La preparación del terapeuta

01/09/2011

José Zurita

José Zurita

Hola a tod@s:

¡Ya soy terapeuta!, se podría decir un profesional que acaba su formación en psicoterapia, comienza a ver pacientes bajo supervisión, of course, y se ve cobrando por sus servicios profesionales. Aquí comienza una duda interna sobre si estará suficientemente preparado o no para poder trabajar con pacientes. Lo que viene a continuación pretende servir de ayuda a resolver esos diálogos internos tan frecuentes en nuestra profesión.

Una vez que ya soy terapeuta ¿debo considerarme preparado o debo seguir preparándome durante mi vida profesional? Es importante contar con una buena formación especializada básica como terapeuta para sentirte un profesional cuando te sientas frente a un paciente, e inicias una sesión de terapia.

Para comenzar, una formación universitaria te dará la base de aprendizaje sobre la cual construir la formación especializada como terapeuta. Nuestros Master en Psicoterapia Humanista Integrativa o Counselling son un ejemplo de esa especialización.

El Master debe aportar una estructura profesional que permita ordenar los conocimientos teóricos, técnicos y estratégicos e integrarlos con los modelos terapéuticos aprendidos, tu forma de ser, tus propias experiencias y tu mapa del mundo.

Una buena estructura te permitirá tener la seguridad que vas a necesitar para dilucidar cuáles son y dónde están los límites en cada momento de tu actuación profesional.

A partir de ahí, continúa tu formación. Prepárate para estar en una buena forma profesional.

¿Preparamos la sesión o nos preparamos nosotros?

La respuesta a esta pregunta es muy directa: nos preparamos nosotros ante cada sesión.

…¿Y cómo se puede preparar un psicoterapeuta para estar en buena forma profesional?

Hacer ejercicio: nuestro trabajo tiene la tendencia a ser estático, y requiere que periódicamente hagamos ejercicio que nos mantenga en una buena forma física

Aprender a centrarnos o a concentrarnos: Cuando te sientas frente a tu paciente no debe haber nada más que él o ella y su proceso. Nada de tu vida debe aparecer interfiriendo. En esta profesión debemos aprender a separarnos de los problemas de nuestra vida para así centrarnos en el paciente, prestarle una atención plena. Estar presente en el vínculo terapéutico es lo que mejor va a permitir ese acompañamiento tan especial, profundo y protector que se necesita para llegar al fondo del conflicto intrapsíquico.

Descansar: Dicen los anglosajones que el día se divide en tres partes: 8 horas para trabajar, 8 horas para dormir y 8 horas para descansar. Si seguimos ese modelo con cierta flexibilidad, estaremos bien frente a una jornada diaria que, en mi opinión, no debería tener más de 6 sesiones de terapia y el resto de horas de trabajo repartidas entre labor administrativa, lectura, estudio y preparación técnica.

Cuidarse de excesos: Si evitamos los excesos (alcohol, comida, agotamiento físico, etc…) nos sentiremos mejor ante nuestro paciente.

Vivir la vida real: Estar actualizado y en contacto con la realidad es imprescindible a la hora de acompañar a nuestro paciente en su proceso.

Ser sociable, tener amigos: no vivir aislado es importante para estar en el mundo y conectado.

Llevar una vida estable a nivel afectivo: Tener relaciones estables es un buen indicador de salud y un buen modelo para nuestros pacientes. Es importante tener una vida sexual satisfactoria. Todo lo que nos de un equilibrio personal nos evitará que intentemos regularlo a través de nuestras relaciones profesionales.

Viajar, conocer mundo: descubrir nuevas formas de vida, nuevos escenarios nos revitaliza y nos prepara para afrontar una nueva etapa profesional con nuevas energías.

No parar de formarte: Éste es el alimento profesional que nos permitirá crecer como profesionales e ir cambiando nuestra forma de trabajar a lo largo del tiempo. Fórmate con los avances y descubrimientos que lleguen a ti, con nuevas técnicas y nuevos enfoques. No te aísles en “tu forma” de trabajar, ¡cambia!, ¡evoluciona! Así, cada día será distinto y tu vida profesional una aventura.

Estar en contrato de supervisión: Supervisa los casos con los que tienes problemas, los aspectos que te resultan más dificultosos en tu trabajo, momentos en los que te enganchas con frecuencia… Cada vez que un paciente se te vaya antes de la finalización, cuestiónate cuál ha sido la causa y si podías haber hecho algo para evitarlo. Pregúntate qué puedes mejorar en tu ser profesional y supervísalo. Al principio de tu profesión será necesario con mucha frecuencia, y cuando te acerques a tu jubilación ya será menor, aunque siempre necesaria.

Estar en contacto con la profesión, compañeros, asociaciones, congresos, cursos, jornadas, etc.

Resolver los conflictos en tu propio proceso de terapia personal es básico para trabajar en terapia: Debemos impedir lo más posible que los conflictos que nos trae nuestro paciente a terapia se mezclen con los nuestros no resueltos. Para esto es fundamental que realicemos nuestra propia terapia y que, cuando creamos haber terminado, busquemos un nuevo terapeuta e iniciar un nuevo proceso que nos permitirá aprender más de nosotros y resolver mejor nuestra historia. Además será una magnifica fuente de aprendizaje profesional, pues nos dará un modelo nuevo y distintas formas de aproximación a los conflictos que le presentemos.

Disfrutar de la vida y de la profesión: Nos guste o no, somos un modelo adulto para nuestros pacientes; y si lo somos mejor, que sea lo más sano posible ¿no? Que nuestra imagen sirva de permiso para disfrutar, de ejemplo de cómo se puede gozar del trabajo, de las relaciones y de la vida.

Crecer: No te pares, cambia, crece, avanza, busca nuevos objetivos profesionales. Mejores resultados terapéuticos, mejor formación, acreditaciones profesionales más altas, aportaciones propias a la comunidad científica, etc. Escribe, crea, enseña y ofrece tu aprendizaje a los demás…

…… y así, estarás preparado profesionalmente, te ganarás la vida de una forma honesta, ayudarás a personas a reducir su sufrimiento, te sentirás en forma, disfrutarás de tu trabajo y gozaras de la vida. Y en estos tiempos que corren, ¿qué más se puede pedir?.

Espero que os guste el BONDING de este mes y lo difundáis entre vuestros amigos y colegas (animarles a suscribirse y así les llegará cada mes), ya sabéis que estamos permanentemente en www.bonding.es.

Un abrazo para tod@s,

José Zurita

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