La relación de ayuda o counselling

01/06/2008

Los seres humanos necesitamos a los demás humanos para desarrollarnos y convertirnos en personas adultas coherentes y felices. A lo largo de nuestro proceso de desarrollo recibimos innumerables ayudas de los demás, que van conformando nuestra personalidad. Para desarrollarnos necesitamos sentirnos queridos, apoyados y seguros, pero a veces las personas significativas de nuestro entorno no pueden proporcionarnos lo que necesitamos. Esto nos deja unas carencias que dificultan o entorpecen nuestro proceso de crecimiento personal. No es fácil superar estas carencias si no hacemos un trabajo de desarrollo personal, para aprender a ser independientes emocionalmente. Para ello necesitamos sentirnos libres, algo que no podremos conseguir si nos sentimos necesitados.

El counseling, o la relación de ayuda, surge en los Estados Unidos de la mano de Carl Rogers, en contraposición al psicoanálisis, que sólo podía ser ejercido por los médicos. Su objetivo es que, siguiendo un entrenamiento, los terapeutas puedan ayudar a aquellas personas que se encuentren con momentos díficiles de su vida, pero cuyos problemas no se pueden considerar “problemas mentales”. Son técnicas de apoyo emocional, que con el manejo adecuado en manos de profesionales, son capaces de ayudar a las personas a resolver sus propios conflictos, si se les da la oportunidad. Todos pasamos momentos difíciles en nuestra vida, algunos los soportamos en silencio y otros intentan que familiares y/o amigos les ayuden. El counseling surge para ayudar a los demás utilizando una serie de herramientas que algunas personas conocen de forma natural, y otras tienen que aprender; y con la intención de apoyar a los otros en momentos difíciles de su desarrollo. Todos tenemos períodos en los que nos sentimos bloqueados, atascados, confusos y con dificultades para tomar decisiones, y es un buen momento para pedir orientación y/o ayuda, sin tener que hacer, necesariamente, una psicoterapia profunda.

Rogers se dio cuenta de que mostrando aceptación incondicional, empatía y autenticidad hacia los clientes -ya que él no los consideraba pacientes-, estos superaban sus problemas y crecían, porque estas características del terapeuta les permitía acceder a lo mejor de sí mismos. Él estaba convencido de que los clientes tienen todos los recursos necesarios para desarrollarse adecuadamente, pero necesitan sentir que se les acepta, se les entiende, y que las personas se relacionan con ellos congruentemente. Los clientes, según Rogers, son aquellas personas que buscan un servicio y participan en el proceso terapeutico de forma activa, en vez de ir a un terapeuta que siga el modelo médico, en donde se les hace un diagnóstico, un plan de curación y un pronóstico, consiguiendo que la persona se sienta completamente dependiente y deje su curación en manos de él. Rogers se basa en datos empíricos para formular que, en todo ser humano, existe una tendencia innata a la actualización; esto es, al desarrollo progresivo y a la superación constante si se encuentran presentes las condiciones adecuadas. Según Rogers, el ser humano es positivo por naturaleza y desarrollará estas características si recibe el respeto y apoyo necesarios.

En este contexto, la ayuda viene a ser: «…toda relación en la que al menos una de las partes intenta promover en el otro el crecimiento, el desarrollo, la maduración y la capacidad de funcionar mejor y afrontar la vida de manera más adecuada…». Ayudar entonces, más que solucionar, es promover y facilitar, creando condiciones adecuadas para que la persona acceda a sus propios recursos, lo que le impulsará a salir del bloqueo. El counseling es preventivo y está dirigido a personas sanas que atraviesan dificultades situacionales que implican elegir o ejecutar, y que requieren apoyo emocional. Básicamente, el counseling surge para subsanar ciertas carencias de apoyo que toda persona puede tener en momentos claves de su vida, y que, lamentablemente, la sociedad y la familia proporcionan cada vez menos. En una familia funcional, el rol de consejero correspondería de manera natural al grupo familiar en su conjunto y/o a los amigos, pero en una sociedad tan ajetreada, donde las personas carecen de tiempo, se hace necesario tener un counselor o consejero.

La relación de ayuda tiene las siguientes características:

– Tiene lugar por consentimiento mutuo de los participantes: no se puede ayudar a alguien que no quiere ser ayudado. La persona que necesita ayuda tiene que pedirla libremente.

– En la relación de ayuda se expresan y elaboran los sentimientos: el cliente tiene derecho a poder expresar sentimientos, incluso hacia el teapeuta, y éste debe tener las condiciones para manejarlos y dar la contención necesaria. Aunque el terapeuta tiene que saber dejar sus sentimientos fuera del proceso terapéutico.

