente cualquier pretensión de adaptarse al de los demás; desciende su grado de autonomía y esto viene acompañada de un descenso en su autoestima. Esto provoca decidir permanecer en el hogar, un entorno seguro, y ahorrarse duras pruebas.

El vínculo. Por lo tanto, se van quedando cada vez más aislados. La persona mayor, a medida que desciende su vinculación con la realidad, orientan su atención hacia sí misma; hacia sus recuerdos y hacia su cuerpo, a los que escucha cada vez con más frecuencia. Se desvinculan emocionalmente con la vida y esto sirve como un posible mediador o predictor de su estado de salud, actividad y bienestar subjetivo.

Justina, 83 años. Viuda desde hace 10 años, recuerda a su marido con satisfacción. Desde hace tres años dejó de ir al Centro de Mayores  porque le suponía todo un reto coger el autobús, y trasladarse con su bastón por la calle. Dejó de ver a las amigas. Ahora sólo va al Centro para visitar al podólogo. Ha dejado de salir, su sentimiento es de resignación.

Una vez hecho un recorrido por las tres etapas del proceso de envejecimiento, donde se ha hecho una fotografía delas dificultades sobrevenidas con ocasión del paso de tiempo, concluimos que dichas situaciones les lleva a generar, entre otras, como se ha expuesto, por una parte una reestructuración de sus tiempos y espacios; y por otra una desvinculación con su entorno; a la par que múltiples pérdidas con las que tienen que resituar como persona. Situaciones vividas de manera estresanteporlas personas mayores  en las que su capacidad de asimilación y adaptación a las mismas va a determinar el estado de bienestar y desarrollo personal o, por lo contrario, su desequilibrio y/o enfermedad (como puede ser una desfragmentación de su identidad, una crisis de autonomía o de pertenencia, una depresión intermitente, una insatisfacción con la vida, etc).

El objetivo de este trabajo es hacer una propuesta de trabajo terapéutico fundamentada en la PHI, basada en la atención a las necesidades personales que se ven expuestas por las situaciones de cambio en este proceso de vida con el fin deconseguir  un proceso de envejecimiento saludable; ycon este proceso terapéutico demostrar quela persona se encamina a recuperar su identidad, su autonomía y su bienestar.

El objetivo último sería, apoyándonos en lo que dice Jesús Cuadra (2002), analista transaccional: “El fortalecimiento del sistema con el fin de que pueda aumentar su eficacia en la satisfacción de las necesidades y su capacidad de afrontar los cambios en su interacción con el entorno físico y social, es el objetivo básico del desarrollo o crecimiento personal y de toda intervención (terapéutica) orientada a recuperar la salud y el bienestar de la persona”, con esto hacemos fehaciente el objetivo de este trabajo.

Psicoterapia Humanista Integrativa con personas mayores. Principales necesidades personales insatisfechas.

Después de describir las etapas del proceso de envejecimiento, y de quienes estamos hablando, pasamos a analizar más en profundidad alguna de las situaciones que están viviendo las personas mayores, realizando una primera aproximación de las aportaciones que la PHI hace a esta etapa del ciclo vital. Para este análisis, contestaremos a la pregunta: ¿qué necesidades personales se  ven afectadas por los cambios que viven las personas mayores?

Necesidades Personales, su satisfacción marca el camino a la autonomía personal.

¿Qué motiva a  la persona mayor a continuar su proceso de vida?El estudio de la motivación humana ha generado una multitud de teorías; entre  ellas la Pirámide de Maslow (1954) que diferenciaba entre cinco necesidades tales como fisiológica, de seguridad, de afiliación, de reconocimiento y de autorrealización. Desde este punto de vista el Análisis Transaccional (modelo decisional de la personalidad que permite comprender cómo entramos en relación con los otros) también establece una teoría sobre la motivación que surge del estudio de la relación de la persona con otras personas y con el entorno. Eric Berne (1964), fundador del Análisis Transaccional,  estableció que la motivación básica de todo comportamiento se basa en tres necesidades psicosociales a las que llamó Hambres Psicológicas y las dividió en:Hambre de Estímulo, Hambre de Reconocimiento y Hambre de Estructura.

HAMBRE DE ESTÍMULOAsociada con las funciones biológicas y los estímulos neuronales. La estimulación física a través de todos los órganos sensoriales, especialmente del tacto, es una necesidad básica desde el nacimiento
HAMBRE DE RECONOCIMIENTOSer reconocidos por el simple hecho de existir y ser tal y como somos. Esta necesidad se satisface mediante las caricias, entendidas como cualquier acto de reconocimiento de la presencia de otra persona, y las expresiones de amor
HAMBRE DE ESTRUCTURANecesidad de organizar e integrar el flujo de estímulos que constantemente recibimos del medio externo e interno. Dos dimensiones
 

Estructura Externa

 

La estructura externa espacial tiene relación con la necesidad de orientarse en el espacio, y contestar a las preguntas ¿Dónde estoy?, ¿Cómo se puede uno mover aquí?. Y la estructura temporal tiene relación con la necesidad de darle sentido a la existencia y responder a las preguntas básicas sobre el tiempo en soledad o en relación, ¿qué hago en este lugar y con estas personas?
Estructura InternaTiene relación con las preguntas ¿quién soy yo?, ¿cuáles son mis límites?, ¿cuáles son mis potencialidades?, ¿quién soy yo para los otros?

 

Jesús Cuadra, analista transaccional, establece cuatro áreas de  necesidades humanasdestacando también las de Eric Berne, añadiendo otras necesidades psicológicas junto con  las necesidades relacionales de Erskiney las necesidades espirituales(apéndice 1)

Después de aproximarnos a  las necesidades personales vistas por el enfoque humanista, para contestar a la pregunta¿qué motiva a la persona?, subrayo que hay dos necesidades que empiezan a no cubrirse  en este periodo de la vida: necesidad relacional y necesidad de estructura. Paso a explicar por qué  destaco estas necesidades y qué líneas de trabajo terapéutico se proponen.

Experiencias de vida. Aportes desde el Análisis Transaccional, la Estructura Interna y Externa del Paciente se “Moviliza”. Falta de Estructura.

