El guión de vida y la identidad

01/07/2007

Las posiciones existenciales, así como los otros aspectos de la identidad, forman parte de nuestro guión de vida y son fruto de decisiones tempranas que adoptamos en respuesta a los mensajes recibidos y percibidos del entorno en relación con nuestra conducta natural.

Carlo Moiso plantea que todos tenemos varios niveles de identidad: La identidad potencial (el Príncipe o la Princesa) es la primitiva identidad con la que todos nacemos.

Berne decía que “todos nacemos Príncipes y Princesas” para hacer referencia a esta identidad potencial inicial. Como decíamos antes, en el mejor de los casos, si las necesidades básicas de aceptación, amor, estimulación y reconocimiento se satisfacen adecuadamente, esta identidad básica está llamada a desarrollarse en la identidad realista positiva característica del individuo autónomo. Se manifiesta en todas aquellas áreas de la vida en las que el individuo ha conseguido interiorizar de su entorno, es decir de los padres y demás figuras parentales, mensajes con el Permiso o los Permisos apropiados para su autorrealización positiva y realista. Esto incluye integrar tanto sus potencialidades como sus límites. El resultado es un conjunto de decisiones autopotenciadoras de su identidad realista positiva que incluye una posición existencial de ‘Yo soy OK – Tú eres OK’.

En las áreas de la vida en las que la persona no ha recibido o no ha interiorizado los Permisos apropiados, el individuo interioriza una serie de mensajes apremiantes y/o limitadores que contribuirán a elaborar su guión de vida; son los contramandatos y los mandatos (Steiner, 1966).

El guión de vida es un plan preconsciente de vida decidido tempranamente en la infancia, bajo la influencia de los padres (y de otras figuras del entorno), reforzado posteriormente por determinadas experiencias significativas y que conduce a un final previsto incluido en esas decisiones tempranas (Berne, 1971, 1974).

Las decisiones tempranas adoptadas en relación con el guión de vida son autolimitadoras de la autonomía de la persona, y limitan el campo de las opciones para resolver los problemas de adaptación realista positiva e incluyen algunas de las otras posiciones existenciales.

Los contramandatos o mensajes apremiantes contribuirán a integrar una identidad social pseudopositiva (la Máscara)

En todas aquellas áreas de la vida en las que ha habido un parentamiento social condicionado. En aquellas áreas de la vida en las que haya habido un parentamiento social condicionado, el niño puede haber inventado, ideado o fantaseado alguna respuesta a su necesidad de identidad integrando una identidad fantástica (el Héroe o la Heroína).

La posición existencial asociada con la Máscara y el Héroe, es alguna de las que hemos llamado condicionadas. Tanto la Máscara como el Héroe contribuyen a mantener oculto, y a veces inconsciente, la identidad psicológica negativa o de guión (el Sapo o la Rana que decía Berne) que fue real para el niño en algún momento en aquellas áreas de la vida en las que recibió o percibió un mensaje limitador, es decir, un Mandato.

Los contramandatos son muy variados; son mensajes verbales o modelados por los padres y toman la forma de normas y prescripciones a cerca de cómo hay que comportarse en la vida para ser aceptado socialmente en el entorno familiar y social.

Los mandatos son mensajes más emocionales y no verbales que verbales. Se envían y se reciben en momentos de estrés y afectan a áreas específicas de la identidad y el comportamiento natural de la persona. Los Robert y Mary Goulding (1976), a partir de la experiencia clínica, identificaron al menos doce mandatos específicos:

1. – “No seas” o “No existas”.

2. – “No seas tú”, que puede tomar la forma de “No seas del sexo que eres”.

3. – “No seas un niño”, y asociado “No disfrutes”.

4. – “No crezcas”, que puede ser también “No seas sexual” o “No me abandones”.

5. – “No pienses”, a veces referido a algo concreto y otras veces “No pienses como tú piensas, piensa esto otro o piensa como yo”.

6. – “No lo hagas”, que toma a veces la forma de “No triunfes”.

7. – “No”, que es vivido a veces como “No decidas”.

8. – “No seas importante”, en general o en áreas específicas.

9. – “No pertenezcas”.

10. – “No te acerques”, que puede ser “No confíes” o “No ames”.

