La estructura autocurativa (Parte 1)

01/08/2009

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RESUMEN

Se presenta una visión general de la estructura autocurativa y las consecuencias de ciertas decisiones infantiles referentes a la salud física y el bienestar. El autor también describe un método que ha utilizado, aparte de la psicoterapia, para ayudar a sus clientes a mantener esta estructura en buena forma: entrenar la forma física para apoyar una reacción rápida. El trabajo del autor está basado en primer lugar en el concepto del Guión de Vida y de los Permisos (Berne, 1975), de la Re-Decisión (Goulding, 1979) y del Contrato de Cerrar Salidas de Emergencia Destructivas (Schlegel, 1987).

Palabras clave: células killer, fagocito, placebo, recaída, estructura autocurativa, sistema inmunitario.

Detalles de la estructura autocurativa

En el caso de muchas enfermedades, es conveniente echar un vistazo a la posibilidad de utilizar todas las facultades de la estructura autocurativa, pues muchas veces resulta indicado alternar programas psíquicos que la bloquean, frenan, o la activan excesivamente. Considero como estructura autocurativa al sistema inmunitario, que combate infecciones y elimina células defectuosas, junto con las posibili da des de cerrar heridas con piel nueva o con cicatrices, de consolidar fracturas, de reparar cartílago, etcétera. Su fin último es proteger al organismo y restablecer su función en caso de ser dañado.

El sistema inmunitario no tiene una ubicación anatómica concreta, sino que se encuentra en la mucosa intestinal, en la sangre, en la médula, en el timo, en el apéndice, en los ganglios linfáticos, y en muchas otras partes más. En este sistema, las células killer desempeñan un papel muy importante. Estas células aniquilan microbios y otros agentes patógenos que han entrado desde el exterior y células del propio cuerpo mal constituidas, como es el caso de las células cancerosas y de las proliferaciones benignas. Los fagocitos, que también forman parte del sistema, desempeñan una tarea similar: digieren esas células y también sustancias ajenas, células envejecidas, detritus, virus, hongos, esporas y células del propio cuerpo dañadas por heridas o quemadu ras. Muchas veces sacrifican su vida en el proceso.

Las células killer naturales se reproducen muy rápidamente cuando hay señales de peligro de heridas e infecciones. Tales señales pueden ser el miedo a caerse desde una altura, en cuyo caso las heridas serían casi inevitables y la entrada de patóge nos sería la consecuencia. Muchas veces, la simple idea de una gran altura ya provoca este efecto. Mirar desde una altura considerable nos produce reaccio nes físicas muy manifiestas, como palpitaciones y otras, que nos informan de que nuestro organismo se prepara para una situación difícil. Una herida leve también estimula la multipli cación de esta clase de células.

Los fagocitos reaccionan de modo similar, y pueden multipli car se y aumentar su actividad mediante ejercicios de relajación combina dos con la visualización de que son como pequeños animales voraces con grandes dientes que se comen a las células dañinas (Bannasch, 2008). Desde luego, estas técnicas sólo tienen un efecto limitado en el caso de que haya una tendencia inconsciente a enfermar o a permanecer enfermo. Esta tendencia será explicada más adelante.

El sistema inmunitario tiene otros medios de defensa, como por ejemplo, las inmunoglobulinas (anticuerpos).

Situaciones al límite entrenan reacciones efectivas

A continuación incluiré un texto que publiqué anteriormente (Jursch). En mis «Entrenamientos de situaciones al límite», el objetivo era en primer lugar hacer amistad con el miedo y entrenar la valentía. Una persona solamente puede ser valiente si tiene miedo, pues la valentía significa tener miedo y hacer lo mejor en cada situación. Quien no tiene miedo no puede entrenar su valentía. Por esta razón, el primer objetivo de los entrenadores fue crear ansiedad sin que existiera peligro real.

En segundo lugar, estos entrenamientos sirvieron para mejorar la forma física general. Estar en forma también es útil para la estructura de autocuración, pues el sistema inmunitario es activado automáticamente en estas situaciones, lo que ayuda a que entre en acción más rápida y eficazmente cuando es necesario. Estimo este aspecto como absolutamente necesario, ya que el modo de vida que llevamos en los países industrializados provoca que nuestro sistema se vuelva «perezoso», y que tienda a reaccionar demasiado tarde y sólo a media máquina, sin usar toda su fuerza. La salud general del sistema se muestra mediante reacciones efectivas; es decir, reacciones intensas e inmediatas.