A través del estudio anterior se ha plasmado unas situaciones claves para las personas mayores, queconlleva el cambio  en la estructura interna de su personalidad derivado de factores externos desestabilizadores (situaciones sociales, biológicas y psicológicas). Es el caso, así,de la persona mayor jubilada que, a veces, siente una pérdida de identidad y hasta de status social (hay un sentimiento de pérdida de poder adquisitivo,su sentimiento de utilidad social se resiente, etc); llegando a movilizar a la estructura externa de la persona, no sabe qué hacer con la gestión de su tiempo produciéndose una  desubicación temporal y hasta espacial. Y también la que se da, por ejemplo, en otra situación que es cuando la persona mayor empieza a sentir el declive de sus cuerpos y sus limitaciones,esto genera una desubicación en sus percepciones del espacio y el tiempo (“el mundo va demasiado deprisa”) y todo se lo replantea,  y hasta ella misma cambia su visión de sí mismo en relación con su entorno.

Las personas mayores se tienen que volver a situar en el engranaje de la sociedad,unos se adaptan sin problemas porque tienen una fuerte estructura interna de personalidad y otros, sin embargo, les cuesta más la adaptación. J. Zurita (Bonding, Mayo 2015) explica así: “La estructura interna personal podríamos definirla como el conjunto de elementos psicológicos que dan consistencia y contención interna a la persona. Entre estos elementos estarán los límites y su aceptación, los valores, las creencias, las decisiones primarias sobre la gestión de las emociones, etc.”

En estos casos, el trabajo terapéutico se orientará al trabajo con la estructura interna de la personalidad apoyándonos por una parte en el trabajo con la estructura externa para que ésta ayude a formar dicha estructura,y, por otra parte, a través de una revisión del proyecto vital pasandopor un análisis del guion de vida de la persona apoyándonos en la terapias regresivas tales como la terapia de la redecisión o el reparentamiento.

Paso a explicar estas dos líneas de trabajo:

a.1. La estructura externa ayuda a crear estructura interna.

Berne (1972) se pregunta ¿Cómo ocupamos nuestro tiempo?, y expone que  hay 6 maneras de ocupar el tiempo con los otros y con uno mismo. Son: el aislamiento, los rituales, los pasatiempos, las actividades, la proximidad y los juegos psicológicos. Señalemos de estas, la actividad,la forma que más ayuda a la persona mayor a crear una estructura externa, que  ayudará posteriormente a mejorar una estructura interna y a crear identidad; y anotaré como en el desarrollo de estas actividades se pueden dar también otras tres maneras, los rituales, los pasatiempos y la proximidadcomo las maneras más saludables de relación y de crear una estructura externa favorable. Tanto el aislamiento como el juego psicológico no considero que sean beneficiosos para unas relaciones favorables.Y de esta manera como dice Oller (2001:109) conseguimos también el Hambre de Estímulos o de Sensación descrita también por Berne, “necesitamos crear o que nos creen situaciones en las que obtener estímulos sensoriales para no aburrirnos en la vida y “sentirnos vivos””, y también el Hambre de Reconocimiento al estar en relación con los otros.

Las actividades las definen como “todas las actividades orientadas hacia un objetivo en el que los humanos puedan participar conjuntamente” (René de Lassus, 1994:102). En nuestro caso, una actividad muy habitual es encargarse de los nietos o por ejemplo venir a hacer gimnasia. Estas actividades ayudan a fijar una cierta organización en las relaciones y a organizar el mundo de la persona mayor, alcanzando logros y mejorando su autoestima.  Así por ejemplo, saber qué se va a hacer y cuando, a quienes nos podemos encontrar si vamos al Centro Social, cómo planificar satisfactoriamente nuestras actividades,etcayudan a crear confianza y a mejorar la visión de la persona en su entorno más próximo. Esto crea una estructura externa que es llevada en muchas ocasiones con agrado y satisfacción para la persona mayor; aunque en otras ocasiones la persona mayor puede encontrarse totalmente atada a la situación para poder crecer, cambiar y avanzar, ya que estas relaciones le dan un cierto reconocimiento y sentimiento de utilidad tan necesario en esos momentos, que es difícil de romper con ello. Ser consciente de ello ayuda a poder modificarla.

Caso de Elena: Mujer, 70 años de edad, viuda. Su idea para después de la jubilación era viajar, aprender cosas nuevas, tener tiempo para ella. Ahora bien, cuando se jubila su hija separada con una hija se queda en paro  y su hijo recientemente viudo pide su apoyo también en el cuidado de su hijo. Ella decide “ser buena madre” y apoyar a sus hijos. Estructura su vida entorno a sus hijos y llega a expresar lo siguiente “estoy harta, estoy demasiado cargada, llevo mucho peso. Me levanto a las 6 de la mañana hacer comida para cinco personas y de ahí no paro en todo el día”.  Nos preguntamos ¿dónde están sus límites?¿qué fue de sus sueños? ¿Qué pasó con esa Elena que se iba a jubilar?.

Con las actividades podemos ir  generando relaciones de proximidad, según Berne esta sería la mejor de las relaciones, que la llaman “intimidad es un contacto franco, sincero, auténtico y espontáneo” (Renné de Lassus, 1995:103). En las personas mayores esta es la manera más favorable porque contacta con su verdadera esencia, y comparte lo que vive. Normalmente la suelen tener con un  número reducido de personas, conservar estas relaciones es indicador de bienestar.

Tanto la utilización de rituales(“maniobras de aproximación” aprendidas para entrar en contacto de una manera prudente; evitando ciertos riesgos” (René de Lassus, 1994:101)) como la de los pasatiempos (son series más o menos predecibles de transacciones, también generalmente complementarias, que giran en torno a temas tópicos (futbol, política, hijos, salud, etc)) nos ayudan a crear estructura externa. Además cuando usamos los pasatiempos positivamente podemos intercambiar caricias y “tantearnos” socialmente unos a otros, sin todavía involucrarnos demasiado, pero teniendo la posibilidad de pasar a otras formas en las que tengamos mayor acercamiento. (Oller, 2001:111).

a.2.La terapia de la redecisión y el reparentamiento como reestructuradoras de la estructura interna.

