El componente experiencial

01/09/2016

christian payá

Creo que para transmitir lo que ha significado la realización del Máster de Psicoterapia Humanista Integrativa es importante que hable de lo que me movió para realizarlo.

Al finalizar la carrera tenía la sensación de no estar en absoluto preparado para ponerme frente a un paciente y acompañarle. Además, tenía la sensación de que los másters universitarios eran una especie de continuación de lo aprendido en la carrera, solo que de manera más especializada, no adaptándose a lo que yo buscaba.

Lo que buscaba era una forma de realizar terapia más humana y menos directiva, en la que, a través de una relación auténtica y protectora, las personas pudieran encontrar sus propias respuestas y dirigir sus vidas de manera satisfactoria. Así que decidí salir del confort y la seguridad que da permanecer en la vía que marcan las instituciones oficiales e investigar si existían formaciones de posgrado con un enfoque que se ajustara a lo que buscaba. Gracias a la recomendación de Adrián Quevedo, compañero de carrera y de máster, descubrí la existencia del Instituto Galene y de este máster. Al leer el programa de formación, tuve la sensación de haber encontrado lo que buscaba, así que me animé a probar y ver si me convencía.

A día de hoy considero que ha sido una de las mejores decisiones de mi vida. Desde el primer presencial sentí que por fin había encontrado un lugar en el que poder formarme en lo que realmente me gusta y en lo que creo que es la mejor manera de facilitar el crecimiento personal de las personas. A lo largo de toda la formación he podido confirmar esta sensación. Si bien es cierto que es un máster que requiere un esfuerzo y una implicación muy importante, considero que cada euro, cada hora de trabajo, cada madrugón y cada momento duro a nivel emocional, merecen la pena. De todo lo vivido en el máster me llevo muchos aprendizajes profundos y valiosos, a nivel teórico, pero especialmente a nivel experiencial. Creo que este es precisamente el ingrediente más importante de esta formación, el componente experiencial. Poder experimentar la potencia y protección del grupo, el amor incondicional, las técnicas de trabajo emocional, así como contar con un proceso de terapia personal y de supervisión durante todo este recorrido me ha permitido crecer y madurar muchísimo, tanto a nivel personal como profesional.

Haber podido experimentar todos estos cambios en mi procesoy haberlos observado en mis pacientes me llena de seguridad para acompañar a quien lo necesite en su propio camino, convencido del enorme potencial que existe en cada persona y con total confianza en que puede encontrar sus propias respuestas y descubrir lo que necesita para vivir una vida plena.

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