Hablar de amor

01/02/2014

José ZuritaHablar de Psicoterapia Humanista Integrativa es hablar de AMOR. La principal energía de crecimiento que conocemos y que nos permite la vida, es la herramienta terapéutica fundamental con la que podemos contar cuando estamos acompañando a un paciente en su proceso terapéutico.

Parece que hablar de AMOR es un tema tabú, que afortunadamente va atenuándose pero que todavía a muchas personas les chirría oírlo. Nos han argumentado tantísimas veces, que la profesionalidad consiste en distanciarse, en no implicarse….

¿Qué es lo que más necesita una persona que llega a la consulta de un médico? Muchos dirían que una buena atención médica. Por supuesto que tienen razón, pero ¿hay alguien que dude sobre el concepto de que una buena atención médica incluye el trato humano al paciente, la atención dedicada, la explicación comprensiva y la comunicación afectiva? Todo el que haya estado ingresado en un hospital sabe de lo que estoy hablando. Necesitamos amor para curarnos. Somos mucho más que una máquina maravillosa y necesitamos algo más que un buen mecánico muy capacitado para ayudar a curarnos.

Lo primero que yo escuché del Dr. Toledo en la Facultad de Medicina de la Complutense en Madrid en octubre de 1975, fue la siguiente frase: “No hay enfermedades sino enfermos”. A partir de ahí comencé a estudiar las enfermedades, y nos fueron inculcando que el objeto del tratamiento no es la persona, sino la enfermedad. La superespecialización de la medicina moderna va en ese sentido. No importa la persona sino el órgano, o incluso una parte de él. Estoy convencido de que aunque este tipo de medicina sea exitoso para determinados casos, no es el buen camino.

La imagen que me motivó a mi, cuando todavía estaba en el colegio para ser médico, fue la del médico de pueblo que conoce a sus pacientes y a sus familias. Sabe cómo son y cómo funcionan. Les quiere y se lo demuestra continuamente con su interés, atención y actuación cercana y comprensiva. Esto es transmitir Amor.

Esta medicina es una buena forma de acercamiento a lo que hoy aquí quiero trasmitir, pues yo pienso que lo que hago a diario en mi consulta de Psicoterapia Humanista Integrativa es una buena medicina.

Acompañar a una persona que pide ayuda a resolver los problemas que le impiden vivir, a través de una Relación Terapéutica tan sólida, potente, segura y amorosa que ellos se atrevan a dejar de huir de sus propios demonios, luchar con ellos y vencerlos gracias a la protección afectiva, que les aporta esa Relación. Creo que es una magnífica actuación médica.

Su salud mejora hasta límites insospechados. Hablo de la salud en el término más amplio de la palabra. Mejora la salud física, la mental, la salud emocional, e incluso la espiritual. La persona se siente mejor en su vida y en su cuerpo, también con su entorno y sus actividades. Aprende a sentirse el centro de su vida y a llevar las riendas. Consigue sus objetivos.

Al final de su proceso terapéutico es una persona sana y autónoma, satisfecha de su vida en general. Tendrá problemas como todos, pero se los tomará de una forma distinta. Los sabrá afrontar de diferentes maneras, más sanas. Confiará más en él, en los otros y en el mundo. Será más feliz.

Si el MIEDO es el principal responsable de los problemas de este mundo, el AMOR es su antídoto. Nosotros desde esa Relación Terapéutica tan especial, amando a nuestros pacientes podemos ayudarles a recuperar la alegría, la salud y las ganas de vivir aunque el mundo esté como está.

Lo que hemos visto en estos casi treinta años de ejercicio profesional con esta perspectiva, es que junto a nuestros pacientes que mejoran y son más felices, también lo hace en cierta medida su entorno más cercano. El cambio de una persona genera cambios a su alrededor. Esos cambios a su vez afectan a su entorno.

El poner en correcto funcionamiento el mundo emocional de nuestros pacientes facilita su cambio y su sanación. El que se sientan amados por su terapeuta y por sus compañeros de terapia. La protección que el Instituto aporta al proceso, y el clima que se respira como acompañamiento, favorecen el cambio y la resolución de los conflictos que los pacientes traen a terapia.

Desde el principio hablamos de AMOR. Les explicamos cómo vamos a trabajar de una forma profesional, cercana, efectiva y afectiva. Les hacemos partícipes de nuestro modelo terapéutico, y que en todo momento cada uno tiene la libertad de dar un paso, o no darlo. Se hacen responsables de su proceso, mientras aprender a responsabilizarse de su vida. Terminan y se despiden desde el amor, con más AMOR dentro de sí y amando más a lo que les rodea. Eso nos anima a HABLAR DEL AMOR y de su importancia en la curación de las personas. Sería maravilloso poder utilizar esta medicina para los males del mundo, pero eso es otra historia. Aportamos nuestro granito de arena y estamos muy satisfechos con ello.

Espero que os guste este número de BONDING y lo difundáis entre vuestros amigos y colegas (animarles a suscribirse y así les llegará gratuitamente cada mes) y, ya sabéis que estamos permanentemente en www.bonding.es

Un abrazo a tod@s.

José Zurita

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