La terapia de la redecisión,una de las tres escuelas de Análisis Transaccional, y el reparentamiento  (como complementaria de la primera), son dos tipos de terapias reestructuradoras de la estructura interna, y ayuda a la reubicación de la persona en las situaciones cambiantes y de adaptación que están viviendo. Hay personas mayores que deciden  asimilar este proceso de vida de una manera satisfactoria, viviéndolo como la continuación del proceso de vida; a otras les cuesta más.La revisión del proyecto vital o la ausencia de este de la persona mayor, pasando por un análisis del guion de vida de la persona apoyado en dichas terapias regresivas puede ser una adecuada manera de conectar y ser consciente, en busca de la autonomía.

Desarrollar la autonomía según Berne (1964) conlleva ir creciendo en tres capacidades: conciencia  (“poder ver cómo las cosas “son” al natural, no según nos han enseñado…darse cuenta aquí y ahora”Oller (2001)), espontaneidad (“poder expresar libremente, también aquí y ahora, nuestro pensar, sentir y actuar, de manera natural”, Oller (2001)) e intimidad (“ es compartir libremente con los demás nuestro pensar, sentir y actuar, de manera auténtica”, Oller (2001)).

El crecer hacia la autonomía conlleva ir abordando el guión de vida, al que definióBerne como “un plan preconsciente de vida basado en una decisión propia tomada en la infancia bajo la influencia del entorno (padres, familia, escuela, cultura,…) y reforzado por el mismo entorno, justificado posteriormente por medio de experiencias significativas y que culmina  en una alternativa elegida”. El guión nos marca quienes somos, qué vamos a hacer en nuestra vida, cómo nos vamos a sentir y cómo vamos a actuar ante determinadas situaciones. Nos marca creencias autolimitadoras. Si la persona mayor quiere adaptarse saludablemente al entorno cambiante tendrá que abordar su capacidad de autonomía y cambiar su guión, revisarlo, redecidiendo sobre su vida, cambiando las decisiones que tomó en su día que en su “aquí y ahora” no le están viniendo bien. Y desde mi punto de vista, no importa la edad que tengas para ello. Tomar consciencia del guion es el primer paso para salir de él (Master en PHI 2014, módulo 3).

Las características del guión que normalmente me encuentro en personas mayores son: mandatos: no seas importante, no seas, no seas niño/a, no seas tú, no estés bien, no sientas; impulsores: complace sobre todo siendo una buena madre, abuela, aguanta sin molestar, sé perfecto/a; y juegos psicológicos: “pobre de mí”, “si no fuera por mí”, “sólo trataba de ayudar”, “mira  lo que me he esforzado”, “dame una patada”, “pata de palo”.

El trabajo terapéutico a través de terapia de la redecisiónes una herramienta terapéutica que ayuda a conectar con uno mismo, a encontrar la propia autonomía, adaptándose de esta manera a los cambios, recolocarse, redefinirse, reencontrarse (tal vez estaban “perdidos” tiempo antes).En el proceso de terapia, cambiar o rectificar las decisionesautolimitadoras (redecisión), o también cambiar mensajes interiorizados  negativos (reparentamiento) ayuda a acercarnos a la esencia de la persona, a un contacto con su autenticidad.

2.2.b. Las Necesidades Relacionales de Erskine, en relación con el proceso de envejecimiento.La Economía de las Caricias de Berne.

Erskine (1980) define ocho necesidades relacionales en correspondencia a relaciones significativas, y puntualiza “las necesidades relacionales están presentes a lo largo de todo el ciclo vital desde la infancia temprana hasta la vejez”. Y apoyándome en esta idea, paso a exponer cuales son las necesidades relacionales deErskine,qué pasaría si hubiera ausencia continuada de satisfacción de dichas necesidades, y, por último, los posibles beneficios que se obtendría en las personas mayores, si dichas necesidades se cubriesen.

Las necesidades relacionales deErskine son: seguridad física y afectiva, necesidad de sentirse validado y confirmado, de validación y afirmación, de confirmación de la experiencia personal, necesidad de autodefinición, de hacer impacto, de que el otro tome la iniciativa  y de expresar amor (desarrolladas en apéndice 2).

En un proceso terapéutico, al contactar con el/la paciente-persona mayor, se indagaría en los momentos iniciales de la terapia las necesidades relacionales que no aparecen cubiertas. Así este análisis se haría a la par de un análisis inicial sobre su situación en otras áreas de diagnóstico. Aquí se hará especial  incidencia sobre la necesidad de sentirse validado y confirmado (¿quién le valida?,¿quién le da identidad?) y también, la necesidad de confirmación de la experiencia personal (¿con quién comparte su experiencia?, ¿hay alguien para él/ella disponible para compartir?). Pues por circunstancias que afectan a la persona mayor puedan verse más afectadas estas necesidades relacionales, siendo esencial para su proceso de vida; así por ejemplo,  a nivel social la jubilación mal llevada, que puede afectar a su identidad personal frente a otros y a sentirse validado, o, por otra parte, la dificultad física quetiende a derivar en aislamiento social, etc, o también se puede contemplar cómo las relaciones familiares benefician a la persona en estas edades, las relaciones con los nietos, etc.

¿Qué pasaría si hubiera una falta de satisfacción de estas necesidades? Sería, como dice Esrkine,  “una pérdida de energía o de esperanza” al contemplar que no hay nadie disponible para ti, y continúa diciendo “la ausencia continuada de satisfacción de las necesidades relacionales puede manifestarse como frustración, agresión o enojo”.Así es, en el proceso de envejecimiento se empieza a distinguir dos hechos: la posible desvinculación paulatina con el entorno por diferentes causas (la salud, los cambios acelerados del entorno o la pérdida de seres queridos, entre otros) y una evolución hacia la interiorización (expuesto en el estudio antes mencionado.Si no se trabajase para la satisfacción de estas necesidades, habría, como ya se ha visto en muchos casos, un replegamiento de la persona mayor hacia su mundo interior (su zona de confort que le da seguridad),  a desconectar de cierta parte de sí mismo, de quien realmente es, se llegaría a la soledad.

La soledad en las personas mayores surge según dice José Carlos Bermejo (2014), humanista con experiencia en personas mayores,“de la tendencia inmanente de todo ser humano a compartir su existencia con otros. Si esto no se logra, surgen la vivencia de estar incompleto y la desazón derivada de ello”, y añade “Cuando la persona comprueba que no puede, que no tiene opción para establecer ese contacto humano que le permite ser quien es y que cualquier persona necesita, entonces aparece la soledad”.