El entrenamiento de una reacción adecuada se produce automáticamente si no vivimos de un modo «demasiado civilizado». Esto me pareció claro cuando observé que norteamericanos de clase media, con hábitos de higiene adecuados, llegaron a Indochina en los años cincuenta y enfermaron más fácilmente que los europeos, que no habían gozado de esas condiciones en toda su vida. Los niños europeos solían jugar en un entorno menos higiénico, y tenían la costumbre de meterse dulces en la boca después de haberlos recogido del suelo.

A continuación se muestran tres fotografías de entrenamientos en Mallorca. En la primera se me ve saltando al mar. La situación parece más peligrosa de lo que realmente fue por las rocas y el mar, algo agitado. Estoy demostrando que no importa un gran rendimiento deportivo ni la elegancia en el salto, sino únicamente el hecho de superar un freno interior.

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En la segunda foto se puede ver una cursillista que, con elegancia y valentía, hace un salto que parece muy arriesgado. Sin embargo, siguiendo las instrucciones y demostraciones del entrenador, no lo es más que cruzar una calle después de haber advertido que no vienen vehículos. En la tercera imagen se ve un ejemplo de trepar y rapelar.

En todos los casos se trata de ejercicios que causan estrés de corta duración, lo que en general motiva una multiplicación rápida de células killer y otros factores que activan el sistema inmunitario sin que el ejercicio supere las fuerzas de los partici­pantes, que no tienen experiencia en este campo. Desde luego, es también responsabilidad del entrenador que el participante no se fatigue excesivamente.

Una vida sana apoya la resistencia

En resumen, nuestro sistema inmunitario sólo es eficiente si reacciona rápidamente y con energía.

Una vida sana es muy útil para cuidar este sistema, y para ello se pueden contemplar los siguientes ejemplos:

Movimientos: caminar, pasear, montar en bicicleta, nadar, bailar, deportes (excepto los de competición).

Expresión emocional: llorar, reír, gritar.

Actividades sociales: conversaciones, abrazos, caricias, placeres sexuales, cantar en compañía, masajes, ejercicios como los mostrados en las fotos, juegos, etc.

Actividades a solas: cantar, jugar, leer, componer, escribir, trabajar, bricolaje, escuchar música, ejercicios como yoga o relajación, ejercicios de respiración.

Pequeñas heridas: muchas veces son causadas sin que seamos conscientes de ello, como en el caso de ciertos deportes, tatuajes, pendientes y otros adornos, cicatrices practicadas en algunas culturas con fines estéticos, tratamientos como acupuntura, inyecciones, sangrías, etc. Claro está que la intención primera no es esa en el caso de los tratamientos, pero sí, tienen el efecto segundario que nos interesa aquí.

Métodos naturistas para estimular la resistencia

Aparte de los tratamientos arriba mencionados, el sistema inmunitario puede ser estimulado contra las infecciones mediante medicamentos y ungüentos naturales, como es el caso del extracto obtenido de la flor de la Echinacea purpurea, una plantautilizada desde hace siglos por los indios americanos. El veneno de esta planta activa el sistema inmunitario sin sobrecargarlo. En la «farmacia de la Naturaleza» existen varias sustancias que también cumplen esta función. También sustancias minerales como el citrato de calcio, algunas veces mezclado con una cantidad menor de citrato de magnesio, tiene un efecto positivo.

El campo de la homeopatía ofrece la posibilidad de activar una reacción específica; es decir, una reacción concreta contra una enfermedad o clase de enfermedades determinadas. La palabra «homeopatía» (del griego homoios = similar y pathos = sufrimiento) significa, precisamente, que la enfermedad se combate introduciendo un agente patógeno similar al que la provoca. Se puede decir que tal agente activa el sistema inmunitario para luchar mejor contra esa enfermedad u otras enferme dades parecidas a ella. Este método, considerado como supersticioso por algunos médicos, es casi idéntico al principio de la medicina académica en el caso de la vacunación activa, que se ha usado a gran escala para evitar epidemias de viruela. En este caso concreto, se usó el virus de las vacas para la vacunación; aunque algo diferente al virus humano, es lo suficiente mente similar como para «entrenar» al sistema inmunitario humano contra la viruela.