11. – “No sientas”, que puede referirse a algo concreto o tomar la forma de “No sientas lo que sientes, siente lo que yo siento”.

12. – “No estés bien” o “No seas sano”.

Todos hemos recibido una cierta variedad de ellos e incluso hemos imaginado recibirlos, y respecto de cada uno de ellos nosotros tomamos decisiones de forma arqueopsíquica más que neopsíquica. Son estas decisiones tempranas, dependientes, contradependientes o independientes frente a esos mensajes lo que determina el tipo de autolimitación de vida concreta que adoptamos dentro de la identidad de guión.

En este nivel de identidad, las posiciones asociadas son: la posición introyectiva (-/+) en los aspectos en los que se sigue el mandato de manera dependiente; la posición proyectiva (+/-) en los aspectos contradependientes frente al mandato; y la posición nihilista (-/-) en los aspectos de independencia frente al mandato, pero bajo su influencia.

En resumen, el desarrollo de nuestra identidad es el resultado de la forma en que hemos estructurado nuestra personalidad. La identidad realista positiva es neopsíquica, fruto de la experiencia autónoma y de la integración neopsíquica de los aspectos arqueopsíquicos y extereopsíquicos. Los demás niveles de identidad son arqueopsíquicos con influencias extereopsíquicas.

La terapia de redecisión, ideada por los Goulding, va orientada a crear el ambiente y la relación terapéutica que permita el adoptar nuevas decisiones a nivel arqueopsíquico e integrar esas vivencias a nivel neopsíquico, de forma que no interfieran en la adaptación saludable a la realidad y transformen los aspectos de la identidad de guión en aspectos de la identidad positiva realista.

Creencias comparativas relacionales de guión

Sólo la posición psicológica básica de ‘Yo soy OK (guay) – Tú eres OK (guay)’ hace posible unas relaciones auténticas entre las personas. En aquellas en las que las necesidades y deseos naturales no se ven satisfechos, o la expresión de sus emociones y sentimientos no reciben la atención, el apoyo o la aceptación del entorno social, el niño decide ensayar nuevas formas de expresión y de comportamiento que le proporcionen la atención que requiere y las caricias que necesita para sobrevivir. En este proceso el niño además adopta decisiones relativas a sí mismo y a los otros distintas de las de ‘Yo soy OK (guay) – Tú eres OK (guay)’.

Estas posiciones de vida adaptativas para la supervivencia, se convierten así en una manera de percibirse a sí mismos y a los otros en la relación, que autolimitan su realización como persona pero al menos le permiten sobrevivir y conseguir, aunque sea de manera manipulativa, la atención que necesita. Posteriormente repetirá episodios de comportamiento sobre la base de estas creencias que darán como resultados confirmaciones sucesivas de las mismas.

Estas creencias comparativas son básicamente:

1. ‘Yo no soy OK – Tú eres OK’ (-/+). Posición introyectiva con adaptaciones de la personalidad (Vann Joines, 1987) obsesivo-compulsivas o histéricas.

2. ‘Yo soy OK – Tú no eres OK’ (+/-). Posición proyectiva con adaptaciones de la personalidad paranoides o psicopáticas o sociopáticas.

3. ‘Yo no soy OK – Tú no eres OK’ (-/-). Posición nihilista con adaptaciones de la personalidad esquizoides o pasivo-agresivas.

A estas posiciones existenciales básicas Taibi Kahler (1978) añade otras dos de tipo condicional. Los condicionales de estas otras posiciones son muy variados, pero un análisis minucioso de los mismos permite agruparlos en cinco categorías: complacer, ser perfecto, darse prisa, ser fuerte y esforzarse.

Esto da como resultado las siguientes posiciones de vida condicionales:

4. ‘Yo soy OK – Tú serás OK si… complaces, eres perfecto, te das prisa, eres fuerte o te esfuerzas’. (+/+ si…)

5. ‘Tú eres OK – Yo seré OK si… complazco, soy perfecto, me doy prisa, soy fuerte o me esfuerzo’. (+ si…/+)

Todas estas posiciones distintas de la posición existencial saludable tienen una influencia grande en el desarrollo de relaciones que, más que de autentica comunicación, son relaciones simbióticas manipulativas y favorecen posiciones desde las que se establecen los conflictos de relación y los juegos psicológicos.

Jesús Cuadra

Jesús Cuadra

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