Esbozando los beneficios que se obtendrían si se trabajase en esta línea, satisfaciendo las necesidades relacionales, podríamos decir que se conseguiría que la persona encontrase un ámbito seguro, incondicional, donde se le valorase como persona, donde pudiera crecer y compartir su estar en el mundo y su ser auténtico, creando autoconfianza y con ello  adaptarse más adecuadamente a todos los cambios que le son sobrevenidos a estas edades.

La PHI  revela que toda línea de trabajo terapéutico que se pueda plantear con personas (que podrían ser estas personas mayores), y que ayude a conectar con uno mismoy a reflexionar cómo la persona se relaciona con su mundo, ayudará a la larga a la mejora (entre otros beneficios) de las relaciones obtenidas en las redes sociales y las redes de apoyo.Por esto, cualquier camino que se tome para que la persona mayor siga conectada a su mundo, y mantenga o cree relaciones, promoverá la ilusión y un deseo de levantarse cada día; este es un camino adecuado  y saludable para la mejora del bienestar de la persona.

Jesús Cuadra (Bonding, enero 2009), nos reafirma esta idea de que la satisfacción de las necesidades relacionales ayudan a la adaptación saludable con el entorno, exponiendo que: “Si las condiciones son favorables para la persona, se mantiene el contacto de ésta con su entorno y las personas más significativas, de modo que se satisfagan suficientemente sus necesidades individuales y sociales, las decisiones que adopte favorecerán el proceso de adaptación para el desarrollo saludable y autónomo.

Por el contrario, si se producen rupturas del contacto abruptas, o rupturas de contacto continuadas, o si se producen situaciones traumáticas, dolorosas, insatisfactorias, atemorizantes y no se dispone de las respuestas de contacto apropiadas a la situación, es más probable que la persona tenga que adoptar decisiones de supervivencia. Son decisiones para mantener la vinculación, la pertenencia y el mínimo de caricias necesario.”

Desde este punto de vista, el Análisis Transaccional nos ayuda a profundizar en todo este tema.Concretamente, la teoría de la motivación, ya expuesta anteriormente, y la idea de las Caricias de Berne y las Leyes de Economía de las Caricias de Steiner, que pasamos a exponer.

Las caricias es “una unidad de reconocimiento” (Berne, 1971), que lleva un valor implícito de Yo me doy cuenta de que tú estás ahí, un valor muy importante en las personas mayores como ya hemos dicho, en muchas ocasiones se consideran ellos mismos invisibles para la sociedad y para su entorno por cómo viven su pérdida de status social. Afecta también al concepto que la persona tiene de sí misma.  Así “Cada ser humano tiene así una necesidad de ser estimulado y de recibir signos de atención para vivir, crecer y desarrollarse armoniosamente” (G. Chandezon,1984). A lo largo de la vida, según la educación recibida y las experiencias personales vividas, cada persona realiza un Marco de Referencia  a través del cual percibe, decide, acepta y rechaza los estímulos que llegan y entre ellos las caricias. De esta manera se genera un intercambio que depende de la capacidad de dar, capacidad de pedir, capacidad de recibir, capacidad de rechazar y capacidad para darse a sí mismo de cada persona.

En el entorno de las personas mayores hay una realidad efectiva de pérdida de vínculos sociales en las personas mayores. Esta pérdida de vínculos sociales  muchas veces se debe a la aceptación por parte de la persona de una serie de normas  aprendidas, irracionales  y prejuiciosas que impiden un libre y sano intercambio de estímulos sociales, lo que Steiner llamó Las Leyes de la Economía de las Caricias:

  1. No des las caricias positivas que corresponde
  2. No aceptes las caricias positivas que merezcas.
  3. No pidas las caricias positivas que necesites
  4. No te des las caricias positivas a ti mismo
  5. No rechaces las caricias negativas destructoras.

La escasez de caricias  hace que ciertas personas mayores entren en un estado de vulnerabilidad social importante, siendo totalmente manipulables, buscando, en algunos momentos, caricias de una manera artificiosa y complicada. Así, se dan situaciones en las que hemos escuchado que una persona mayor se queja de su salud, buscando que la otra persona cercana le preste atención; o situaciones en las que las personas mayores hablan con el que está cerca de ellos, bien sea en la tienda, en el banco del parque, en el médico,…sin conocerles previamente. Por otra parte, caricias condicionales, centradas en los otros sin tener en cuenta sus  necesidades las podemos ver en casos como los que les pasa a aquellas personas mayores que dicen que no le dicen nada a sus hijos por no molestarles, haciéndose los fuertes para no sentirse dependientes todavía; otros mayores que son abuelos y no saben decir no a sus hijos cuando es reclamada su ayuda de manera indiscriminada y sin horario, y se condenan a ser “buenos abuelos” siempre disponibles. Podríamos enumerar muchas más situaciones en las que las caricias y la gestión de las mismas están muy relacionas con todas las Leyes de Economía de Caricias enumerada por Steiner.

¿Cómo afrontar esta situación?Steiner propone que la liberación ante este tipo de leyes vendría, tomando nuevas decisiones. Las personas pueden aprender a intercambiar caricias libremente, abriendo su corazón, y dar y recibir caricias sin avergonzarse. El comportamiento se debe regir por las siguientes Leyes de la Abundancia de Caricias:

  1. Dar abundante caricias positivas cuando corresponda.
  2. Aceptar las caricias positivas que mereces.
  3. Pide las caricias positivas que necesitas.
  4. Date caricias positivas a ti mismo.
  5. No aceptes caricias negativas destructoras.

De esta manera también mejorará el concepto de sí mismo, su autoestima. Este trabajo terapéutico puede llevarse a cabo incluyendo técnicas como la redecisión y el reparentamiento.

Del guion sin amor, falta de reconocimiento y afecto  en las personas mayores.

Steiner, CL.M (1990) expone que hay tres guiones básicos de vida, uno de ellos es el guion sin amor. Ana Gimeno-Bayón (1996:228) hace referencia a lo mismo, explicando los Estilos de vida sin Amor (depresivo), en que se aprende a partir de prohibiciones de las expresiones de afecto (verbales o no verbales) y cómo Steiner (1974) habla de la, por él llamada, “Ley de la Economía de la Caricia” ya comentada.