– En la relación de ayuda no se preguntan los porqués, ni se hacen interpretaciones, ya que estos inducirían a culpabilizar a la persona. En su lugar se trata de entender cómo se produjeron los comportamientos que tuvieron lugar.

– La relación de ayuda busca sentido: se trata de explorar, reconocer y aceptar lo que el cliente muestra, desde la aceptación incondicional y respeto.

– En la relación de ayuda se busca la autenticidad: es decir conseguir honestidad intelectual y emocional entre los participantes. No hay lugar para las máscaras y la mentira.

– La relación de ayuda se da porque el cliente necesita comprensión, un ambiente facilitador del crecimiento que no se ha producido con anterioridad, nueva información, vínculos reparadores, etc. Las necesidades principales son las del cliente, las de consejero pasan a un segundo plano.

– La persona que ayuda es accesible y se muestra segura: reconoce para sí sus límites, y aunque no tenga todos sus problemas solucionados, no los mezcla con los del cliente, ni los usa para sentirse bien consigo mismo. Se muestra cordial y dispuesto a escuchar.

– La relación de ayuda es una situación estructurada: tiene ciertas reglas, límites, objetivos y procedimientos. Exige roles y capacidades diferenciadas. No es una simple charla entre amigos.

– Promueve el cambio: consejero y cliente aprenden el uno del otro y el resultado es el cambio, es decir, formas diferentes y más adaptativas de pensar, sentir y comportarse; resultado del trabajo conjunto.

– En la relación de ayuda no se dan consejos, sugerencias o recomendaciones, se confía en que el cliente llegará a encontrar sus propias soluciones en base a reconocer sus recursos.

El counseling es útil para todos, tanto para relacionarnos con amigos y seres queridos, como para saber tratar a compañeros y jefes; ya que sus técnicas y herramientas favorecen la comunicación, la comprensión, las relaciones y los buenos sentimientos. Su finalidad es facilitar un aprendizaje cognitivo-emocional, para la prevención, el cambio y el desarrollo personal. Se enfoca principalmente en crear salud, descubriendo nuestros propios recursos psicofísicos y facilitando el darle un sentido a la vida. Cuando el consejero ofrece un clima de encuentro, de libertad y de amor (en el sentido amplio), el cliente estará dispuesto a revisar sus actitudes y conductas, además de asumir la responsabilidad sobre sí mismo.

Las técnicas básicas consisten en aprender:

– Saber escuchar, promoviendo la escucha activa.

– No juzgar, sino entender al otro.

– Ser empático, es decir, saber estar en el lugar del otro y entenderle desde él, que no es lo mismo que ser simpático, donde se muestran los propios afectos.

– No dar consejos.

– Nunca preguntar por el porqué de las situaciones.

– No hacerse cargo de los problemas del otro, sino acompañarle para que se responsabilice.

– No interpretar la situación del otro, sino intentar entender sus circunstancias.

– Concentrarse en el aquí y el ahora, porque toda situación presente es el resultado de experiencias pasadas.

– Intentar, sobre todo, contactar con los sentimientos que nos llevan a entendernos mejor.

Se puede decir que dentro de la relación de ayuda existen dos procesos diferentes, que pueden darse por separado o combinados: La orientación y el consejo. En la orientación, se ayuda a la persona a que se conteste las preguntas: ¿Hacia dónde voy? ¿Qué elijo? ¿Qué es lo más conveniente para mí? En el consejo, se ayuda a la persona a que se conteste: ¿Qué hago? ¿Cómo lo hago? ¿Cómo lo llevo a cabo? Ambos procesos tienen fases que ayudan a conseguir resolver estas preguntas: la fase de exploración, la fase de comprensión y la fase de acción.

Victoria Cadarso

Victoria Cadarso

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1 respuesta

  1. Fernando dice:

    Interesante, pero la traducción de counsellor a consejero es errada, una aproximacion certera podria ser consultor.
    El counsellor no aconseja, pero si orienta, además teoricamente es muNdialmente aceptado que counsellor y consejero son conceptos disimiles.
    Falta la técnica mas importante la cual es la respuesta reflejo (simple, del sentimiento y elucidatorio) y es asi como el terapeuta centrado en el cliente muestra «comprension empatica».
    Respecto a lo anterior el concepto de empatía es errado, Rogers fue claro al afirmar que se habla de «comprension empatica» no empatia, ya que la primera muestra al cliente que se lo comprende a través de las respuestas reflejo, lo cual va mas allá del mero
    ponerse en lugar de..

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