El Dr. Samuel Hahnemann estableció un sistema muy amplio basado en la homeopatía para enfermedades, e hizo este término mundial mente conocido. Incluso, los adversarios del sistema en cuestión reconocen esta parte, pero critican que Hahnemann exageraba el grado de dilución del agente activo.

Un gran número de indicios señalan que el «efecto placebo» también activa muchas veces la estructura autocurativa de un modo muy eficiente. Su función en tal caso parece ser: Retirar un freno que se hallaba en la estructura autocurativa. «Placebo» quiere decir «me gusta», y se trata de productos presentados como fármacos, pero que no lo son (Rose, 2005).

¿Vacunar contra cánceres?

Aparte del punto de vista psicosomático, existen investigadores que están trabajando en entrenar al sistema inmunitario mediante la vacunación para luchar más intensamente contra las células cancerosas. No hablo aquí de vacunas como la del virus que causa el carcinoma cervical (Cervix uteri), sino de méto dos que activan la agresividad contra las células cancerosas directamente.

En 2007, Ralf Dressel, inmunólogo de la Universi dad de Göttingen, consiguió que células killer naturales fuesen activadas para reconocer y aniquilar células cancero sas de ratones. La activación se provocaba con la proteína del estrés HSP70, que es produci da por las mismas células cancero sas. Ahora, los investigadores quieren descubrir si la HSP70 también puede activar células killer humanas (Dressel y otros, 2007).

Otros investigadores están trabajando en la misma dirección en varias partes del mundo. Por ejemplo, el Dr. Djordje Atanacovic, del Centro de Investigación del Cáncer de la Clínica Universitaria de Hamburg-Eppendorf, investiga la posibilidad de combatir el cáncer de pulmón con un método comparable.

Cuando el sistema inmunitario lucha contra el propio cuerpo

Sin embargo, hay que prestar especial atención para no sobreactivar el sistema inmunitario, pues ello causaría alergias que podrían ser incluso mortales (choque anafiláctico). En los casos menos graves, puede resultar en inflamaciones de articulaciones muy dolorosas (artritis), enfermedades de la piel más que desagradables, y ataques inmunitarios contra cualquier parte del propio cuerpo, incluyendo el sistema nervioso, como en la esclerosis múltiple. En este caso, la disfunción de los nervios está causada por la lesión de las vainas de los mismos.

La Sociedad Alemana de Enfermedades Autoinmunitarias ha publicado más de 60 enfermedades causadas por una función errónea o excesiva de este sistema. Un caso grave es, por ejemplo, el de la esclerosis múltiple, que –al menos, en parte– está provocada por una actividad destructiva contra las vainas de los nervios del propio organismo, como ya hemos indicado.

Un método naturista contra la actividad excesiva del sistema parece tener bastante éxito: meterse en agua muy fría. En la medicina convencional se utilizan cámaras frías con temperaturas de hasta más de cien grados bajo cero. Medicamentos que frenan la actividad excesiva, como la cortisona, también son efectivos. Por desgracia, la cortisona puede disminuir la capacidad de autodefensa hasta un punto en que se pone en peligro al enfermo. Por esto, lo mejor sería evitar tanto la actividad excesiva como la disminuida.

Aparte de la función excesiva o errónea del sistema inmunitario, se plantea otra dificultad, y es que las células inmunitarias pueden invadir el cerebro. Esto, por lo general, supone una gran ventaja, pues las infecciones pueden ser combatidas allí. No obstante, ciertos parásitos pueden introducirse dentro de las células inmunitarias, con lo que consiguen evitar la barrera que protege al cerebro. En ese momento, dichos parásitos pueden manipular el sistema nervioso central del individuo parasitado para cambiar su conducta. Es el caso, por ejemplo, de la pequeña sanguijuela Opisthorchiasis, que «manipula» a las hormigas a las que parasita, «obligándolas» a agarrarse a las puntas de los tallos de hierba. Así, las hormigas pueden ser comidas fácilmente por ovejas y vacas, en el cuerpo de las cuales el parásito encuentra las condiciones óptimas para multiplicarse. Otros parásitos también utilizan el mismo método.