Y nos dice que el hambre crónica de afecto es la causa de un estilo de vida depresivo y falto de vitalidad.  En todo esto subrayo la expresión falta de reconocimiento o afecto porque es justo lo que las personas mayores expresan y refieren, cuando han salido de su guion de vida que le daba su profesión y están desubicados, o viven las pérdidas de sus seres queridos y le falta el afecto. Su economía de las caricias, ha cambiado, se han variado las reglas del juego; de dónde ellos recogían y cargaban sus caricias ahora no puede ser así; y en algún momento de su vida las capacidades que gestionaban esa economía de caricias no están totalmente activas.

Así en el centro de mayores hay personas que después de jubilarse hablan en presente cuando se refieren a su anterior actividad laboral, o personas que han sido viudas hace unos cuantos años o divorciadas y viven todavía en un proceso de duelo inacabado. Por tanto, su “hambre de caricia” está muy presente.Pasemos a ver qué propuesta hay concreta para trabajar sobre ello.

Aportaciones de la Psicoterapia Humanista Integrativa, trabajando con personas mayores, propuesta de intervención. Aportaciones desde la experiencia.

Este año de prácticas del Máster en el Centro, he podido poner en marcha una intervención diferente con dos mujeres mayores. De ellas he obtenido su permiso para poder contar parte de su historia y de su proceso terapéutico. Paso a relatar el proceso que he estado argumentando hasta ahora. Los distintos pasos están interconectados.

Primer paso: El vínculo terapéutico, clave para la intervencióncon  personas mayores.

Rosa,68 años, viuda desde hacía quince años, un día en el despacho empezó a llorar desconsolada, no se encontraba bien. Decía que los domingos se les hacía cuesta arriba y que ahora la situación de su hija separada, con una hija y sin trabajo le desbordaba. Ella recién jubilada. Le ofrecí venir a terapia y aceptó.

Catalina, 74 años, divorciada con 3 hijos, me contó que venía de su pueblo y allí se encontraba como un bicho raro, que se encontraba muy sola, decía tener escasas amigas y tenía total apatía para hacer cualquier cosa diaria, estaba enganchada a la tele. Le ofrecí venir a terapia y aceptó.

Hemos escuchado muchas veces que no es lo mismo estar solo que sentirse solo. Ahora bien si una persona se siente sola, aunque sea en ciertos momentos a lo largo del día o de la semana, siente un “vacío” que es costoso llenar(como decía Rosa un día en el despacho “me siento hueca por dentro”). ¿Cómo trabajar con esta soledad en las personas mayores? Una de las claves está en la PHI y en la creación de un vínculo terapéutico protector y seguro que ayuda a la persona a encontrarse otra vez incorporada a su mundo.

¿Qué aportó este vínculo terapéutico desde la PHI a las sesiones de terapia?

Apoyándome en lo que decía Carl Rogers sobre la terapia centrada en la persona, en la que se cree en la persona, en que el paciente es el que sabe lo que le afecta realmente y se confía en su ritmo para llevar el ritmo del proceso de terapia; comencé la terapia con ambas mujeres mayores. Por otra parte, nos indicó cómo diseñar una buena relación de ayuda para que el paciente alcance una mejor comprensión de sí mismo. Así la relación de ayuda la basé en la plena aceptación y valoración al paciente tal cual es mientras se va creando un ambiente de seguridad, siendo empática con sus sentimientos y pensamientos para que se sienta libre de explorar sus vivencias, desde la auténtica autenticidad del terapeuta  ayudando de esta manera a que ambas mujeresbusquenla suya propia.Por tanto, este tipo de relación lo basé en el Permiso para ser lo que son, la Potencia interior que fueron descubriendo y la Protección que se dio desde esa relación, y que finalmente ellas se dieron así mimas. Las traté con mucho amor, y ellas empezaron a tratarse con amor a sí mismas.Esto ayudó a que se produjese el cambio y el desarrollo personal; a que ellasse abrieran a su experiencia, confiaran en sí misma, buscando el foco interno en vez del externo.

Las técnicas generales básicas utilizadas en este vínculo terapéutico, fueron: De Recepción:La escucha activa, la observación con fuerza de atención, contacto con tacto, atención a la vía de entrada y al procesamiento de la información. De Transmisión: comunicación no verbal (miradas, abrazos, sonrisas,…) y la comunicación verbal (utilizando el confrontamiento, el señalamiento, las incongruencias, la ilustración…).

Segundo Paso: Un vínculo para la conexión con el entorno próximo.

Carl Rogers (1986) nos apuntó el beneficio del vínculo terapéutico y me dio pistas para seguir en este segundo paso que es el de “encarar la vida”: “el individuo reorganizará su personalidad, tanto a nivel consciente como en los estratos más profundos; de esa manera, se hallará en condiciones de encarar la vida de modo más constructivo, más inteligente y más sociable a la vez que más satisfactorio”.El hecho de trabajar en un Centro de Mayores que se dedica entre otras finalidades a la promoción de la autonomía personal y el envejecimiento saludable, participación social e integración en la comunidad, hace que sea un sitio privilegiado para poder crear relaciones.

Con el  primer paso también hemos conseguido que ambas mujeres se sientan escuchadas, validadas, protegidas y se le ha dado normalidad a su situación, se le ha ayudado a comunicar  sus preferencias, intereses, ideas, etc, confirmando su experiencia personal, y con la posibilidad auténtica de expresar amor; todas ellas son algunas de las situaciones de satisfacción de las necesidades relacionales expuestas por R. Erskine ya comentadas. Pero desde el Centro se puede establecer un segundo paso y de hecho así se ha dado, se puede hacer un acompañamiento a la persona para que esta traslade lo aprendido en la relación auténtica del vínculo terapéutico a otras relaciones con su entorno (haciendo un análisis previo de las necesidades relacionales). En el momento adecuado del proceso terapéutico y respetando su ritmo se estableció preguntas como ¿qué te parecería…?,¿ qué podrías hacer tu…?,¿de esto que me contaste qué se te ocurre a ti…?; y de esta manera pueda conseguir, estar conectado a su mundo, tener una ilusión y una razón motivadora cada día.

En nuestro caso, Cati que llevabahaciendo reiki 10 años  esporádicamente, se ofreció a darlo voluntariamente en el Centro un día a la semana, con ello consiguió obtener todos los beneficios de unas relaciones saludables que necesitaba y por otra parte, la organización de esta actividad en su vida creó una estructura externa (en las que se daban estas maneras de relaciones: actividades, pasatiempos o rituales) queayudó a crear su estructura interna, contactando con ella misma, despertando a ser consciente, a fijar nuevas creencias, a darle identidad,etc.

El engranaje para que esto se lleve a cabo son las actividades del propio Centro o del entorno, entendidas estas como recurso revitalizador que ayuda a la creación de relaciones sociales. Estas canalizan los deseos e ilusiones, según la sensibilidad y los intereses diferenciados; y ayudan a conectar con uno mismo.  Así por ejemplo, las actividades ofrecidas desde el Centro pueden ser tales como actividades culturales, turísticas o de ocio, voluntariado, cafés tertulias, talleres de risoterapia, gerogimnasia, huertos ecológicos, etc. Otros tipos  de actividades del entorno pueden ser ejercer el rol de abuelo, realizar planes con amigos,  retornar a  grupos al que pertenecieron como pueden ser los religiosos, etc

Por otra parte, Rosa puso en marcha su agenda de teléfonos  cuando le preguntaba ¿qué necesitas para tí?, y con la visión presente que habíamos trabajado en terapia sobre la Ley de la Abundancia de Caricias (pedir caricias, aceptar caricias, darse caricias, dar y rechazarlas), empezó a planificarse.Los resultados no se hicieron esperar, sus relaciones ayudaron a sentirse escuchada, validada, normalizada, esas relaciones le devolvieron una imagen positiva de sí misma que ayudó a crear potencia personal suficiente para dar un paso importante para encarar su vida.

El papel que ejercí fue el de acompañar a Cati y a Rosa en su proceso de integración en las actividades, trabajando con ellas la manera en que se condicionanen las relaciones, qué visión tiene de los demás y de ellas, lo positivo y favorable que es para su bienestar, y la forma en que van afrontando los posibles conflictos, cómo se establecen las caricias, apoyándolas para que se den los permisos suficientes para poner en marcha la Ley de la Abundancia de Caricias. Fueron dándose cuenta de lo beneficioso que es tener y cuidar relaciones favorables en su vida y cómo una estructura externa (actividades) ayuda a organizar su tiempo y su espacio sintiéndose más conscientes de sí mismas.

Tercer Paso: Trabajando el guion de vida.

Tanto con Cati como con Rosa, realicé en las primeras intervenciones un análisis diagnóstico de su situación pasando por un análisis de los cinco niveles de intervención (J. Zurita), un análisis funcional del análisis transaccional y un análisis gestáltico. Cuando vi adecuado, en el proceso terapéutico les hablé y expliqué la idea del guión de vida,  la idea de que de niños tomamos decisiones en respuesta a mandatos de nuestros padres o personas relevantes para nosotros, a través de comportamientos y sentimientos. Que aquella decisión tomada en aquel momento fue un medio poderoso para sobrevivir en su entorno, no de forma objetiva sino subjetiva, con los recursos cognitivos, afectivos y conductuales primitivos y limitados de que dispone el niño. Expliqué que esas decisiones tempranas pueden cambiar, y no limitar su vida de ahora, y encontrarse con las mujeres que realmente son.

Para trabajarlo utilicé con Cati, la técnica gestáltica del cuento de nuestra vida que aunque hubo grandes resistencias por su parte (una tarea más dentro de su apatía diaria), al final encontró la manera de hacerlo y fue para ella reveladora, contó su historia y sacó a sus personajes significativos que le marcaron, a actuar. También utilicé la escritura terapéutica: le dije que  va a tener disponible dos colores de papel; en uno va a comenzar poniendo todo lo que le venga a la cabeza sin pensar sobre aquellas personas que le ha generado malas sensaciones en su vida, y en la otra, contactará con todo lo que le genera la sensación de estar en un nuevo camino, y busque en su interior el empoderamiento que ha salido ya en otras sesiones (con frases como “yo siento…”, “yo necesito…”, “yo quiero…”,etc).  Cada una sentó a su madre en la silla vacía, con preguntas ¿qué necesitabas de tu madre y que no te dio?, ¿qué te decía que hicieses?,¿cómo te ve hoy?,¿qué te gustaría que te dijera?,etc. La experiencia con Rosa fue muy significativa: sacó a su Padre Crítico  pero fue acallado por su Padre Nutritivo Positivo, fue un acto de reconciliación precioso porque para esta silla vacía había escrito Rosa una carta a su madre desde su Niño Libre que estuvo al frente con el Adulto. Su sentimiento de permiso a ser quién es y cómo es, fue estupendo y liberador para ella.

Ambas poco a poco fueron encontrando sus decisiones tempranas, ambas poco a poco fueron viendo cómo hoy en día esas decisiones le estaban poniendo límites a su vida, y fueron siendo más conscientes de que esas limitaciones le ponían máscaras a lo que realmente son, y fuimos sacando las incongruencias de cómo se gustarían ver y cómo se han visto hasta ahora, intentando romper barreras (pusimos el simil de cambiar de camino a uno desconocido pero más favorable para ella). Buscaban redecidir su vida y contaban queellas mismas podrían darse las caricias y el parentamiento que en su día les faltó. Fuimos viendo en su guion: los mandatos, los impulsores, el triángulo dramático que se dio entonces, en “aquellas vidas”, situaciones concretas, y fuimos viendo como marcaban su vida actual.

Para ello me ayudé de algunas de las técnicas  específicas apuntadas por John R. McNeel que las agrupó dependiendo de siete componentes que se trabajan en la terapia de la redecisión:

  1. Énfasis en el poder personal y responsabilidad: verbos en presente, ¿podrías?, confrontación.
  2. Adopción de un ambiente protector y enriquecedor: del lado del niño (sobre todo), uso del humor.
  3. Comportamiento modelador de liderazgo: llenos de permisos, volver a preguntar,…
  4. Separar mitos de la realidad: impasse presente y escena antigua (cómo te sentías), esperando que otro cambie.
  5. Confrontación de incongruencias: especificidad/claridad, discrepancia lenguaje corporal, distinción entre pensamiento y sentimiento.
  6. Técnicas particulares: análisis de juegos (usábamos el humor), dos sillas, confrontar los “sabes”,
  7. Reglas de procedimiento. (utilizadas junto con las de obligado cumplimiento de J. Zurita.)