Enfermedades sin infecciones ni execrencias

Como dicho, aparte de las enfermedades causadas por infecciones y execrencias hay padecimientos contra los cuales el sistema inmunitario no tiene remedios. Tienen que ser tratados por otra parte de la estructura autocurativa. ¿Qué enfermedades son éstas? Un ejemplo son tensiones musculares excesivas o demasiado leves. Para estos la estructura en muchos casos únicamente necesita tiempo y descanso. Para otros tiene que haber un apoyo adicional.

Un método potente para influenciar las tensiones musculares es el biofeedback, un conjunto para informar al paciente qué pasa en su cuerpo.

Aquí tengo un ejemplo, una instalación de biofeedback que había construido en 1979 para facilitar el relajamiento para jóvenes. El muchacho tiene un eléctrodo en un dedo y otro en otro dedo. Con esto se mide la resistencia eléctrica de la piel entre los dos electrodos. Cuando mayor está la tensión general, menor es la resistencia. Si el joven en la foto siguiente consigue aumentar la resistencia de la piel, él reduce automáticamente la tensión nerviosa. Si ha conseguido el grado de relajamiento deseado, el pequeño tren enciende las luces de la locomotora se pone en marcha. Por este modo una persona puede aprender de modo juguetón el relajamiento.

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En el caso de una migraña, el paciente no se queda con un relajamiento general sino él ve en la pantalla el diámetro de la parte inflada del trayecto del vaso sanguíneo y se imagina que reduce el diámetro. Como la inflación se debe al hecho que los músculos en la entrada al trayecto inflado tienen poca tensión de restricción, pero los músculos a la salida tienen una tensión alta. De modo que el flujo de sangre está frenado a la salida y por consecuencia el trayecto en cuestión se infla, causando dolores que pueden ser extremos. Además puede haber trastornos de vista, problemas digestivos etc. En caso de reducción de la tensión muscular en la salida el trayecto se desinfla, y los dolores y trastornos desaparecen.

La información obtiene el aparato de biofeedback por radiografía de la situación real dentro de la cabeza y lo presenta de modo esquemática en una pantalla así:

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Después de haber visualizado en un estado relajado la reducción del diámetro del trayecto del vaso en cuestión la imagen en la pantalla es así:

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Durante el ejercicio el paciente recibe continuamente la imagen según el estado actual del vaso en cuestión. Esto le facilita seguir paulatinamente con su ejercicio reducir el diámetro del trayecto del vaso en cuestión.

Una vez reducido suficientemente el diámetro del trayecto inflado, los dolores y trastornos desaparecen. Habiendo aprendido esto el paciente ya no necesita el aparato y puede aplicar el relajamiento con visualización en casa o en su lugar de trabajo, retirándose por unos minutos de sus tareas. Una curación según re-decisión que se describe mas adelante, sería un paso más, o sea, sentir a tiempo el cansancio, permitiéndose automáticamente el relajar y descansar. Esto vale también en caso de borracheras de trabajo durante las cuales uno no siente el descanso. Después de una re-decisión también éstas serán interrumpidas antes de que causen daño. Y para el interrumpir ya no se necesitan migrañas. Quisiera mencionar que hay migrañas que tienen otras causas que excesos de trabajo.

Hay otras tensiones musculares que causan dolores muy fuertes, como gran parte de los lumbagos. En casos en los cuales la vértebra está mantenida en una posición mala por malas tensiones musculares, el regularizar las tensiones musculares, tales lumbagos desaparecen de un momento a otro. Si tal desigualdad no es corregida pueden surgir muchos otros problemas. Es interesante que según la medicina tradicional china, «la espina dorsal es la casa del alma». En muchos casos la estructura autocurativa arregla las tensiones automáticamente con unos días de descanso y relajamiento.

Aparte de tensiones musculares por ejemplo disfunciones glandulares causan malestares y enfermedades muy serias. En tal caso muchas veces la estructura autocurativa activa compensaciones. Por ejemplo, si el páncreas no produce o no verte bastante insulina, las glándulas de saliva bucal aumentan su producción. Con esto crecen los carrillos, dando a la cara una imagen similar a los carrillos de los hámsteres, cosa que se pueden ver a veces muy marcadamente en personas de edad avanzada.

La falta de utilizar el sistema inmunitario o de utilizarlo con retraso o a media máquina muchas veces es causada por frenos funcionales: El sistema inmunitario está frenado por una «orden» del sistema nervioso de quedar enfermo, de bloquear o frenar el proceso de curación.

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Gunter Jursch

Gunter Jursch

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