Y poco a poco  ambas tomaron permiso para comportarse y sentir de nuevas formas, tomando contacto con el poder para salir de su guion de vida.  Reforcé posteriormente con caricias positivas todo cambio hacia la nueva conducta, con las que se sentían más ellas mismas.El vínculo creado hacia ellas era fuerte, se volvió hacía mí y  dejó una huella imborrable en mi propio proceso de vida.

Discusión y Conclusiones.

El objetivo  de este trabajo ha sido fundamentar qué elementos clave son importantes para afrontar los cambios en el proceso de envejecimiento, el vínculo terapéutico, la satisfacción de las necesidades relacionales y de estructura externa, y el trabajo del guión a través de la terapia de la redecisión; y ponerlo en marcha en un proceso terapéutico en el propio Centro con dos personas mayores. El resultado  obtenido tras la observación parece indicar que dichos elementos sí mejoran el bienestar de la persona y así lo han experimentado y expresado estas dos mujeres.

Últimamente hay corrientes en psicología más humanistas que se dedican a buscar el bienestar de la persona en vez de trabajar desde las conductas patológicas, creen en la persona y en sus potencialidades, buscan la promoción y el empoderamiento de la persona. Y esto es de lo que quiero partir en mis conclusiones.El proceso terapéutico propuesto se basa en esto y contesta a una pregunta clave ¿qué hace a la persona envejecer más satisfactoriamente que a otra?, ¿qué claves de trabajo podemos utilizar para acompañar a la persona mayor en su proceso de adaptación a los cambios? Y todo lleva a algo muy esencial, satisfacer unas necesidades personales reales que no están cubiertas o están frágilmente cubiertas. Por ello la mejora de las relaciones sociales, la incorporación de una estructura externa para las relaciones (organización de tiempo y del espacio) y una revisión de su proyecto vital mirando hacia su guión de vida, son las claves para  que la persona mayor viva y no sobreviva, encuentre su ser auténtico en este tramo de su vida (la consciencia, espontaneidad e intimidad que decía Berne).  Estas claves,  las relaciono con los  factores de protecciónque favorecen el ser una persona resiliente (Michael Manciaux (2003:23))como son la mejora de la autoestima, la sociabilidad, un proyecto vital o el apoyo social; estosfactoresforman un temperamento resiliente y en nuestro caso estos factores favorecen el envejecer en armonía con uno mismo y a tener un envejecimiento con vida.

Bibliografía

  • Bermejo, J.C. “La Soledad en los Mayores” recuperado de  http://www.humanizar.es/fileadmin/documentos/JC_Bermejo_La_soledad_en_los_mayores.pdf   (pp. 1-5) (consulta realizada el 5 de mayo de 2015).
  • Cuadra Pérez, J. “Las Necesidades Humanas y su Satisfacción, part. 1”, BondingJulio 2002
  • Cuadra Pérez, J. “Las Necesidades Humanas y su Satisfacción, part. 2”, Bonding Julio 2002
  • Cuadra Pérez, J. El Guión de vida y la Identidad. Bonding julio 2007.
  • Cuadra Pérez, J. La importancia de la redecisión en el proceso terapéutico. Bonding Enero 2009
  • Chandezon, G. y otro  (1987): “El Análisis Transaccional” (2ª ed.) Madrid: Morata (pp.66-67)
  • De Lassú, R. (1995) “El Análisis Transaccional. Conocerse Bien y Relacionarse con Éxito. Barcelona: Salvat Práctica.
  • Delgado, L.C. (2014) “Problemas Emocionales, Vinculares, y Conflictos propios de las Personas de Tercera Edad”, Revista Electrónica de Psicogerontología. Monografías de los Cursos Virtuales de Educación para el Envejecimiento. Recuperado de  http://www.psiconet.com/tiempo/monografias/problemas.htm (Consulta realizada el 15 de mayo de 2015)
  • Erskine, R. “Necesidades Relacionales” Bonding. Diciembre 2004
  • Gimeno-Bayón, A. (1996) “Comprendiendo cómo somos. Dimensiones de la Personalidad”. Bilbao: Decleé De Broouwer.
  • Manciaux, M. y otros (2003) “La Resiliencia: Resistir y Rehacerse” Barcelona: Gedisa.
  • Oller Vallejo, J. (2001). “Vivir es Autorrealizarse. Reflexiones y Creaciones en Análisis Transaccional” (2ªed.). Barcelona: Kairós.
  • Prieto Sancho, D. y otros (2009). “Las Dimensiones Subjetivas del Envejecimiento”. Colección Estudios Sección Personas Mayores nº11007. San Sebastián. Ed. Ministerio de Sanidad y Política Social.
  • Rogers, C.R. (1969). “Psicoterapia Centrada en el Cliente” (2ª ed.) Buenos Airés: Paidós.
  • Rogers, C.R. (1992). “El Proceso de Convertirse en Persona. Mi técnica Terapéutica.”.  (7ª reimpr.) recuperado de http://www.cpalsj.org/wp-content/uploads/2014/08/2CPM5T1-Rogers-1992-El-proceso-de-convertirse-en-persona.pdf pp. 22, 28-31
  • Steiner, Cl. M. (1990) “Los Guiones que Vivimos. Análisis Transaccional de los Guiones de Vida” Barcelona: Kairós.
  • Zurita, J. “Cómo Facilitar la Integración de la Estructura Interna Personal en un Proceso de Psicoterapia Humanista Integrativa”. Revista Digital Bonding (mayo, 2015).

 

Apéndices

Apéndice 1. Las necesidades personales vistas por Jesús Cuadra Pérez (Bonding, julio 2002).

AREAS DESCRIPCIÓN DE CADA ÁREA
NECESIDAD FÍSICA Y BIOLÓGICADe oxígeno. De alimentos: líquidos (agua) y sólidos (comida). De actividad (ejercicio), descanso (relajación) y de placer. De dormir. De eliminación: desperdicios líquidos, sólidos y por la piel.  De estimulación física: tocamiento y estimulación por la piel, y por los otros sentidos. De sexo: de liberar la energía sexual de alguna forma.  De equilibrio físico: térmico (abrigarse y desabrigarse), hormonal e inmunológico.
NECESIDAD EMOCIONAL, PSICOLÓGICA, INTELECTUAL1º Reconocimiento: a) por lo que somos, b) por nuestras cualidades c) por lo que hacemos. Se satisface por medio de CARICIAS en las relaciones sociales.

2º Ser amado: Que alguien se preocupe de mí, ser importante para otra persona. (Hay muchas clases de amor. Puedo desear de un amor concreto, pero la necesidad de ser amado es simplemente de ser amado en general.)

3º Amar: Tener necesidad de amar a otras personas. La manifestación de esta necesidad de amar es un deseo de estar y/o de construir con la persona amada.

4º Autoestima: sentirnos importantes, experimentarnos a nosotros mismos como personas significativas.

5º Pertenecer: experimentar que pertenecemos a alguien, una familia, un grupo, una comunidad, etc. Hay una forma de pertenencia interna (“ser de los…”), pero también hay una forma de pertenencia externa (“ser de los que no son de…”)

6º De estructura:

  • Interna: Tener respuesta a las preguntas básicas sobre sí mismo, los otros y el mundo.
  • Externa temporal: tener el tiempo estructurado, con la sensación de confort o seguridad que da, el saber lo que ocurrirá y lo que tengo que hacer
  • Externa espacial: tener el espacio estructurado de modo que pueda orientarme en él, saber dónde me encuentro y a dónde dirigirme en un momento dado.

7º De seguridad: Estar a salvo de las amenazas de la satisfacción de las necesidades. Esta necesidad de seguridad tiene dos aspectos: Seguridad física y seguridad psicológica.

8º Contacto emocional: con uno mismo, con los otros.

9º Estímulo emocional e intelectual.

10º Sensación de logro, de que alcanzo en alguna medida los propósitos y las metas que me planteo.

 

NECESIDAD RELACIONAL1. Seguridad relacional: Es la experiencia visceral de tener, en la relación, nuestras vulnerabilidades físicas y emocionales protegidas.

2. Validación, afirmación, e importancia dentro de una relación.

3. Aceptación por otra persona estable, confiable, y protectora.

4. Confirmación de la experiencia personal.

5. Autodefinición…

6. La necesidad de tener un impacto en la otra persona.

7. La necesidad de que el otro tome la iniciativa.

8. La necesidad de expresar amor.

NECESIDAD ESPIRITUALEspacio y tiempo.

Nutrición: Para cada persona es importante identificar QUÉ es lo que alimenta su yo íntimo y CÓMO alimentarlo.

Eliminación o producción: No basta con alimentar el yo íntimo, tiene que haber alguna forma mediante la cual las cosas salgan del alma hacia fuera: Mediante la expresión artística.

Encontrando y realizando la finalidad de nuestra vida. Descubrir cuál es la cosa especial que solo yo tengo, ”Lo que solo yo puedo dar al mundo”, Esto tiene relación con la voluntad de vivir.

Crecimiento y desarrollo de las capacidades del yo íntimo (de la virtud): Detectando el camino a seguir en la vida (trayecto o sendero vital).

 

Apéndice 2. Necesidades Relacionales de Erskine (Bonding, dic. 2004)

 

Seguridad: Entendida como la que se da en las relaciones que proveen de seguridad física y afectiva de modo que la vulnerabilidad del individuo sea respetada y preservada, dicho de otra manera, relaciones respetuosas que sean no-avergonzantes y con ausencia de daño o peligro real o anticipado.

 

La necesidad de sentirse validado, confirmado e importante dentro de la relación.

 

La aceptación por otra persona que sea esta estable, fidedigna y protectora, como una necesidad de buscar protección, guía y apoyo. Validación, afirmación y significación dentro de una relación, como alguien ok. Nuestra figura proporciona un modelo de relación para incorporar permisos desde la protección y confianza facilitando la integración del afecto incondicional

 

Confirmación de la experiencia personal, la persona valora el hecho de compartir su experiencia con alguien que la entiende, porque el otro ha tenido una experiencia parecida.

 

Autodefinición, refiere a la necesidad de validar ser diferente (autodefinición). La persona recibe respeto y aceptación desde la confirmación de que está bien ser como es.

 

Hacer Impacto: Se relaciona con la necesidad de saberse significativo para el otro de tal forma que podamos producir en él un cambio en su afecto o su comportamiento.

 

Necesidad de que el otro tome la iniciativa: Se refiere a conseguir que el otro de alguna manera reconozca y valide la importancia de uno en la relación.

 

Expresar Amor: La persona necesita ser amada para sentir que no está sola en su proceso

 

 

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3 Respuestas

  1. Macarena Chias dice:

    Gracias María del Mar, será estupendo contar con tu aportación en Bonding.

  2. María del Mar Morales Hevia dice:

    Gracias Inmaculada, tu trabajo me ha resultado interesante, bien enfocado e inspirador. Yo soy médico, profesora de la Universidad de Mayores de la Universidad de Granada desde hace 23 años. Tiempo que llevo desarrollando un programa educativo para la salud y el bienestar integral en adultos mayores (a partir de 50 años…hasta 93!). Pertenezco a la primera promoción de PHI de Galene, y actualmente preparo un trabajo de especialista en Aplicaciones de la Psicología Positiva a la educación. universitaria. Como soy integrativa, ¡qué menos!, voy a integrar algunas de tus ideas, y estoy dispuesta a compartir con vosotros mi propia experiencia en este terreno. Encantada de conocer más líneas de trabajo en esta dirección. Enhorabuena, gracias de nuevo y un fuerte abrazo.

    • María Inmaculada Barriga Rubio dice:

      Muchas gracias María del Mar, estoy encantada de que este trabajo te pueda servir para, de cierta manera, avanzar en el tuyo. Es también alentador saber que hay profesionales (y sobretodo ex-alumnos/as del Máster) que trabajan en el mundo de las personas mayores con una visión positiva y humanista, y conociendo de primera mano a este colectivo que es realmente especial y necesita de profesionales con esta visión; estoy deseando que compartas tu trabajo con nosotros.

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